Festival Utopía: subidón de EDM (o cómo hacer que un DJ cobre como un galáctico)
El festival Utopia se estrena en Madrid apostando por la electrónica de estadio
A muchos no les sonarán las siglas, pero el EDM (Electronic Dance Music) es uno de los estilos dominantes del planeta pop. Se trata, sencillamente, de música electrónica que abraza los recursos del rock de estadio. Sus principales estrellas acaparan la lista Forbes de discjockeys mejor pagados del mundo. Si hablamos de los cabezas de cartel del Utopia, David Guetta ingresó 37 millones de euros en 2015 y Diplo superó los 15 millones, retribuciones a las altura de estrella de la NBA o un galáctico del Real Madrid. Lo curioso es que estamos ante un estilo brutalmente denostado por los fans veteranos de la electrónica. Si me preguntan, diría que con razón, ya que consigue domesticar la pegada de estilos como el house, el electro o el drum & bass.
El Festival Utopia se estrenó en Madrid este sábado con el gancho de Guetta y un truco sucio el domingo: poner una cabeza de cartel a las tres de la tarde (Diplo), otro a las diez de la noche (Armin Van Buuren) y confiar en tener a miles de veinteañeros consumiendo nueve horas en el recinto (también un seis por ciento de menores, el público del futuro). Resumiendo: sol a plomo y electrónica a piñón fijo. La organización declaró 19.000 asistentes el sábado y confirmó la continuidad del certamen para los próximos tres años. Artísticamente, el cartel era de lo más conservador y previsible, nombres consolidados cuya mayor aportación al género son los récords de taquilla. Curiosamente, quien mejor ha explicado los defectos del EDM no es un crítico musical, sino un tronchante gag de 'Saturday Night Live'. Nunca un grupo de artistas había ganado tanto por hacer tan poco. Pinchen abajo para comprenderlo.
El rodillo de 'Papi Chulo'
El domingo, a las tres y cuarto de la tarde, Diplo consiguió poner a bailar al recinto con el aforo justito, tirando del repertorio más trillado del mundo. Fue un mezcla de exitazos de Major Lazer, frescor jamaicano y bromas pop como pinchar un minuto de 'I Will Always Love You' (Whitney Houston). ¿Lo más divertido? Comprobar que los dos mayores rodillos de su sesión fueron 'Papi Chulo' (Lorna) y 'Gasolina' (Daddy Yankee), las mismas que cuando debutó pinchando en España junto a M.I.A, en el Sónar 2005.
Está claro que el reguetón no es un música pasajera y que sus grandes himnos han aguantado espléndidamente el paso del tiempo
Está claro que el reguetón no es un música pasajera y que sus grandes himnos han aguantado espléndidamente el paso del tiempo. Para postre dejó 'Lean On', la pegajosa y exitosa canción de Major Lazer que arrasó el verano pasado. Diplo es el tuerto en el país del EDM: su afición por las músicas del gueto le ha dado empuje para sonar más vivo que el resto, pero no deja de ser un DJ plano que tira por los trucos más trillados. Por cierto, a la espera de cifras oficiales, en la carpa de prensa se coincidía en que el domingo hubo bastante menos público que el sábado.
Subidones y cantaditas
El EDM confía ciegamente en un par de recursos: los subidones y las “cantaditas”. En lo primero son especialistas Showtek, hasta el punto de que llevan diez minutos de actuación y sientes que ya te has corrido para la sesión entera. Ellos siguen intentando llevarte al orgasmo, pero tú ya solo tienes energías para refrescarte la cara. Pasados de vuelta, solo consiguen arrancar un “guau” general cuando repescan 'The Rhythm Of The Night', pepinazo de 1993 de los italianos Corona. Rudimental son un grupo británico que parecen la versión drum & bass de Los Manolos, Igual que cualquier melodía alegre se puede transformar el rumba, ellos utilizan el pasapuré para arrimar cualquier ascua a su sardina de bajos retumbantes: da igual que sea un éxito de los Fugees, el clásico “Hit The Road, Jack” o la banda sonora del reality show policíaco “Cops”. Presumen de banda, con uso de trompeta en directo, pero su fórmula convierte todo lo que tocan en algo mucho más homogéneo de lo que era.
¿Segundo recurso EDM? Las “cantaditas”. Ese es el terreno del catalán Brian Cross, cuya estética está más cerca de lo que parece del superventas ochenteno Christopher Cross, solo que subido de bpms (golpes de ritmo por minuto). Remezlcador de Ricky Martin o David Bisbal, su sonido desprende un calor próximo a la estética de radiofórmulas tipo M80 serie oro (es una descripción, no un reproche).
Simple caja registradora
Utopía carece de ambición artística. Más bien estamos ante un hermano electrónico del Dcode, un festival estandarizado que busca cubrir el expediente. La música electrónica empezó siendo una democratización del acceso musical y ha terminado ejerciendo de simple caja registradora, con un star system que reproduce los peores tics de las estrellas de rock. Lo interesante del EDM no son los cañones de confeti, ni los rayos láser, ni que te superen los subidones. Su misterio es averiguar cómo y por qué ha enganchado a tanta gente.
Lo interesante del EDM no son los cañones de confeti, ni los rayos láser, ni que te superen los subidones. Su misterio es averiguar cómo y por qué ha enganchado a tanta gente
Mi apuesta es que triunfa por su calidez, por su mecánica previsible y por la familiaridad de sus recursos (como las comedias románticas o las películas bélicas). Quizá el reportaje más interesante sería entrevistar a media docena de fans para que expliquen qué ven donde otros no vemos nada. Lo digo sin menosprecio: lo mismo aprendíamos algo. Lo que está claro, dada la juventud y entusiasmo de los asistentes, es que el género está aquí para quedarse. Parece que hay Utopía para rato.
A muchos no les sonarán las siglas, pero el EDM (Electronic Dance Music) es uno de los estilos dominantes del planeta pop. Se trata, sencillamente, de música electrónica que abraza los recursos del rock de estadio. Sus principales estrellas acaparan la lista Forbes de discjockeys mejor pagados del mundo. Si hablamos de los cabezas de cartel del Utopia, David Guetta ingresó 37 millones de euros en 2015 y Diplo superó los 15 millones, retribuciones a las altura de estrella de la NBA o un galáctico del Real Madrid. Lo curioso es que estamos ante un estilo brutalmente denostado por los fans veteranos de la electrónica. Si me preguntan, diría que con razón, ya que consigue domesticar la pegada de estilos como el house, el electro o el drum & bass.
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