Mitología, Dante y Poe: la inaudita ópera rock del cantante de Iguana Tango

Seguro que alguna vez han visto el programa de la ‘Ruleta de la suerte’ y han tarareado las canciones que suenan en el concurso cantados por un chico de pelo largo a la guitarra, Joaquín Padilla. Si les suena su cara o su timbre de voz tendrán que retrotraerse a 2004 para entenderlo. Aquel año un grupo llamado Iguana Tango rompió las listas de ventas con la pegadiza canción 'Te perdí'. Hoy la cabeza visible de aquel grupo está de enhorabuena, ha sacado a la luz la última parte de su trilogía, una ópera rock sobre la vida de Edgar Allan Poe.

Aquí se engloban tres términos que suenan complicados: ópera rock, trilogía y Edgar Allan Poe. Vamos a añadirle uno más: la autoproducción. Joaquín Padilla se ha lanzado a componer, grabar, producir y distribuir 'Legado de una tragedia'. El tercer disco que salió a la venta este mes de noviembre está compuesto para banda rock y orquesta sinfónica -una no se entiende sin la otra- por una única persona.

En 2004, en pleno boom de Iguana Tango, el cantante de la formación empieza a pensar en una ópera rock en español que combinara dos de sus pasiones: el rock y los musicales. A nivel internacional ya lo habían hecho otros. Fácil es recordar a The Who y 'Tommy'. Y empieza a buscar a un personaje real con una vida tormentosa al que ponerle una música épica. Y aparece Edgar Allan Poe. “Consulté la idea con amigos y me dijeron que era una estupidez, que no iba a funcionar”, cuenta el propio Padilla a El Confidencial.

La vida de Poe ya es suficientemente interesante pero el autor de la ópera rock decide que es mejor mezclarla con Dante y con la mitología. Como si aquello de componer tres discos no le pareciera suficiente. En la primera parte, trabajada a medias con su compañero de Iguana Tango, Jacobo García, se narra la vida del autor americano del XIX. Una historia tormentosa marcada por la muerte de sus padres, su paso por el ejército, su amor con Virgina, que fallecería de tuberculosis....

La segunda empieza donde acaba la primera, con la muerte de Poe y su alma errante, que visitará los nueve círculos del Infierno que Dante recorrió en 'La Divina Comedia'. Poe va en busca de Lucifer para romper esa maldición que le hace seguir entre el mundo de los vivos y los muertos. Pero el rey del inframundo no cede a la petición y el protagonista queda abatido.

En esta tercera y última parte, Padilla decide que el autor se encuentre con Morfeo, que le llevará al mundo de los sueños. Allí Poe tropieza con los personajes de sus cuentos, con sus miedos al fin y al cabo, a los que se tendrá que enfrentar. Pero hay una vuelta de tuerca más: también interactúa con personajes del cómic de Sandman, una historia escritas por Neil Gaiman.

“Siempre pensé en este proyecto como una trilogía. Pero cuando grabé la primera parte en 2008 con una compañía de discos que nos estafó y cerró, decidí dejarlo ahí, no hacer más. No me rentaba, perdí dinero”, cuenta el autor.

Guardó la idea en un cajón hasta 2014, cuando dos chicos le pararon por la calle y le invitaron a sacar la segunda parte. “Además, entré en YouTube y vi que una de las canciones tenía más de 2.000 comentarios de diferentes partes del mundo preguntando cuándo salía la segunda parte, así que lo retomé”. Y en esa ocasión decidió hacerlo autoproducido. En esta tercera parte aspira a recuperar el dinero invertido -técnico de sonido, diseño y fabricación del CD, entre otros- con las ventas. De beneficios ni hablamos. Tampoco de la cifra exacta que le ha costado hacerlo, prefiere guardar el secreto. Los tres discos se venden solo a través de su web y la historia es tan artesana que es él mismo quien empaqueta los envíos.

Más de 100 músicos

Entre las tres partes han participado más de 100 personas, entre músicos, cantantes y coros. El papel protagonista lo tiene Leo Jiménez, considerado una de las mejores voces del país. Hay miembros de Warcry, Mago de Oz, Alquimia… Para los que no les suenen estos nombres y sean más clásicos, apunten: Barón Rojo, Obús o Medina Azahara. “El espíritu del disco es unir a los músicos para demostrarle a la industria lo que se puede hacer aquí”, reivindica. En esta última entrega, con un sonido mucho más redondo y mejor producido que los dos anteriores, hay una orquesta sinfónica de 40 músicos elegidos uno a uno por sus características a la hora de tocar el instrumento y un coro de doce tenores y sopranos.

“El momento musical que vivimos ahora mismo es fabuloso. Antes los músicos tenían que aprender casi de manera autodidacta, ahora hay muchas escuelas dentro y fuera de nuestro país. Además, puedes autoeditarte con todas las facilidades que hay; todavía recuerdo el dineral que me supuso grabar un primer disco. Otra cosa es la industria, esa está muy mal”, explica el creador del universo de Poe.

¿Un futuro musical?

Padilla reconoce que está exhausto después de todo el trabajo de documentación del personaje, relecturas de cuentos de Poe, composición musical y de las letras, así como la coordinación de todo el equipo. Las posproducción tampoco fue fácil. El técnico de sonido llegó a tener 300 pistas de audio de una sola canción. Aunque la satisfacción ha sido mayúscula. “Como esto lo hago por gusto, como no es nada comercial, he hecho lo que me ha dado la gana”, se confiesa. La acogida del público ha sido buena. No le ayudaba presentarse al público rock como cantante de Iguana Tango pero sí que miembros de grupos importantes hayan decidido trabajar con él. La confianza le ha permitido guardarse un papel de un personaje en esta tercera parte.

La siguiente pregunta es obvia, ¿llegará el directo? “Las tres partes están compuestas para representarse en un teatro. Quitando algunos interludios o alguna canción podríamos hacer una ópera rock de dos horas y media”, cuenta. El problema sería reunir a todos los miembros de la trilogía pero podría sustituirse por varios cantantes que hicieran los diferentes personajes. A Padilla le gustaría contar con una orquesta sinfónica para que el trabajo acabe sonando redondo. Lo ve difícil, pero no imposible.

Y, en el horizonte, una visión, algo que se vislumbra. Los fans ya le han preguntado por el siguiente personaje. No lo tiene claro pero empieza a fijarse en Goya y su última época con las pinturas negras. “Tengo la sensación de que si ciertos personajes hubieran nacido en el siglo XX serían heavys”, apunta el autor de ‘Legado de una tragedia’.