Siria también llega a ARCO
El artista peruano Iván Sikic y el refugiado sirio Mohamad Karaman alertan del drama de los refugiados con una perfomance en la feria
Mohamad Karaman llegó a España en 2013. Tiene 23 años. Huyó con su familia de Siria dos años antes de que Aylan muriera ahogado en una playa de Kos (Turquía) y todo el mundo mirara, aunque fuera por unos días, a una de las mayores tragedias migratorias de la historia. Él tuvo "suerte" y vino con un visado. Llegó a España como refugiado político. Hoy vive en Galicia. Sus padres, en Madrid, pero sus abuelos y buena parte de su familia siguen en Alepo. "Es una ciudad fantasma. Un infierno. Está falta de vida", la define.
Apenas habla con ellos una vez cada tres meses. "Hay bombardeos cada día. No hay comunicaciones, ni agua ni nada", explica. Aquí estudia ingeniería y fue gracias a internet como contacto con Iván Sikic. Vio que el artista peruano quería contactar con un refugiado sirio y así, a través de Facebook, Skype y Whatsapp, artista y refugiado, o refugiado y artista, se han unido para traer a Siria a esta 35 edición de ARCO. Ambos han protagonizado en esta segunda jornada de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid una perfomance con la que han denunciado y alertado sobre esta crisis migratoria. Los dos han recorrido durante cuatro horas Ifema. Ambos en silencio y juntos mientras Sikic cubría el cuerpo de Karaman con láminas doradas
Es una crisis que a muchos les interesaba mirar. Reaccionaron con la imagen de Aylan pero es una crisis que ha existido siempre. Es una tristeza profunda para toda la humanidad
'The Gold Series: Madrid Chapter' es la tercera entrega de esta perfomance del artista peruano, que ha traído la galería Luis Adelantado a ARCO. Se basa en la filosogía del Kintsugi, una práctica japonesa que consiste en cubrir las grietas y roturas de los platos con oro para resaltar la belleza de sus imperfecciones. De ese mismo modo, la obra pretende enfatizar la belleza existente en los tabúes y las tensiones sociales, políticas y culturales a las que se enfrenta el mundo. En este caso, poniendo el foco en las personas que se ven obligadas a huir de sus casas por causa de las guerras y los conflictos armados.
"Hay una tendencia a esconder las cicatrices del pasado. Esta filosofía japonesa lo invierte y muestra que esas cicatrices son las que nos hacen como somos y nos embellecen", explica el artista afincado en Nueva York a El Confidencial. "Llevo varios años trabajando sobre la crisis de los refugiados", cuenta Sikic, para quien esta perfomance y las obras que la acompañan pretenden "elevar una problemática actual para que la gente reflexione, porque dentro de una crisis como está aún hay belleza y está en los humanos. Nos olvidamos de los individuos".
La situación que se está viviendo en Siria y en Europa con la llegada de refugiados, analiza Karaman por su parte, es "un gran tragedia para la humanidad". "Es una crisis que a muchos les interesaba mirar. Reaccionaron con la imagen de Aylan pero es una crisis que ha existido siempre", asegura a la par que pide más ayuda por parte de Europa y que dejen de lado fronteras, vallas y alambres. "Es una tristeza profunda para toda la humanidad", sostiene con firmeza.
Cuenta que participar en esta perfomance es especial para él, pero sobre todo destaca la importancia de concienciar sobre la situación que están viviendo en sus compatriotas. "Es necesario destacar que la crisis que estamos viviendo no es de los sirios sino de todo el mundo. No es algo que represente a una sociedad y descarte a otra. Es un problema de todos", subraya para despertar conciencias.
Aylan y las barcas del Mediterráneo
Además de la perfomance, Sikic representa en ARCO la crisis de los refugiados sirios a través de dos obras de arte. Por un lado, 'Deriva', una pecera medio llena o medio vacía, según el lado de la frontera en el que nos encontremos, en la que flota una botella de agua recubierta de oro. Una pecera que a su vez es una balsa con la que cruzar el océano y son miles de refugiados.
"El conflicto de los inmigrantes es un conflicto que está en una vitrina. Lo vemos por una pantalla simplemente", asegura ante la representación voyeurística que hace su obra. "Está pecera tiene agua del Mediterráneo y dentro una botella de agua, que es el símbolo del objeto más preciado y que llevan encima todos los migrantes. Y, a su vez, es agua pura y aire en una alegoría al ser humano", explica ante esta obra que cuesta 3.400 euros.
Tres collages terminan de completar 'The Gold Serie'. Se trata de tres páginas sobre los refugiados sirios del 'New York Times' intervenidas también en oro, entre ellas la ya icónica imagen de Aylan en las costas de Kos, pero en este caso la imagen del pequeño está cubierta de oro. "Es una imagen que no puedo digerir. Es durísima", dice con gravedad. "Con este tratamiento hago que sea más fácil digerirla, lo que en el fondo también podría ser una especie de trampa. En realidad con este imagen quiero darle la dignidad y el respeto que se merece". Las imágenes cuestan entre 600 y 2.000 euros.
Mohamad Karaman llegó a España en 2013. Tiene 23 años. Huyó con su familia de Siria dos años antes de que Aylan muriera ahogado en una playa de Kos (Turquía) y todo el mundo mirara, aunque fuera por unos días, a una de las mayores tragedias migratorias de la historia. Él tuvo "suerte" y vino con un visado. Llegó a España como refugiado político. Hoy vive en Galicia. Sus padres, en Madrid, pero sus abuelos y buena parte de su familia siguen en Alepo. "Es una ciudad fantasma. Un infierno. Está falta de vida", la define.