Vacas, jipis y tripis. Woodstock, la madre de todos los festivales

Si hay un festival legendario en la historia ese fue Woodstock. Sexo, drogas y rock & roll es el lema que siempre le acompaña, pero también el subtítulo de mítico. El Mad Cool, en su primer año de vida, lo sabe y ha decidido rendirle tributo con una exposición que trae su espíritu a Madrid.

Con sus fotografías Baron Wolman, quien ha acudido al festival madrileño junto a Michel Lang, el carismático fundador de Woodstock, nos lleva por esta muestra de viaje a ese verano de 1969 en el que se forjó, en una granja de Bethel, en el estado de Nueva York, el primer evento musical moderno y uno de los pilares de la contracultura estadounidense. Woodstock supuso además la consolidación del movimiento hyppie y el inicio de los macrofestivales veraniegos. Los organizadores esperaban reunir a 50.000 jóvenes en Woodstock pero se pasí del medio millón de espectadores en los tres días de conciertos.

En esos tres días, Wolman tiró unas 2.000 fotos. Sus imágenes -fue el primer editor gráfico de 'Rolling Stone'- están consideradas una de las grandes obras maestras de la fotografía musical. Las 32 que se pueden ver en Madrid son una selección del libro 'Reel Art Press' sobre el festival y tras su paso por el Mad Cool, se podrán ver en el Hotel Eurobuilding. El fotógrafo recuerda que el festival fue más que una cita muy especial. "Todos éramos parte de una comunidad. Nunca hasta ese momento se había visto tanta gente congregada en un evento musical y para mí fue toda una fuente de inspiración. Quería contar con mi cámara lo que sentía en mi corazón", rememora.

Lang, que tenía 24 años ese 1969, fue el productor ejecutivo del Woodstock. Asegura que "Baron Wolman fue capaz de captar el espíritu de la gente, las expresiones, las experiencias, ofreciendo una perspectiva totalmente única" 

Esta cita histórica, que reunió en el mismo escenario, entre otros, a Creedence Clearwater Revival, The Who, Janis Joplin, Santana o Jimi Hendrix, artistas que según Lang, estaban "alucinados e incluso superados" por la cantidad de público que se agolpaba en la pradera. En 2019 celebrarán el 50 aniversario del festival y su promotor musical quiere hacer un macroconcierto en el que figuras tanto del pasado, del presente y del futuro, pero para la que, "ante todo, tienen que tener algún tipo de implicación social", algo que, en su opinión, "no está muy presente en la música actual". Aunque fue un "producto de su tiempo", "podría volver a repetirse recuperando su esencia", matiza.