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Juana, la reina y la gran maltratada
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en el teatro de la abadía hasta el 12 de junio

Juana, la reina y la gran maltratada

Concha Velasco se mete en la piel de la Juana de Castilla, la loca pero también la cuerda y desconocida, en un monólogo dirigido por Gerardo Vera y escrito por Ernesto Caballero

Foto: Concha Velasco en 'Reina Juana' (Sergio Parra)
Concha Velasco en 'Reina Juana' (Sergio Parra)

Todos la conocemos como Juana la loca, pero Juana de Castilla, la reina Juana, fue mucho más que una reina recluida en Tordesillas y que una mujer loca de amor. Juana también fue una reina cuerda, una reina víctima y una reina maltratada, por su familia pero también por la historia. Concha Velasco se lanza sin red al inmenso reto que supone dar vida a la 'Reina Juana' en un intenso monólogo, dirigido por Gerardo Vera y escrito por Ernesto Caballero, que pone el acento en la mujer vapuleada por la historia que vivió a la sombra de todos los hombres su vida: su padre, Fernando el Católico; su marido, Felipe el Hermoso; su hijo, Carlos V, y su nieto, Felipe II.

Tras arrasar en Sevilla, Santander y Murcia, Velasco trae ahora al Teatro de la Abadía de Madrid (hasta el 12 de junio) este montaje que posa la mirada en esa Juana que la madrugada del 11 al 12 de abril de 1555 pide ver a con su confesor, Francisco de Borja, y empieza a rendir cuentas con todas las personas que han pasado por su dolorosa vida antes de morir sola y tras 46 años encerrada. Una vida de tragedia que fue mucho más allá que esa imagen generalizada de una mujer demenciada. "Es la gran víctima de la historia de España", garantiza Velasco. "Es la gran maltratada en todos los aspectos: por la historia, por su padre y por su esposo, que también la maltrató físicamente", defiende a este personaje que confiesa amar y que aborda a sus 76 años, "los mismos con los que murió Juana".

"Lo que no conocía era a la Juana la cuerda, que es la que contamos. A reina Juana, encarcelada durante más de 40 años, rebelde, que jamás renunció a su corona, que todo fue como está pasando en el Gobierno de España por buscar paralelismos. Aquí todo el mundo está en funciones y hasta el emperador, su hijo Carlos, estuvo en funciones y únicamente su nieto, Felipe II, que sabe que va a morir esa noche y la acusa de hereje, de luterana y de estar poseída por el maligno, accede a confesarse la última noche de su vida", asegura.

Durante hora y media, la obra aborda en forma de 'flashback' la vida de la reina Juana desde que naciera entre el grito de cien herejes que en ese mismo momento estaban siendo quemados en la hoguera. Su infancia, su gran amor por Felipe, su primer orgasmo, sus hijos, el odio, la conspiración, la traición... Todos los capítulos que marcaron la vida de una mujer, más que loca, temperamental que no se plegaba a las convenciones. Por eso Vera ha querido profundizar en uno de los personajes más llamativos y con más sombras de la historia de España mostrando las heridas de la mujer madura, sola y a la que le robaron la vida y la gloria que a medida que divaga sobre su vida, recorre buena parte de nuestra historia.

A pesar de ello, director y actriz aclaran que no es una obra de teatro documental. "No es una lección de historia", subraya. "La gente quiere a la Juana la loca. La historia de amor. Y aquí no. Aquí está, pero al mismo tiempo está esa historia de lo que le pasó", recalca Vera destacando la contemporaneidad de este personaje que encarna el paso de la Edad Media a la Moderna. "Ernesto Caballero plantea desde reflexiones de una gran contemporaneidad todas las grandes preguntas de una época marcada por la intolerancia religiosa, la corrupción política y la ambición desmesurada de una monarquía absolutista cuyos ecos, por desgracia, aún resuenan en nuestros días".

"Es una mujer que está en el eje de la barbarie de las monarquías absolutas europeas del siglo XVI que convivían con la barbarie con una facilidad como quien se come un helado", apostilla sobre un personaje muy shakespeariano. El montaje nace cuando Caballero le manda el texto a Vera y este decide que sí o sí tiene que hacerlo Concha Velasco. Ella, que "llevaba años persiguiendo" a Vera, no lo dudó -"lloré cuando leí el texto y decidí hacerlo"- y dejó sus anteriores proyectos por meterse en la piel de una de las mujeres más desconocidas, más allá del mito, de nuestra historia. "Concha tiene verdad. Es verdad" resume el director.

Reconoce Velasco que Juana se ha instalado en ella. "Hay cosas que me unen a Juana: el amor, el desamor, el odio y, a veces incluso la ausencia. A mí no me han maltratado pero sí me han abandonado", explica. Para preparar su trabajo, cuenta, ha devorado todo lo que ha caído en sus manos sobre Juana de Castilla. "Gerardo es muy exigente y me hizo leer todo todo lo habido y por haber. Tanto que llegó un momento en el que iba muy retrasada con el estudio del texto pero quería seguir conociéndola". Es por ello que habla con pasión de esa mujer que no vagó como una loca con el cuerpo de su marido sino que quería demostrar que había sido envenenado y era su forma de protesta, sobre una mujer que más que loca de amor había sido engañada por su marido o que pudo casarse con Enrique VIII en vez de su hermana Catalina y hasta que quisieron hacerlo años más tarde para que el monarca inglés consiguiera por fin tener un heredero.

"Es un texto poético y con una enorme dificultad como actriz", agrega. Tras personajes monumentales como Hécuba o Santa Teresa, esta Juana es otro de los grandes retos para una actriz como ella que lleva toda la vida en los escenarios pero que sigue reconociendo sin ningún tipo de pudor sus miedos. "Cuando salgo siempre me digo: ¿me sé la función? Siempre me late el corazón y me pongo muy nerviosa". Pero los nervios se disipan cuando pisa esa cálida y a la par sombría celda y le cede su voz a Juana para colocarla en el lugar que se merece."¿Endemoniada por qué? ¿Porque oigo voces? ¿Porque hablo sola?"

Todos la conocemos como Juana la loca, pero Juana de Castilla, la reina Juana, fue mucho más que una reina recluida en Tordesillas y que una mujer loca de amor. Juana también fue una reina cuerda, una reina víctima y una reina maltratada, por su familia pero también por la historia. Concha Velasco se lanza sin red al inmenso reto que supone dar vida a la 'Reina Juana' en un intenso monólogo, dirigido por Gerardo Vera y escrito por Ernesto Caballero, que pone el acento en la mujer vapuleada por la historia que vivió a la sombra de todos los hombres su vida: su padre, Fernando el Católico; su marido, Felipe el Hermoso; su hijo, Carlos V, y su nieto, Felipe II.

Concha Velasco
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