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Guerra total contra la reventa tras el fiasco de las entradas de Springsteen
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Guerra total contra la reventa tras el fiasco de las entradas de Springsteen

Hablan Neo Sala, Ticketmaster y Facua justo antes de que la Asociación de Promotores de Música estudie sumarse a la demanda contra sitios como Seatwave, Ticketbis y Viagogo

Foto: Springsteen en un concierto en Los Ángeles.
Springsteen en un concierto en Los Ángeles.

La industria musical española suele ser un remanso de calma. Esta semana, en cambio, ha estallado una guerra contra la reventa debido al fiasco de Ticketmaster de la distribución de las entradas para ver a Bruce Springsteen el próximo mes de junio. ¿El campo de batalla? La legitimidad o no de la reventa de entradas para conciertos. En un lado del cuadrilátero, el conglomerado cuasimonopólico Live Nation, que en 2009 adquirió Ticketmaster, el mayor portal de venta de entradas del planeta. A la misma compañía pertenece Seatwave, página de reventa donde aparecieron entradas de Springsteen mientras se agotaron en el canal oficial, despertando las sospechas de tongo. En su bando también se encuentra sitios de reventa como Ticketbis o Viagogo.

Live Nation y sus subsidiarias defienden que la reventa es legal, un simple mecanisno que satisfacen la ley de la oferta y la demanda. “Seatwave es un 'marketplace' (“mercado” en inglés) que responde a esta demanda de los fans y proporciona un entorno seguro, transparente y legal, donde los fans pueden comprar y vender sus entradas. Vender entradas a través de un 'marketplace' es totalmente legal y ayuda a evitar la reventa en sitios web no seguros y en la calle. Seatwave protege a los consumidores contra cualquier transacción fraudulenta con entradas falsas, práctica muy habitual en páginas no seguras y en la reventa callejera”, sostiene el comunicado. Una llamada a Tickemaster Londres, donde tienen sus oficinas centrales europeas, se despacha con un sobrio “no estamos autorizados a hacer declaraciones más allá del texto enviado”.

Entrada revendida, papel mojado

Por contra, el bando antireventa señala que la ley les ampara. Por ejemplo, el veterano Neo Sala, máximo responsable de la promotora Doctor Music. “La reventa es ilegal, según la Ley de Espectáculos de Madrid, Cataluña y País Vasco. En nuestras condiciones de venta, impresas en las entradas, dejamos claro que cada entrada revendida queda automáticamente anulada. En el canal oficial de venta, el propio Ticketmaster, aclaran que la entrada no puede revenderse, creo que es el punto 5.9. Es muy distinto comprar en el canal oficial y en una página de reventa como Seatwave, Ticketbis o Viagogo. Por ejemplo, en caso de cancelación del concierto, es muy complicado que el revendedor vaya a prestarte su tarjeta o molestarse en recuperar el dinero y enviártelo. Cada reventa es papel mojado, ya que la entrada se puede anular en cualquier momento. Nosotros vamos a poner controles aleatorios en los estadios donde toca Springsteen para contrastar números de serie con nuestra base de datos y no permitir el aceso de entradas revendidas”, advierte Sala. “En caso de cancelación, no se devolverá el dinero de entradas revendidas. De hecho, podríamos comprobar todas las entradas en los conciertos de mayo, pero no lo haremos porque retrasaría demasiado el flujo de acceso a recintos tan enormes”, aclara.

La reventa es evitable

En realidad, ya existen medios técnicos para evitar la especulación con las entradas. “En 2005, con la gira 'Devils & Dust' de Springsteen, hicimos un sistema de entradas nominales para evitar reventas. El problema es que esto se podía hacer porque eran aforos de unas cinco mil personas, no de cincuenta mil como un estadio. Pero, vamos, las compañías aéreas ya llevan muchos años emitiendo billetes con el nombre del viajero. Se ha demostrado que es un sistema que funciona”, explica Neo Sala. También es partidario del sistema Twickets, donde los fans se venden entradas entre sí por el mismo precio, más una pequeña comisión por las molestias.

Ya existen medios técnicos para evitar la especulación. En 2005, con la gira 'Devils & Dust' de Springsteen, hicimos entradas nominales

Superventas como Adele han dado visibilidad a Twickets en su página oficial. “Sitios como Ticketbis o Seatwave se describen como servicios al fan, pero lo que hacen es favorecer la especulación. Queda claro al comparar con Twickets, que sí que ofrece una verdadera solución al amante de la música”, explica Sala. La Asociación de Promotores de Música (APM), ha apoyado esta tesis en un comunicado (http://www.efe.com/efe/espana/cultura/los-productores-musicales-estudian-denunciar-a-las-plataformas-de-reventa/10005-2872138), donde anunciaba que estudian sumarse a la demanda contra las páginas de reventa.

El timo de los gastos de gestión

La misma tesis apoya Rubén Sánchez, portavoz de Facua, asociación de defensa de los derechos de los consumidores, cuya organización ha puesto una denuncia contra todos los sitios de reventa. “En realidad, la demanda es doble, ya que también denunciamos los llamados gastos de gestión o distribución arbitrarios que se aplican a las entradas. En el caso de los sitios de reventa, estos gastos son mucho mayores”. ¿Cuándo esperan una resolución judicial? “No tenemos ni idea, ya que es nuestra primera demanda contra este tipo de empresas, pero las autoridades de consumo suelen ser extraordinariamente lentas para resolver este tipo de expedientes”. El Confidencial ya destapó el siete de junio de 2013 estos gastos de distribución injustificados, en un artículo titulado 'El timo de los gastos de gestión en las entradas de los conciertos', que fue la noticia más vista de aquel día y se viralizó en distintas redes sociales.

