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Censura, el primer desnudo y función el día de tu boda. Cien años del teatro Reina Victoria
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Censura, el primer desnudo y función el día de tu boda. Cien años del teatro Reina Victoria

El teatro de la Carrera de San Jerónimo cumple este viernes su primer siglo de vida con Carlos Sobera como su nuevo dueño y decenas de anécdotas en la mochila

Foto: Lola Herrera celebra el primer siglo de vida del Teatro Reina Victoria de Madrid (Efe)
Lola Herrera celebra el primer siglo de vida del Teatro Reina Victoria de Madrid (Efe)

"Con gran solemnidad se inauguró el nuevo teatro de la Reina Victoria, que sorprendió a los espectadores por su elegancia y buen gusto. La Familia Real asistió a la apertura y el público salió encantado del teatro. El Rey decía que la sala del Reina Victoria le recordaba un teatro de Londres. La Reina aseguraba que era uno de los teatros más lindos de Madrid. En el patio de butacas, un espectador exclamó: "Ya hay dos cosas 'bien' en Madrid... el Palace Hotel y el teatro de la Reina Victoria". Así describía José Juan Cadenas, periodista, dramaturgo y su primer empresario, en el diario ABC cómo fue la inauguración del Teatro Reina Victoria de Madrid el 10 de junio de 1916.

Este viernes se cumple exactamente un siglo de aquella apertura y las opiniones entonces, recogidas el día después la crónica del mismo diario, "eran unánimes para ensalzar la belleza y buen gusto del nuevo coliseo". La corte y villa de Madrid, como solían decir las noticias, acogía un nuevo teatro "elegante y versalleco" en su decoración, "de alegres y claras tonalidades" y una "exquisita distinción". Construido según el diseño del arquitecto José Espelius, no eran los palcos, las butacas o su forma de corazón lo que más llamó la atención. Fueron las vidrieras de Maumejean y los azulejos de Talavera de su fachada y, especialmente, su claraboya, que se abría "como una media naranja" permitiendo que "el aire fresco de la noche renovaba en un instante la temperatura". Hoy la claraboya está cerrada pero su nuevo dueño, Carlos Sobera, asegura que este año se va a restaurar. También va a cambiar la marquesina exterior para recuperar el lustre de su fachada original y se remodelará el patio de butacas.

Ese 10 de junio de hace cien años, el nuevo teatro ubicado en el edificio de la Cervecería Inglesa de la Carrera de San Jerónimo, abría sus puertas con la presencia de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, quien le da el nombre. Vieron 'El capricho de las damas', de Blasco Soler y Asensio Mas. Su andadura comenzó centrada en la opereta, después pasó a la zarzuela y acabó siendo un referente de la llamada 'alta comedia'. Un siglo después será Lola Herrera la que celebre este redondo cumpleaños pisando sus tablas con una de las obras más personales de su carrera, 'Cinco horas con Mario'.

Ayer se bautizó una de las butacas del teatro con su nombre, como pasará con otras 11 personas destacadas relacionadas con el teatro durante todo el año -Sobera tiene en mente nombres como Luis Varela o Antonio Gala-, pero la actriz está ligada con el Reina Victoria mucho más allá. No solo porque este teatro, que durante la II República pasó a llamarse Victoria, durante la Guerra Civil fue rebautizado con el nombre del dramaturgo Joaquín Dicenta, el abuelo de su exmarido Daniel Dicenta (tras la contienda recuperó su nombre regio), sino porque fue donde hizo sus primeras obras.

"Empecé aquí muy pronto, con la compañía de Tina Gascó y con Pepe Bódalo. Luis Varela y yo empezamos a fumar en los sótanos de este teatro", recuerda entre risas. "¡Cómo nos mareábamos!", dice primero del efecto de los cigarrillos de anises y, después, del L&M. Aunque si hay una anécdota que la ligará por siempre a este teatro es la del día de su boda. El 31 de diciembre de 1960 se casó con Daniel Dicenta, pero ella pasó la fiesta de su boda junto a Vicente Parra sobre el escenario del Reina Victoria haciendo la doble función de 'Chéri', de Colette. "Salí del Hotel Santander vestida de novia, fui a al Iglesia de San Sebastián a casarme, hicimos un bufet en la Italiana y después crucé la calle para hacer las dos funciones y comerme las uvas con el público", recuerda. Y remata entre risas: "después ya tuvimos nuestra noche de bodas".

También cuenta que en 1986, cuando estaba interpretando 'Las amargas lágrimas de Petra von Kant', le tocó la Lotería del Niño a todos los trabajadores del teatro. "No fue el Gordo pero fue un buen pellizco", asegura. Les había tocado lo jugado en la de Navidad y la inversión fue redonda. "El día de Reyes aparecimos todos por allí enloquecidos", añade.

