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Oscar 2016: 'La habitación', un peliculón de una hora que sin embargo dura dos
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Oscar 2016: 'La habitación', un peliculón de una hora que sin embargo dura dos

'Room' arranca poderosa y creíble, narrando un cuento desde los ojos de un niño, el más terrorífico de los cuentos posibles

Foto: Fotograma de la película 'La habitación'
Fotograma de la película 'La habitación'

Hay trailers malos, incluso hechos a traición (¿han visto el de 'Julieta', de Almodóvar? Pues eso) y luego los hay también inapropiados. El de 'La Habitación' es probablemente ambas cosas. Malo porque parece editado por el equipo comercial de Kleenex. De hecho, ha quedado niquelado por si en algún momento la película se da un paseo por la sobremesa dominical de Antena 3. Malo, en definitiva, porque, en esos dos minutos, 'Room' (título original de la cinta) parece uno de esos melodramones genuinamente yanquis de los que, precisamente, el director del percal pretende alejarse; aunque, digámoslo ya, para qué esperar, a ratos con más suerte y a ratos con menos.

['Spotlight', Oscar a la mejor película, Leonardo Di Caprio, Oscar por su papel 'El renacido' y Alejandro González Iñárritu, mejor director]

Inapropiado también porque cuenta más de la cuenta. Mucho más. La virginidad encuentra en el contexto de la contemplación de este film su acepción más virtuosa jamás conocida. Cuanto menos sepa usted del argumento, mejor. Así que, a partir de este momento, intentaremos contar las cosas sin contarlas. Es decir, haremos por deferencia el trabajo que se ha negado a hacer la distribuidora, cuya máxima prioridad devenía en llevar este producto hasta la meca del cine. Cuatro nominaciones a los Oscar son el premio a tamaño esfuerzo promocional.

No es que 'Room' no las merezca, lo que ocurre es que probablemente son los defectos de este film, sus pasajes más sensibleros y punibles, los que le han valido esa invitación al reparto de estatuillas fechado para el próximo domingo. Unos defectos que están más presentes en la segunda que en la primera de las dos partes de esta película, en realidad un díptico sobre un mismo hecho: primero un drama personal y después en un drama humano, en el más amplio de los sentidos.

'Room' arranca poderosa y creíble, narrando un cuento desde los ojos de un niño, el más terrorífico de los cuentos posibles. Pero al director Lenny Abrahamson, y este es el gran logro de la cinta, no le interesa demasiado en esa primera hora de metraje regodearse en el horror padecido por una madre y su hijo encerrados sin escapatoria posible, no sabemos por qué motivo, en un luctuoso cuarto. El relato es, a pesar de todo, luminoso, y ahí encuentra su grandeza. En un juego de opuestos llevado con una precisión casi maestra, de la que el realizador irlandés no había dado cuenta hasta la fecha, el texto y las imágenes parecen vendernos dos mundos muy diferentes. Los primeros planos elegidos, los rostros desfigurados, la fotografía sucia de Danny Cohen ayudan a provocar una sensación claustrofóbica en el espectador, sometido a las reglas del espacio. Sin embargo, el texto, el subtexto y los diálogos siempre apuntan hacia el exterior, hacia ese mundo imaginado fuera de esas cuatro paredes, dando forma a una conmovedora historia de amor maternofilial. Para enmarcar por cierto la interpretación de ambos, madre e hijo, Brie Larson y Jacob Tremblay.

La primera hora es vibrante, porque se administra perfectamente la intriga, pero dura quizá demasiado poco, de modo que solo sentimos el encierro desde un punto de vista físico, pero nunca psicológico

Esa primera hora es vibrante, porque se administra perfectamente la intriga, pero dura quizá demasiado poco, de modo que solo sentimos el encierro desde un punto de vista físico, pero nunca psicológico. El principal problema de 'La Habitación' es que es demasiado deudora de la novela que adapta. De hecho, la historia ha sido llevado al cine por la misma persona que la plasmó en un libro, Emma Donoghue. Y no, no dan para lo mismo 60 minutos de metraje que 200 páginas. Ni los puntos de vista en el cine pueden trabajarse del mismo modo que en un libro. Y por eso la voz en off del pequeño Jack resulta un recurso gratuito y sensiblero en pantalla.

De la segunda parte de la cinta no les voy a hablar demasiado, porque lo contrario me obligaría a desvirgarles un poco y he prometido no hacelo. Mucho más convencional que la primera, se acerca en la búsqueda de la poesía visual al 'Boyhood' de Richard Linklater, pero no alcanza en ningún momento su magia.

Podría parecer, repasados estos párrafos, que 'Room' no merece demasiado la pena. No es cierto. Es una buena obra. Siempre al límite de un abismo, pero permanentemente en equilibrio. Sin embargo, uno sale del cine pensando que ha sido una oportunidad desaprovechada, que con un poquito más de esto y un poquito menos de aquello estaríamos sin duda ante la película del año.

Hay trailers malos, incluso hechos a traición (¿han visto el de 'Julieta', de Almodóvar? Pues eso) y luego los hay también inapropiados. El de 'La Habitación' es probablemente ambas cosas. Malo porque parece editado por el equipo comercial de Kleenex. De hecho, ha quedado niquelado por si en algún momento la película se da un paseo por la sobremesa dominical de Antena 3. Malo, en definitiva, porque, en esos dos minutos, 'Room' (título original de la cinta) parece uno de esos melodramones genuinamente yanquis de los que, precisamente, el director del percal pretende alejarse; aunque, digámoslo ya, para qué esperar, a ratos con más suerte y a ratos con menos.

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