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Españoles, la cultura ha muerto: un informe tacha de "desastrosa" la política del PP
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Un informe suspende al gobierno

Españoles, la cultura ha muerto: un informe tacha de "desastrosa" la política del PP

La Fundación Alternativas presenta su informe sobre la cultura y propone un cambio en la gestión con una apuesta por un pacto entre PSOE, Podemos y Ciudadanos

Foto: (Fotomontaje: Enrique Villarino)
(Fotomontaje: Enrique Villarino)

La Fundación Alternativas, próxima al PSOE, ya ha hecho su análisis sobre el estado de la Cultura en España en 2016 y lo ha presentado este miércoles. ¿Conclusiones? Pese a la cacareada recuperación, el Gobierno del PP recibe un suspenso total -un 4,6- y sin visos de mejora. España no ha remontado culturalmente, al contrario, se ha hundido: las cifras dibujan pérdidas de espectadores/consumidores y facturación de hasta un 35% menos respecto a 2009. No solo en el ámbito público: también han cerrado más de 4.000 pymes culturales y hasta un 18,2% de las empresas reconocieron una inversión menor en cultura en 2015. Y las nuevas iniciativas autogestionadas, surgidas al calor de la crisis han sufrido el desamparo las instituciones.

El desastre para el Ministerio de Educación y Cultura que dirige Íñigo Méndez de Vigo -y anteriormente José Ignacio Wert- es mayúsculo. Así lo estima Enrique Bustamente, coordinador del informe sobre 'El estado de la cultura en 2016' y catedrático de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense: “En los años de este Gobierno la política cultural ha sido desastrosa, ha habido un recorte brutal. En presupuestos hemos perdido 400 millones de euros -de 1.284 millones de euros en 2009 a 803,5 millones en 2016-. Y después, en lo que respecta a la fiscalidad, el IVA cultural del 21% ha provocado unas pérdidas del 13%”.

Horizonte (muy) malo para cine y bibliotecas

Por sectores, el análisis es descorazonador, pese a que en algunos casos sí se ve un poco de luz al final del túnel. No es el caso de las bibliotecas, una de las grandes damnificadas. El Estado gestiona 53 bibliotecas y su presupuesto ha descendido un 60% desde 2009. De más de 100 millones de euros a 42 millones en 2015, con lo que eso significa en cuanto a merma de recursos y fondos.

En cine, si en la época de Ángeles González-Sinde, el ICAA contaba con 90 millones de euros, ahora apenas llega a los 60 millones por lo que la producción ha quedado en manos de los dos grandes grupos mediáticos, Atresmedia y Mediaset, que son los que pueden financiar las películas, y suelen por tanto optar por un blockbuster. Han desaparecido las producciones medianas quedando únicamente las grandes producciones millonarias o las películas de bajísimo coste. ¿Resultado? Cierre de numerosas productoras, ya que hasta el 85% sólo estrena una película al año, y muchas de ellas tampoco acceden a las plataformas digitales, las cuales avanzan pero despacio y miden el peligro de la llegada de nuevos actores como Netflix: sus ingresos en 2014 fueron de 38 millones de euros. Sí, es cierto que se aprecia un aumento de los espectadores, pero gracias a solo cuatro o cinco películas. Un dato: 'Ocho apellidos vascos' obtuvo el 42% de la recaudación total en 2014.

Se aprecia un aumento de los espectadores, pero gracias a solo 4 o 5 películas. 'Ocho apellidos vascos' obtuvo el 42% de la recaudación total en 2014

En el terreno del arte ha ocurrido algo parecido. Han cerrado galerías y las que existen ya no están en los enclaves más lujosos de las ciudades por el coste de los espacios. La crisis provocó que se dejaran de comprar los cuadros “de clase media”, la horquilla entre los 3.000 y los 10.000 euros. Sí se vende un Sorolla, pero no un boceto de Sorolla. Los museos también han visto rebajada su financiación pública y muchos de ellos han quedado reducidos a grandes esqueletos en las ciudades, si bien es cierto que fueron erigidos en época de desmesurada bonanza (y mala gestión). Según el informe, a la falta de apoyo público se une una ley de patrimonio que frena la exportación de las antigüedades y un IVA cultural que perjudica a las transacciones artísticas. Eso, y la falta de una ley de mecenazgo.

Algo mejores son las perspectivas para el teatro y la música. Para el análisis del primero, la FA se apoya en el último anuario de la SGAE, donde se resalta que en 2014 aumentó la recaudación (181,3 millones, un 7,5% más) y la asistencia (12 millones de espectadores, un 8,2% más). Sin embargo, es un sector en el que en los últimos cinco años la facturación ha caído un 30,4% -otra vez, el IVA cultural-, por lo que la crisis continúa, y más en danza donde no se remonta ni en espectadores ni en recaudación. En música, la salvación ha llegado en parte gracias al streaming, que ya ha generado 30,6 millones de euros, un 39,8% más que en 2014. En conciertos también hay un alivio: 173,5 millones de euros de facturación en 2014, lo que supone 9,76% más. Pero siguen los problemas: los conciertos se concentran solo en unas pocas ciudades, las salas no pueden mantener programaciones fijas y lo que hacen los músicos emergentes es alquilar las salas, lo que con el IVA cultural es una catástrofe.