Pero los momentos únicos que se han sucedido en el escenario y la platea del Reina Victoria en estos 100 años no acaban aquí. Las crónicas hablan de que el primer desnudo femenino visto sobre un escenario tuvo lugar aquí en 1920, en la obra 'El príncipe del Carnaval'. Cuenta Antonio Castro, cronista de la Villa en 'Madridiario', que no solo se vio este desnudo. Otro momento sonado se vivió cuando Victoria Vera enseñó los pechos en 1975 durante la función de '¿Por qué corres, Ulises?', de Antonio Gala y dirigida por Mario Camus. Obra en la que además debutó como actor Nacho Duato. Recogía el 'ABC' entonces que el estreno fue desigual con más pateos y pitos que aplausos. "Las teticas de Victoria Vera, muy bien", escribió Carlos Luis Álvarez.

Unos años antes, en 1969, Nuria Espert y su marido Armando Moreno también protagonizaron otra de esas noticias que quedan para la historia. Tenían previsto estrenar 'Las criadas', de Genet, y 'Los dos verdugos', de Arrabal, pero el texto de este último no pasó la censura a pocas horas de levantar el telón y la compañía se fue a la calle.

Mirando al futuro dice Sobera, y no le falta razón, que celebrar el centenario de un teatro y encima privado es toda una proeza en España. El televisivo presentador compró el Reina Victoria en marzo a través de su productora, Arequipa, y empezó a gestionarlo el pasado mes de mayo. Hasta entonces y durante 26 años, estuvo gestionado por Enrique Cornejo y siempre ha estado en manos de la familia Folguera y Martín Laborda. "Yo solo quería gestionar el espacio teatral, pero vi que la única forma de hacerlo era comprándolo. Nunca quise ser propietario de un teatro pero una vez hecho, estoy muy contento. Es una fuente de responsabilidades enormes porque es un edificio histórico, tienes que programar bien y no siempre es fácil. Así que estoy muy hipotecado, pero contento", asegura.

La competencia no va a ser sencilla, por eso apuesta por un programación simultánea y variada que permita habitar el teatro todos los días y con obras que cambien cada dos meses y medio o tres. "Con dinero público es fácil hacer las cosas, e incluso a veces se sobredimensionan los proyectos, mientras lo privado se queda en un segundo plano o se critica porque es comercial. Yo reivindico a la gente se preocupa por hacer teatro bueno y por los espacios. Es muy jodido sacar adelante un teatro, pero es una aventura que merece la pena", garantiza. "Mejor arruinarse con un teatro con un jet privado", remata mientras brinda por otro siglo más de historia para el Reina Victoria.

Cinco horas con Lola Herrera

La nueva programación del Teatro Reina Victoria ha arrancado en mayo con Lola Herrera en uno de los papeles más míticos de su carrera: 'Cinco horas con Mario'. Tras estrenar esta obra de Miguel Delibes en 1979, la actriz vuelve a meterse en la piel de Carmen Sotillo 36 años después para conmemorar los 50 años de la publicación de una de las obras más conocidas de Delibes. Estará en cartel hasta finales de mes.

Pero además, Carlos Sobera explica que la programación del Reina Victoria para celebrar su centenario apostará por la calidad, los rostros conocidos y la variedad. Un modelo, define, de programación simultánea y variada. "Buscamos el sitio donde todos puedan encontrar su espacio escénico", afirma. Por eso, junto a las funciones que pueden denominarse 'más comerciales', no faltarán monólogos (de jueves a sábado), funciones infantiles y golfas y conciertos acústicos (lunes y martes).

En cartel estarán los próximos meses 'Swingers (intercambio de parejas)', con Beatriz Rico como protagonista; 'Milagro en casa de los López', de Miguel Mihura, protagonizada por Nuria González y Nacho Guerreros; 'Héroes', con Javier Gurruchaga, Luis Varela y Iñaki Miramón; o el espectáculo 'Soy un misareble', de Miguel Lago.

Con motivo del centenario, el teatro ha convocado un concurso literario para jóvenes dramaturgos, en octubre se homenajeará a los actores mayores que han pisado su escenario a lo largo de su historia y el 12 de diciembre una gala conmemorará por todo lo alto su primer siglo de vida.

"Con gran solemnidad se inauguró el nuevo teatro de la Reina Victoria, que sorprendió a los espectadores por su elegancia y buen gusto. La Familia Real asistió a la apertura y el público salió encantado del teatro. El Rey decía que la sala del Reina Victoria le recordaba un teatro de Londres. La Reina aseguraba que era uno de los teatros más lindos de Madrid. En el patio de butacas, un espectador exclamó: "Ya hay dos cosas 'bien' en Madrid... el Palace Hotel y el teatro de la Reina Victoria". Así describía José Juan Cadenas, periodista, dramaturgo y su primer empresario, en el diario ABC cómo fue la inauguración del Teatro Reina Victoria de Madrid el 10 de junio de 1916.

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