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Activismo, humor y dibujos animados para combatir al Estado Islámico
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BIGH DADDY SHOW

Activismo, humor y dibujos animados para combatir al Estado Islámico

"Hacemos que los de ISIS parezcan lo que realmente son, idiotas con pistolas", dicen los creadores de una serie que satiriza la crueldad del grupo terrorista

Foto:  Fotograma de 'Bigh Daddy Show'
Fotograma de 'Bigh Daddy Show'

Sentado en su trono, el califa Abu Bakr al Baghdadi observa triunfal una imagen en pantalla, una línea que parte de Mosul y cruza toda Europa en dirección a Madrid. “Detona”, dice. “Vuélalos por los aires. Liberaremos Al Ándalalus de los asesinos de toros”, exclama ante un ejército de hombres encapuchados. Y al oír los vítores de un entusiasta, lo liquida sin un pestañeo para acallar el alboroto. No, no es una 'yihad' antitaurina, sino una de las primeras historias de Bigh Daddy Show, una serie de animación que parodia al autodenominado Estado Islámico para provocar unas risas pero, sobre todo, para crear debates en el seno de la comunidad islámica sobre la verdadera cara de la organización. El sarcasmo es la forma que tienen sus autores de luchar contra el ISIS.

Las entregas animadas, firmadas por la productora "Califato Disney", aparecen con regularidad en la página de Facebook 'Las profundidades del califato Barhum' –con más de 100.000 suscriptores–, donde su escueta presentación no deja lugar a dudas: “Hacemos que ISIS parezca lo que realmente son, idiotas con pistolas”.

Caprichoso, pueril y bastante cobarde; así retratan estos activistas al califa Abu Bakr al Baghdadi, una figura risible y enjoyada a través de la que estos activistas caricaturizan las contradicciones del Estado Islámico, sus líderes fanáticos y el seguidismo zombi de sus adeptos. Y sus perlas no tienen desperdicio, como cuando Al Baghdadi regaña a uno de sus ayudantes adicto al sexo y las drogas: “Lo he dicho miles de veces. La situación debería estar bajo control. La yihad en el campo de batalla es esencial, no sólo sexual. Los yihadistas ya no tienen energía”, se queja.

Un activismo peligroso

El equipo de guionistas, humoristas, diseñadores, abogados y activistas que participan en el proyecto trata de desactivar la sensación de temor que persiguen los terroristas, a la vez que aprovechan los vídeos para contradecir las versiones de ISIS sobre lo que acontece en el campo de batalla.

De igual modo que le ocurre al presentador Ahmed Bashir, que dirige desde hace varios años un programa televisivo especialmente crítico con la tiranía de estos 'barbudos', el equipo detrás de Bigh Daddy Show recibe frecuentes amenazas de partidarios del Estado Islámico, aunque ellos respondan a su violencia instándoles al diálogo.

Por el momento momento, y a pesar del éxito de la serie, todavía no hay ningún proyecto para llevarla a la televisión. Lástima.

Sentado en su trono, el califa Abu Bakr al Baghdadi observa triunfal una imagen en pantalla, una línea que parte de Mosul y cruza toda Europa en dirección a Madrid. “Detona”, dice. “Vuélalos por los aires. Liberaremos Al Ándalalus de los asesinos de toros”, exclama ante un ejército de hombres encapuchados. Y al oír los vítores de un entusiasta, lo liquida sin un pestañeo para acallar el alboroto. No, no es una 'yihad' antitaurina, sino una de las primeras historias de Bigh Daddy Show, una serie de animación que parodia al autodenominado Estado Islámico para provocar unas risas pero, sobre todo, para crear debates en el seno de la comunidad islámica sobre la verdadera cara de la organización. El sarcasmo es la forma que tienen sus autores de luchar contra el ISIS.

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