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Pablo Iglesias versus Pedro Sánchez: cero por ciento de compatibilidad cultural
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Pablo Iglesias versus Pedro Sánchez: cero por ciento de compatibilidad cultural

Los líderes de Podemos y PSOE no pueden ser más distintos en enfoques éticos y estéticos

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias

Empecemos por lo más superficial y vayamos subiendo niveles. Pablo Iglesias y Pedro Sánchez lo tienen muy complicado para ponerse de acuerdo a la hora de escoger música si comparten viaje en coche oficial. Sánchez es un hipster de manual, que disfruta con la psicodelia de Los Planetas, el preciosismo de Björk y los estribillos poperos de La Habitación Roja. Su festival favorito es el FIB, Festival Internacional de Benicàssim, encuentro emblemático de los “modernos”, al que ha dedicado varios tuits, elogiando a grupos como The Strokes, The Stranglers y Herman Düne. Está a la última en gustos cool, como deja claro al abrir su Ipod al suplemento cultural Tentaciones para confirmar su devoción por artistas británicos y estadounidenses como Tame Impala, Kings Of Leon y The Black Keys.

Por el contrario, Iglesias milita en sus antípodas musicales, lo que suele llamarse de manera despectiva la escena “costra”, “perroflauta” o “pies negros”. Disfruta de sonido metálico de Habeas Corpus, del rap social de Los Chikos del Maíz o del compromiso político del cantautor Ismael Serrano. En realidad, ambos candidatos comparten admiración por un grupo pujante: los madrileños Vetusta Morla. La diferencia es que Iglesias elogia exclusivamente su canción más combativa: 'Golpe Maestro', donde denuncian el saqueo financiero y posterior rescate público a la banca. En cambio, Sánchez disfruta del repertorio completo, sin destacar especialmente unas piezas sobre otras. A uno le van las canciones introspectivas, a otro las letras de alto voltaje político.

Todo el FIB votando con los Strokes: descubrí a Herman Dune, nos los conocía y me encantaron. El regalo Golden Brown de stranglers #fib2011

Entresijos salvajes

Pasemos a los libros. Pedro Sanchez, preguntado por Babelia durante la última campaña, mencionaba un tridente de autores con los que resulta imposible equivocarse: Cervantes, Shakespeare y Lope de Vega. Sobre el británico, suelta el comentario más típico: “Es un clásico absoluto: ha retratado las pasiones del ser humano y la tragedia que ocasionan esas pasiones”. Otros nombres posteriores que destaca entre sus favoritos son Hermann Hesse, Mario Vargas Llosa y Javier Cercas. Atendiendo a los dos últimos, no es complicado adivinar cuál es su periódico favorito, ya que ambos ejercen en él de columnistas estrella.

Frente a la apuesta de Sánchez por las firmas consagradas, Pablo Iglesias parece un lector propenso a las emociones fuertes. “Acabo de empezar 'El cártel', de Don Winslow, pero tengo miedo de que me distraiga mucho del trabajo de campaña. 'El poder del perro' me atrapó y este tiene pinta de hacer lo mismo”, explicó poco antes de las elecciones generales. Ambos libros explican los salvajes entresijos (y la inutilidad general) de la llamada “guerra contra las drogas”.

Sánchez lee a Cervantes, Mario Vargas Llosa y Javier Cercas. A Iglesias le gustan las emociones fuertes: Don Winslow y la literatura política actual

Nadie duda de que Iglesias lleva mucha ventaja a Sánchez en cuanto a ensayo político, un terreno que tiene dominado, gracias a su doctorado en Ciencias Políticas, su voracidad por la Historia y las entrevistas periódicas que realiza en 'Otra vuelta de tuerka', el programa de televisión donde conversa con intelectuales críticos con el sistema como Tariq Ali, Joan Garcés y Gregorio Morán, entre otros.

Como va sobrado, se anima incluso a aconsejar a Sánchez leer sobre figuras de su propio partido: “Le recomendaría la biografía de Juan Negrín que hizo Enrique Moradiellos. Negrín es uno de los grandes socialistas españoles, quizá el jefe de Gobierno más capaz que haya tenido España y a los dirigentes del PSOE (salvo excepciones) les ha costado mucho reconocerlo”, apuntaba en diciembre. Tampoco olvidemos que los ensayos políticos que ha escrito Iglesias son habituales en las listas de los más vendidos.

Duelo sobre Allende

Peor todavía es cuando coinciden. Por ejemplo, tanto Sánchez como Iglesias son devotos del presidente chileno Salvador Allende, asesinado por la derecha de su país el 11 de septiembre de 1973. El líder del PSOE creció escuchando discursos de Allende en el tocadiscos de sus padres. Según cuenta el periodista Manuel Jabois, incluso hoy es capaz de recitar fragmentos enteros de su famoso alegato final, cuando estaba asediado por el ejército en el palacio de La Moneda. Inspirado por su ejemplo, Sanchez tomó la decisión de afiliarse al PSOE.

Según Jabois, Sánchez es capaz de recitar fragmentos enteros del famoso alegato final de Allende cuando estaba asediado en el palacio de La Moneda

Un proceso parecido atravesó Iglesias, gracias a la trilogía 'La batalla de Chile'(1975-1979)', de Patricio Guzmán, que narra la labor de Allende y el arranque del régimen de Pinochet. La diferencia es que, después de verlas, el líder de Podemos se afilió al Partido Comunista. Sin duda, uno de los dos sufría una seria disonancia cognitiva. ¿Quién tenía razón? Hoy Sánchez se declara admirador de Felipe González, el líder que consiguió que el PSOE renunciase a su filiación marxista. No estaría mal ver la cara del presidente chileno descubriendo que uno de sus admiradores también lo es de González, íntimo de conocidos oligarcas de América Latina como Carlos Slim y Carlos Andrés Pérez. Allende definía su pensamiento como “humanismo marxista”.

'Los Invisibles', de Los Chikos del Maíz

Asco y rechazo

¿Otra anécdota relevante? Felipe González intentó que Ada Colau participara en la presentación de su último libro, 'En busca de respuestas. Liderazgo en tiempos de crisi's (Debate, 2013). La fundadora y figura central de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) rechazó el ofrecimiento, con la máxima contundencia. “O sea: Felipe González, que dijo que en la PAH acosábamos a niños, me pide que presente su libro, para promocionarlo aunque sea con polémica #Asco”. Otro mensaje por si no había quedado claro: “Chiste del día: me proponen participar en la presentación del libro de Felipe González en Barcelona #Unpoquitodeporfavor #Sentidocomún”, explicó en su cuenta de Twitter. ¿Con quién hubiera simpatizado más Allende, con el Felipe González hostil a los movimientos sociales o con Ada Colau, hoy asociada a Podemos? Hagan sus apuestas.

Empecemos por lo más superficial y vayamos subiendo niveles. Pablo Iglesias y Pedro Sánchez lo tienen muy complicado para ponerse de acuerdo a la hora de escoger música si comparten viaje en coche oficial. Sánchez es un hipster de manual, que disfruta con la psicodelia de Los Planetas, el preciosismo de Björk y los estribillos poperos de La Habitación Roja. Su festival favorito es el FIB, Festival Internacional de Benicàssim, encuentro emblemático de los “modernos”, al que ha dedicado varios tuits, elogiando a grupos como The Strokes, The Stranglers y Herman Düne. Está a la última en gustos cool, como deja claro al abrir su Ipod al suplemento cultural Tentaciones para confirmar su devoción por artistas británicos y estadounidenses como Tame Impala, Kings Of Leon y The Black Keys.

Pedro Sánchez Gregorio Morán
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