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La épica de los Ulises del siglo XXI
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a partir del 5 de abril en el centro conde duque

La épica de los Ulises del siglo XXI

La Joven Compañía estrena la próxima semana su proyecto más ambicioso: las versiones teatrales de 'La Iliada' y 'La Odisea', de Homero, en versión de Gillem Clua y Alberto Conejero

Foto: Ensayos del 'Proyecto Homero' de La Joven Compañía (Pau Rodríguez)
Ensayos del 'Proyecto Homero' de La Joven Compañía (Pau Rodríguez)

Fuera, en el Madrid de las prisas y los pactos, llueve y el gris encapota la ciudad. A escasos metros, en una nave gélida y escondida en Usera, las sirenas aúllan en un espeluznante agudo eterno. Quieren hacer suyo a Ulises. Al de Homero, pero también a todos los Ulises que han salido de sus tierras y se baten en las fronteras contra vallas y mares, contra contratos precarios o contra la soledad y el desarraigo. Al fin y al cabo, no dista tanto la épica que recreó el escritor griego de la que viven los Ulises del siglo XXI.

En esa nave que hace de barco y de mar, de Hades y de Circe es donde La Joven Compañía afina su épica. El proyecto creado en 2012 por José Luis Arellano y David R. Peralto se enfrenta a su reto más ambicioso y poético: poner sobre el escenario ‘La Iliada’ y ‘La Odisea’. O lo que es lo mismo el Proyecto Homero: 15 jóvenes de entre 18 y 26 años protagonizando a partir del 5 de abril en el Centro Cultural Conde Duque las versiones de ambos textos escritas por dos de los mejores dramaturgos jóvenes de nuestro país, Guillem Clua y Alberto Conejero.

El calor en este ensayo no lo pone un viejo calefactor sino la energía y la emoción que respira su joven elenco. Ante nosotros cuatro sillas, un gran círculo en el suelo figurando la plataforma móvil que será el escenario, unos escalones azules donde descansan varias botas de esquí desde donde derrotar las olas y pegados a las paredes carteles donde se puede leer “sirenas”, “bañera” y “tramex”. Arellano les pide a sus actores que sientan que estos versos que hablan de la historia de Europa son “un poema vívido”. “Conquistadle”, les dice a las sirenas mientras seducen a Ulises. “Tu cuerpo naufraga en los recuerdos”, le tientan.

Hoy, en este ensayo, Ulises ha transitado por el palacio de Circe, ha bajado al Hades, ha escapado de los cantos de sirena y puesto rumbo a Calipso tras el desaguisado de Trinacria. Y Samy Khalil, tan cansado y náufrago como el héroe griego que encarna, se emociona al recitar los versos de Homero. “Eran voces de todo lo que pudo ser y no fue, de todo lo que amé y herí, de todo lo que deseé y no me atreví. Voces, tan solo voces, de todo lo que estuvo a punto de existir y no ha existido”.

Ensayo de 'La Odisea' la semana pasada (P.C.)Clua ha creado en una Iliada “más fría y oscura” una disección totalmente actual de la guerra, mientras que para la regreso a Ítaca y a uno mismo que es la Odisea Conejero ha querido que aventura y poética sean indivisibles. De Aquiles, Patroclo y Agamenón y Paris y Helena de Troya, quien tiene mucho más peso en esta adaptación, a Ulises, Penélope y Telémaco, también aquí con más protagonismo, y a Atenea y Zeus. Suena antiguo, académico quizás, pero da miedo su actualidad. “Todo lo que somos como europeos está en Homero”, defiende Arellano sobre estas dos epopeyas que hablan de nuestro origen como humanos y a las que acudió para poder reflexionar con sus actores de la tan hoy en solfa identidad europea.

La Iliada' es Siria, es todo lo que está pasando ahora con una Europa que cierra sus fronteras pero también es el Parlamento y sus líneas rojas mientras el sufrimiento está en la calle”, dice enérgico. Por eso, le pide a sus actores que alcen la voz, que sientan y lancen a este país “que no olvidemos. Hay que recordar”. Eso es, les dice en otro momento de esta emocionante tarde, “buscan una vida mejor en esos barcos y en esas pateras”.

“Hay que intentar recuperar la poética en el teatro y dejar de hacer teatro de sillas. Es nuestra obligación”, afirma con pasión el director consciente –o insconsciente, confiesa entre risas- del “inmenso riesgo” que supone enfrentarse a estos dos textos, y además, juntos. Aunque el reto comenzó hace cuatro años cuando se propuso que fueran los propios jóvenes los que hicieran teatro para jóvenes, probablemente uno de los públicos más desatendidos de la escena española, sin olvidar a los adultos. El éxito de ‘Hey boy, hey girl’ o ‘FuenteOvejuna’ habla por sí solo. Para este séptimo montaje se han agotado las entradas para los matinales y van por el mismo camino las de tarde, que tendrá lugar de jueves a sábado (alternando los títulos de ambas obras excepto el sábado, cuando se podrán ver seguidas). Superan las 7.000 entradas reservadas.

Los jóvenes no son imbéciles. Yo soy totalmente consciente de la modernidad de Homero y eso es lo que hay que trasladarle a los jóvenes, y que además entiendan que el teatro es un andamiaje”, añade Arellano. En La Joven Compañía ha encontrado “un bálsamo con el que recuperar la esencia de lo que sentíamos cuando empezamos”, dice también este director habitual colaborador de Gerardo Vera.

Mientras dejamos a Ulises intentado volver a su hogar y a Helena consciente y doliente por su papel protagonista en la historia, los jóvenes alzan la voz a través de los poemas más antiguos de la literatura europea para convertirse, justo cuando es más necesario, en los transmisores de la esencia de nuestra civilización. La épica de Homero es también la suya… y la nuestra.

Fuera, en el Madrid de las prisas y los pactos, llueve y el gris encapota la ciudad. A escasos metros, en una nave gélida y escondida en Usera, las sirenas aúllan en un espeluznante agudo eterno. Quieren hacer suyo a Ulises. Al de Homero, pero también a todos los Ulises que han salido de sus tierras y se baten en las fronteras contra vallas y mares, contra contratos precarios o contra la soledad y el desarraigo. Al fin y al cabo, no dista tanto la épica que recreó el escritor griego de la que viven los Ulises del siglo XXI.

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