A favor de un pacto cultural PSOE-Podemos-Cs

Ante tamaño descalabro, ¿cuál ha de ser el papel del Estado central? Peliagudo asunto cuando aún ni siquiera hay Gobierno y están en vilo los pactos. La FA ve con buenos ojos el acercamiento entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, ya que son tres partidos que, según su programa cultural, contemplan acciones muy parecidas. Principalmente el partido socialista y Podemos, pues ambos apuestan por la existencia de un Ministerio de Cultura, incrementar los presupuestos, una nueva ley de mecenazgo y una reforma de la ley de propiedad intelectual, iniciativas que defienden los agentes consultados en el informe. “Desde luego, salvo el PP que pasa completamente de la cultura y dice que ha cumplido con todo, en el resto hay una comunidad de intereses bastante clara. Si hubiera un pacto de gobierno sería fácil un pacto de estado cultural”, refrenda Bustamante.

Ahora bien, la clave está en el nivel local y autonómico: si ha habido un cambio de rumbo en lo político, también ha de haberlo en lo cultural. Esa es la propuesta de la Fundación Alternativas. Desde este think tank se diagnostica que parte de la tierra quemada procede de la descentralización, que aunque fue muy elogiada hace más de treinta años, hoy es un problema. “Antes de la crisis, el 85% de las ayudas a la cultura procedía de ayuntamientos y comunidades. La crisis fue muy dura en esos sitios”, sostiene el coordinador.

Parte de la tierra quemada procede de la descentralización, que aunque fue muy elogiada hace más de treinta años, hoy es un problema

Y ahí van los datos de este informe para ratificarlo: las entidades locales destinaron 1.200 millones de euros menos entre 2008 y 2014. Si en 2008 suponía un 5,2% del gasto, ahora es un 4,3%. Con respecto a las autonomías, más de lo mismo: en estos cinco años se han dejado 1.700 millones de euros. Si antes suponía un 1,9% del gasto ahora es el 0.8%. Ninguna comunidad destina más del 1% de su presupuesto a Cultura, la mayoría está en el 0,5%, aunque las que más invierten son Cataluña y Castilla y León, que sí rondan ese 1%;. La más regresiva, la Comunidad Valenciana, que en el año 2000 destinaba casi el 2% y en 2014 se quedaba en el 0,6%.

Años de descontrol y espectáculo

Y no sólo el descenso en el presupuesto público fue uno de los responsables. También el descontrol. Fueron años en los que primó la espectacularización y los grandes proyectos -el llamado ‘efecto Guggenheim’- que al final dejó en las ciudades esqueletos culturales en desuso (pese a su coste). Como sostiene el informe, hubo “duplicidades en la provisión de infraestructuras, habitualmente sobredimensionadas para el tamaño poblacional -ahí quedan esos mega auditorios- en la programación y con unos escasos aprovechamientos de la economía de escala”. Sí, hubo dinero en una época, pero no fue a los lugares indicados.

Por tal motivo, el ajuste cultural ha de venir de estos entes y en la FA se aplauden los cambios políticos que conllevaron las elecciones: “En las autonomías y ayuntamientos hemos visto cambios significativos de apoyo a la cultura con el fin de esa subvención indiscriminada a los productores y una visión más horizontal”, ratifica Bustamante quien, no obstante, justifica algunos errores cometidos por consistorios como el de Madrid en el que en los últimos meses no han dejado de saltar polémicas precisamente con respecto a la gestión cultural: “Los nuevos ayuntamientos están todavía aterrizando. Y en relación con Madrid, probablemente en algunos casos ha habido un exceso de celo como ocurrió con la web de noticias. Esa no es la estrategia, hay que actuar en positivo y no con desmentidos. Quizá ahí tienen un déficit muy serio de orientación de lo que es la cultura ciudadana”.

En Madrid, probablemente en algunos casos ha habido un exceso de celo como ocurrió con la web de noticias: esa no es la estrategia

El análisis definitivo, no obstante, es que la gestión de la cultura, tal y como se ha hecho en los últimos años, y también en la época de las vacas gordas, ha muerto. Como señala Bustamante, “debe de haber otra perspectiva. Planteamos medidas macro: restituir el Ministerio de cultura, el IVA reducido, y un cambio radical en la visión de la política cultural, ya no puede ser desde arriba, de despotismo ilustrado. En medio de la crisis se generó un tejido cultural creativo que no ha encontrado apoyo. Era una cultura muy rica, pero encerrada en guetos. Habría que apoyar esas iniciativas. Porque ya no se trata de subvencionar a la producción sino apoyar los proyectos que tienen apoyo social y dar total libertad a los ciudadanos para elegir las propuestas culturales”. ¿Lo permitirá el tiovivo político?

La Fundación Alternativas, próxima al PSOE, ya ha hecho su análisis sobre el estado de la Cultura en España en 2016 y lo ha presentado este miércoles. ¿Conclusiones? Pese a la cacareada recuperación, el Gobierno del PP recibe un suspenso total -un 4,6- y sin visos de mejora. España no ha remontado culturalmente, al contrario, se ha hundido: las cifras dibujan pérdidas de espectadores/consumidores y facturación de hasta un 35% menos respecto a 2009. No solo en el ámbito público: también han cerrado más de 4.000 pymes culturales y hasta un 18,2% de las empresas reconocieron una inversión menor en cultura en 2015. Y las nuevas iniciativas autogestionadas, surgidas al calor de la crisis han sufrido el desamparo las instituciones.

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