Sofía recuerda su vida... al morir su marido. El teatro de los Borbones

Mientras en Londres ha reinado 'Carlos III' sobre las tablas y 'The Queen' Helen Mirren ha dado voz a Isabel II en 'La audiencia', en España la monarquía siempre ha sido intocable. Poquísimas son las obras de teatro que han subido a la Familia Real actual a un teatro. Tímidamente aparecía la reina Letizia en 'Trágala, trágala', basada por cierto en Fernando VII. 'El rey', con Alberto San Juan, Willy Toledo y Luis Bermejoabordó el tema de frente y sin tapujos. Y ahora es el turno de la reina emérita:'Sofía' llega a la sala Margarita Xirgu del Teatro Español (1 a 26 de junio) en un monólogo protagonizado por Victoria Salvador y escrito y dirigido por Ignacio García May.

La muerte de Juan Carlos I es el detonante para el viaje que emprende doña Sofía en esta obra de teatro en la que recuerda episodios clave sin obviarlas polémicas que rodean a la Familia Real en los últimos tiempos como el caso Noos, Corina o la cacería de Botsuana."Es como un puzle variado de momentos de su biografía", explica Salvador. "La función no elude los conflictos ni las polémicas pero tampoco se regodea en ellos. No se obvia nada pero no es un reportaje ni es el Hola. Es una sublimación literaria y poética y no se enarbola ninguna bandera", añade.

"Necesitaba un acontecimiento fuerte para, de alguna manera, dinamitar ese viaje de la memoria que es la obra. Era lo más potente, y te puedo garantizar que me han dicho algunas cosas por ello... Me han llamado de todo. Pero, lo cierto es que a partir de ese acontecimiento, el personaje de Sofía podía entra en un viaje caótico, como son los viaje por la memoria, por los momentos más importantes de su vida y otros que no lo son no tanto pero sí dramatúrgicamente", cuenta García May. E insiste: "esto no es una biografía de la tele ni un reportaje de prensa ni busca el enfoque de un periodista ni un historiador. De lo que se trata es de que este personaje de la reina se plantee quién es y cuál es su lugar tras desaparecer su función. Lo que importa es el ser humano que hay detrás.Y eso se hace en siete escenas que son como siete movimientos cada uno con un tono".

Como ya ha dicho el director, que se confiesa abiertamente no monárquico, ha recibido ya los primeros improperios tan variados que van desde quese quería cargar la monarquía hasta que es un agente a su servicio. Gajes de vivir "en un país tan fanático y polarizado como tenemos".Eso sí, y garantiza que le han preguntado mucho al respecto, no ha recibidoninguna llamada ni censura de ningún tipo por parte de la Casa Real.

Lo cierto es que una obra así hubiera sido impensable hace unos cuantos años en este país y, en gran parte defiende, por la autocensura impuesta por el propio sector. "Es verdad que desdichadamente hay muchas cosas aquí que siguen sin ser normales, y no solo con la Familia Real. Mi teoría es que lo que sucede con el teatro en España en general es que está sometido a influencias políticas. La mayoría de los teatros son públicos, las producciones están subvencionadas y siempre se ha tenido mucho cuidadito porque tratar determinados temas significa que automáticamente te quedas fuera. Es un fenómeno de años y ha sido nefasto para todo. Si miras la carteleras verás muchos 'lopes' y 'shakespeares' pero se tratamuy poco de lo que nos pasa ahora", afirma.

Este proyecto nació por encargo de Juan Carlos Pérez de la Fuente, el hasta el domingo director del Español. García May cree que ahora se empiezan a ver más este tipo de funciones seriasque surgen como"un efecto colateral de la crisis". "Al derrumbarse el sistema económico se han abierto ciertas puertas" y cree que "lo que hace falta es sentarse a hablar tranquilamente sin chistecitos ni morbo". "Un elogio no significa echarle babas ni una crítica llenarle de brea y pluma. Cuesta de entender esto, pero el teatro sirve precisamente para eso. Es alarmante que no cumpla esa función".

Noos, Corina y Botsuana

Cuenta García May que una de las grandes sorpresas que se encontró cuando empezó a bucear en la biografía de la reina Sofía -confiesa que ha leído todo lo que ha caído en sus manos sobre la reina Sofía desde biografías hasta artículos y reportajes de todo el mundo- es su linaje germano. "Aunque nacida en Grecia, su familia no lo es. Es una mujer del norte, no del sur, y eso está en su educación. Vive en un mundo casi prusiano. Eso es muy importante para entenderla", señala. Junto a esa faceta, la obra aborda la relación con su madre, su noviazgo y las últimas polémicas que rodean a su familia.

"Tenían que estar ahí", dice categórico el director. La diferencia, apunta, es que "el caso Noos lo es así para los españoles pero para ella, desde su punto de vista de madre, es un conflicto que le hace mediar entre sus hijos. Uno de ellos tiene que defender la ley y el otro está en un juicio todo los días. Lo que hemos intentado es hacer un salto de perspectiva. La noticia ya la conocemos. Ahora vamos a la mujer". Del mismo modo, la relación con Juan Carlos I aparece desde sus inicios con un tono "casi de comedia de los años cincuenta. Es como una historia de Blake Edwards. Empieza en un mundo de glamour y elegancia y acaba como acaba", responde al preguntar cómo aborda la figura de Corina en la vida del rey.

Victoria Salvador destaca que ha aprendido "de la paciencia de este mujer, su sentido del deber, de la disciplina y de la responsabilidad respecto al papel que le ha tocado jugar en la historia.Tiene una capacidad de aguante muy fuerte. Creo que estos personajes públicos con esta responsabilidad política, de alguna manera, están presos en su situación y no tienen la misma capacidad de reacción que un ciudadano común ante sucesos como por ejemplo una infidelidad. Como mujer creo que ha debido sufrir mucho y siempre ha estado a la sombra, por debajo del rey y del elemento masculino", añade.

Nadie sabe lo que siente esta mujer, deja en el aire Salvador, porque si en algo coincide la opinión general es en que la reina Sofía es uno de los personajes más conocido y desconocido. "Creo que parte de esa disciplina y del papel que ella ha querido desempeñar. No es solo vivir a la sombra sino una forma de vivir discreta y con distancia. No entra al trapo y eso le enaltece como persona". Coincide García May: "creo que tiene razón cuando elige marcar esa distancia respecto al mundo. La comprendo. Cuando estás en un lugar como el suyo puedes reaccionar de muchas formas, lo vemos con la propia Familia Real y su formas de enfocar la popularidad, y ella ha establecido un marco de seguridad que tiene mucho que ver con su cultura germánica". Comprendo las ganas y la postura de mantener de esa distancia".