Las comisiones de la gira de Springsteen en 2016 oscilan entre seis y nueve euros, la mayoría de las veces por imprimir un papel en tu casa

Quien mejor explicaba este problema fue Roberto Grima, fundador de la mítica promotora La Iguana. "Es un tema delicado. A nosotros Servicaixa nos marca unos mínimos e intentamos no subirlos. Para el concierto de Muse creo que se cobraba euro y medio. Con Robbie Williams en el Sant Jordi no pasaba de dos euros y pico. Tres euros sería hoy nuestro máximo razonable”, decía en 2006 a la revista Rockdelux. Pocos meses después de esta declaración, La Iguana era comprada por el gigante estadounidense Live Nation, acusado de ocupar una posición de cuasimonopolio en el sector. Hoy son habituales las comisiones de entre cinco y diez euros en sus conciertos españoles. Los "máximos razonables" para Grima en 2006 subieron hasta un 400% en sólo siete años. Las comisiones de la gira de Springsteen en 2016 oscilan entre seis y nueve euros, la mayoría de las veces por imprimir un papel desde el ordenador de tu casa. Ni los bancos cobran comisiones tan altas.

Reventa extrema

El caso más extremo de reventa se dio en enero de 1996, cuando se pagó pagó a decenas de personas sin techo para que hicieran cola y compraran las entradas que luego se revendían a diez veces su precio, de 30 a 400 dólares, pagando 50 a cada indigente por hacer cola. Además se trataba de la gira 'The Ghost of Tom Joad', un tributo a 'Las uvas de la ira', la novela de John Steinbeck que denunciaba la desigualdad extrema durante la Gran Depresión. Las agencias de reventa se defendían alegando que daban trabajo a los pobres y respetaban los principios de “la libre empresa”.

¿Cuál es la situación actual? Cada vez cuesta más encontrar entradas de grandes estrellas, sencillamente porque cada vez se ponen menos a la venta. La web Buzzfeed USA destripaba un ejemplo concreto respecto a un concierto de Justin Bieber en Nashville en 2013. Seis mil entradas iban a preventa por la vía de American Express, patrocinadora de la gira. Tres mil más las distribuye el club de fans oficial. Novecientas van para distintos programas VIP, con precios muy por encima de los que puede permitirse el comprador medio. Quinientas se las queda el artista para darlas a quien prefiera. De las catorce mil del aforo, solamente mil se ponían a la venta general, entre el público que no tiene ninguna vinculación como empresas implicadas en la gira. Otras dos mil seiscientas se pierden entre asientos de escasa visibilidad, distintas promociones y listas de invitados. El de Bieber es un caso extremo, pero también indica el camino por el que van los grandes conciertos.

Cada vez cuesta más encontrar entradas de grandes estrellas, sencillamente porque cada vez se ponen menos a la venta

¿Para qué quiere un artista quinientas entradas en cada ciudad donde toca? La sospecha es que las ponen directamente en el mercado secundario, llevándose un sustancioso extra del recital. “No es muy difícil dar con casos probados de bandas como Katy Perry, Nine Inch Nails, LCD Sound System, Neil Diamond y muchísimos más. El artista ve injusto que sus mejores tickets acaben en la reventa por diez veces su valor, y en vez de poner medidas para luchar contra ello participa lucrándose”, explica la web española Nvivo, basándose en un artículo de 2011 publicado por la página estadounidense 'Slate', titulado 'Tickets escondidos'. Todos estos son fenómenos derivados de una situación anómala del mercado: para algunos conciertos, la demanda puede llegar a multiplicar por diez a la oferta. Eso propicia la aparición de reventas profesionales que pueden triplicar su inversión en pocos días, con una rentabilidad mayor que la Bolsa de valores.

Más problemas cada día

El fiasco de Springsteen no es un hecho aislado. La web mexicana 'Informador' explicaba el pasado día 16 un incidente calcado al de Springsteen, con las entradas de dos conciertos de Radiohead en México DF. “No sólo la página del servicio de venta de boletos con mayor presencia en el país (Ticketmaster) dejó de funcionar, también lo hicieron las taquillas y sus puntos de venta en diversas tiendas. Usuarios dieron constancia del colapso a través de las redes sociales. La mayoría expresó su disgusto ante la imposibilidad de adquirir entradas para alguna de las dos fechas de los británicos en México. Algunos internautas incluso culparon a los revendedores de saturar la venta”, explicaban. ¿Será el pan nuestro de cada día para los grandes conciertos de aquí en adelante? Por lo menos, en España, entidades como Facua, promotores como Doctor Music y quizá la Asociación de Promotores de Música están intentando atajar la reventa.

La industria musical española suele ser un remanso de calma. Esta semana, en cambio, ha estallado una guerra contra la reventa debido al fiasco de Ticketmaster de la distribución de las entradas para ver a Bruce Springsteen el próximo mes de junio. ¿El campo de batalla? La legitimidad o no de la reventa de entradas para conciertos. En un lado del cuadrilátero, el conglomerado cuasimonopólico Live Nation, que en 2009 adquirió Ticketmaster, el mayor portal de venta de entradas del planeta. A la misma compañía pertenece Seatwave, página de reventa donde aparecieron entradas de Springsteen mientras se agotaron en el canal oficial, despertando las sospechas de tongo. En su bando también se encuentra sitios de reventa como Ticketbis o Viagogo.

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