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Los Ángeles, 1992: doscientos años para levantar la ciudad, seis días para destrozarla
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LLega la ADICTIVA 'SEIS DÍAS', DE rYAN gATTIS

Los Ángeles, 1992: doscientos años para levantar la ciudad, seis días para destrozarla

Una de las nuevas y más afiladas voces de la nueva narrativa americana recompone los seis días en que los disturbios asolaron Los Ángeles tras la absolución de los policías que apalearon a Rodney King

Foto: Los Ángeles, 1992
Los Ángeles, 1992

10.904 detenciones, 2.383 heridos, 11.113 incendios, daños a la propiedad por valor de más de 1.000 millones de dólares y, al menos, 60 víctimas mortales. Tal es la contabilidad desnuda después de los seis días de disturbios que arrasaron Los Ángeles a finales de abril de 1992. La espoleta que inició la detonación se activó cuando un jurado formado mayoritariamente por hombres blancos absolvió a tres de los cuatro agentes de policía que habían sido grabados apaleando al afroamericano Rodney King. Y una ciudad levantada en dos siglos fue destruida en seis días. Introducción, nudo y desenlace. Y aquí llega la ficción.

"121 horas de anarquía en una ciudad de casi 3,6 millones de personas situada en un condado de 9,15 millones fueron tiempo de sobra para saldar muchas cuentas. Y este libro trata de algunas de ellas". En 'Seis días', el joven escritor estadounidense Ryan Gattis recrea a través de 17 relatos en primera persona interconectados el caos en el que se sumió Los Ángeles en la primavera de 1992. Un año antes la policía angelina había interceptado a Rodney King, un taxista negro en libertad condicional, que conducía con exceso de velocidad. Los agentes inmovilizaron y aporrearon a King durante varios minutos que quedaron registrados por la cámara del videoaficionado George Holliday e inmediatamente dieron la vuelta al mundo. La absolución de los policías abrió las puertas del infierno.

La actualidad manda y hoy los negros de Estados Unidos siguen cayendo a diario víctimas del gatillo fácil de los agentes de la ley. 'Seis días' es la crónica ficcional de aquellos salvajes disturbios originarios, "una lectura adictiva de alto voltaje", según la describió Michiko Kakutani en The New York Times, que ya ha adquirido HBO para reempaquetarla en formato serie. Un novela escrita por alguien a priori muy lejano a los hechos que relata: Ryan Gattis, "un chico blanco de Colorado".

Una historia de violencia

Así le decían a Gattis las bandas de latinos de Los Ángeles durante los dos años que las frecuentó con el fin de documentarse. Le pareció que, dos décadas después, la herida de los disturbios no había aún cicatrizado. Según relató en una entrevista a The Guardian, cada vez que saltaba la desconfianza con aquellos tipos, echaba mano de la honestidad y declaraba: "sí, soy un escritor de ficción blanquito de Colorado. Eso es un hecho: no puedo ni quiero cambiarlo". Y a continuación, Gattis contaba su propia historia de violencia. Cómo a los 16 años un codazo le destrozó la nariz en un partido de fútbol. Cómo tuvo que ser operado dos veces y pasó meses y meses sin salir del hospital, solo, pensando que nadie podría quererle así, leyendo... escribiendo. Cómo, en definitiva, la violencia le convirtió en novelista.

Gattis frecuentó las bandas de latinos de LA con el fin de documentarse. Le pareció que, décadas después, la herida de los disturbios no había aún cicatrizado

En las páginas de 'Seis días', que llegará a las librerías españolas el próximo 23 de febrero editado por Seix Barral, la violencia no afloja ni un instante. La primera de sus 17 historias encadenadas la refiere Ernesto Vera, un inocente cocinero de tacos de regreso a casa tras otra inane jornada laboral que es salvajemente asesinado por una banda: "Si hubierais crecido en el mismo barrio que yo, con una tienda de armas que vendía balas sueltas por veinticinco centavos a cualquiera que se presentara con malas ideas y un cuarto de dólar, seguramente terminariáis igual que yo".

Y luego desfilan su hermana Lupe, Ray, José, Antonio, Kim, Gloria, Anthony, Orellana, pandilleros latinos, tenderos coreanos, narcotraficantes, graffiteros...

Se abre la veda

En 'Seis días' resuenan ecos hobbesianos. La acción se desarrolla en Lynwood, una pequeña ciudad de mayoría latina incorporada a la expansión urbanística caníbal de Los Ángeles. El foco principal de los disturbios queda más al sur y hacia allá se han dirigido todos los policías. No es que los agentes de la ley sirvieran de gran ayuda a los vecinos: "Para ellos, si eres negro o moreno no vales nada. Ni siquiera eres humano. Matarte es como sacar la basura". Pero, sin autoridad, se desata en toda su crudeza la lucha de todos contra todos. "Me entra un escalofrío cuando comprendo que todos los polis de la ciudad están en otra parte, y eso quiere decir que se ha abierto la veda", piensa la chicana Lupe Vera, "contra cualquier puto desgraciado que haya hecho algo en la vida y no lo haya pagado; y hostia, este barrio tiene mucha memoria".

Y así Gattis va desplegando el mapa convulso de la ciudad, con sus divisiones de clases y razas y sus tensiones entre policías y civiles, un corte caliente y humeante de aquel momento de caos y venganza como otros tantos que han acompañado habitualmente a Estados Unidos desde sus orígenes

10.904 detenciones, 2.383 heridos, 11.113 incendios, daños a la propiedad por valor de más de 1.000 millones de dólares y, al menos, 60 víctimas mortales. Tal es la contabilidad desnuda después de los seis días de disturbios que arrasaron Los Ángeles a finales de abril de 1992. La espoleta que inició la detonación se activó cuando un jurado formado mayoritariamente por hombres blancos absolvió a tres de los cuatro agentes de policía que habían sido grabados apaleando al afroamericano Rodney King. Y una ciudad levantada en dos siglos fue destruida en seis días. Introducción, nudo y desenlace. Y aquí llega la ficción.

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