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ARCO madura y aparca la provocación (o casi)
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35 ANIVERSARIO DE LA FERIA DEL ARTE

ARCO madura y aparca la provocación (o casi)

Jornada para coleccionistas en el arranque de la feria con el mercado en plena recuperación y dos desnudos llamativos

Jornada para coleccionistas en el primer día de ARCO y por los pasillos se solapan los carritos con vino blanco, los comentarios más dispares y ventas que se cierran. La feria de arte contemporáneo abre sus puertas en su 35 aniversario más madura y decorativa pero menos provocadora.

A primera hora de la mañana, galeristas, coleccionistas y prensa se funden por los pasillos. Quedan los restos del desayuno y copas de champange olvidadas en los stands a modo de instalación improvisada dialogando con una fotografía de un poblado africano. Es una imagen que describe perfectamente las dos caras de ARCO: el coleccionismo y el, menos presente, afán de denuncia.

Por los pasillos de los pabellones 7 y 9 de Ifema predomina el arte decorativo. Mucha pintura, más disciplinas conceptuales e infinitamente más piezas de consumo. Las obras van desde la escultura de bronce ‘Yellow Song’, de George Baselitz, que ha traído la galería francesa Thaddaeus Ropac y cuesta más de un millón de euros. No especifican cuanto más a esta periodista (es la pieza más cara que ha encontrado) pero da la impresión de que supera la cifra con creces porque hablamos de una obra de más de 3 metros de altura.

De similar precio es la escultura ‘Two figures one laughing at one hanging’, de Juan Muñoz, que exhibe la galería Elvira González. Una pieza inédita para el público español que presentó la galería en una exposición que dedicó al artista madrileño el pasado mes de enero.

Pero más allá de las grandes obras, esta no es una edición polémica en lo político y lo conceptual. Ya lo decía el director de ARCO, Carlos Urroz, al inicio de la mañana. “Las pieza provocativas las buscáis vosotros pero la provocación por la provocación no aporta mucho. Las galerías prefieren tener algo que aporte algo a los coleccionistas”.

Las piezas provocativas las buscáis vosotros pero la provocación por la provocación no aporta mucho

Dentro de este capítulo nos topamos con la perfomance ‘El beso’, de Tino Sehgal, en la galería Marian Goodman. Se trata de una habitación a oscuras en la que dos personas desnudas se besan mientras se mueven. Hacen faltan casi 10 minutos a oscuras para poder apreciar esos dos fogosos cuerpos.

El otro desnudo que más llama la atención en la feria es la obra ‘Colonial Color Palette’, de Emilio Rojas. Está en el stand de la galería José de la Fuente. Su dueño, un poco harto ya de la presencia de los periodistas, explica que la obra investiga la fabricación de los crayons en Pensilvania y sus nombres puestos en referencia tanto a los recursos naturales de los que se extraían como a las razas. El verde caribe, el naranja indio… La perfomance se basa en un hombre desnudo dentro de una cajas de palettes coloreadas. Estará todos los días de la feria y hoy concita todas las miradas (y los móviles). La obra, que incluye la caja y cinco fotografías, cuesta 14.500 euros.

Más movimiento

Hay movimiento en esta 35 edición de la feria. El ambiente que se respira entre los 221 galeristas, el 71% extranjeros, es optimista. Esperan superar las ventas del año pasado. ¿La cifra? No se hace pública pero el estado de ánimo indica que se batirá. “Este año predomina la pintura y la pintura de gran formato, algo que indica una mayor confianza en el mercado, y también la escultura”, comenta Urroz. “Esperamos que sea una buena edición”, remacha gracias al atractivo de las 33 grandes galerías invitadas dentro del programa ‘Imaginando otros futuros’, que con motivo del aniversario ha reunido a galerías señeras del panorama internacional que representan la historia de la feria.

placeholder Contrastes en la primera jornada de ARCO (P.C.)
Contrastes en la primera jornada de ARCO (P.C.)

“Hemos tenido más preventa”, añade el director de ARCO, y los galeristas lo confirman. A pesar de estar en el primer día de la feria el mercado “se está moviendo”, aseguran varios a El Confidencial. Al abrir ARCO ya hay bastantes reservas y preventas. “¿Cuál te gusta más cariño?, le pregunta un hombre a su mujer ante los cuadros de Rafael Macarrón. Están cerrando una venta y al lado, nos cuentan que esta mañana ya han vendido varias obras de este artista. Sus coloridos y oníricos cuadros, planos y tridimensionales, cuestan desde 12.000 hasta “más de 40.000 euros”. Y no paran de salir del almacén.

“Yo la tengo igual en casa pero metálica”, dice otro coleccionista ante una obra de Manuel Rivera. Su acompañante prefiere que le enseñen obras de artistas cubanos, que acaban de recorrer el país. A escasos metros, unas jóvenes comentan ante la ‘Dama’ de Antonio Saura que saben de quién es la obra porque “es igual de feo que el que tenemos en casa”. La cara del padre… un poema. Este lienzo de 1966 cuesta 185.000 euros. Tras ella, aguarda la visita de la prole la ‘Téte’, de Picasso. Su precio: más de 400.000 euros.

Más de 250 coleccionistas de todo el mundo han desembarcado esta mañana en ARCO, a los que se suman los españoles. La feria tiene la intención de volver a reunir hasta el domingo a unos 100.000 visitantes, la cifra del año pasado. “Queremos que venga gente con mayor poder adquisitivo y que le interese el arte”, dice Urroz. Porque aquí se viene a comprar.

Jornada para coleccionistas en el primer día de ARCO y por los pasillos se solapan los carritos con vino blanco, los comentarios más dispares y ventas que se cierran. La feria de arte contemporáneo abre sus puertas en su 35 aniversario más madura y decorativa pero menos provocadora.

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