388 aniversario del nacimiento de Charles Perrault, el parisino 'censurado' por Disney

Visitar este martes el buscador más famoso del mundo es dar un paseo entre castillos de ensueño, hadas y princesas y personajes de fisionomía imposible. Google ha decidido dedicar su 'doodle' de hoy a Charles Perrault, el autor francés que de cuya privilegiada imaginación salieron cuentos como 'La Cenicienta', 'La Bella Durmiente' o 'Caperucita'. De esta manera, desde Silicon Valley celebran que hace 388 nació uno de los escritores que más ha aportado –junto a los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen– a la literatura infantil en la historia.

Sin embargo, a pesar de que la industria de Disney se encargó de suavizar los textos de Perrault, en realidad los cuentos de este parisino eran duros y crueles. Formaban parte de un volumen publicado bajo el nombre de su hijo que constaba de ocho relatos orales en los que los personajes sufrían hasta la saciedad antes de encontrar la felicidad –aunque no siempre se llegaba a un final feliz–.

Por ejemplo, la niña de la capa roja 'conocida' a nivel mundial acaba en la panza del lobo feroz después de haberse metido desnuda en la cama con el animal. Más tarde, los hermanos Grimm endulzaron este trágico final cambiando la ideal original: 'Caperucita' siempre aparecía vestida y, en el momento de máxima tensión entre la protagonista y el chacal, un aguerrido leñador entra en la casa de la abuelita y salva a la joven de las fauces más temibles.

En esta misma línea continuó Walt Disney al eliminar escenas de los cuentos de Perrault para borrar ese toque sádico que les caracterizaba. En 'Cenicienta', por ejemplo, se omitió el dato de que las hermanastras de la futura princesa fueron obligadas por su madre a cortarse los dedos de los pies para poder calzarse el mítico zapato de cristal. Tampoco se contó que Drizella y Anastasia –como así se llaman estos personajes– quedaron ciegas en castigo por su maldad después de que unas palomas les picaran los ojos.

Aurora, la 'bella durmiente', termina abandonada por el apuesto príncipe después de que éste se la presentara a su madre. En el relato de Perrault, el galán tiene miedo de que su progenitora no acepte a su mujer ni a sus dos hijos y se larga del castillo después del rechazo recibido por su madre. La abuela de los niños quiere cocinar a sus nietos en un arrebato de canibalismo, pero el padre aparece en el momento oportuno para salvarles. No corrió la misma suerte la suegra de Aurora, puesto que termina suicidándose en la misma olla donde iba a hacer caldo con los pequeños.

Sus cuentos son fiel reflejo de la sociedad francesa del siglo XVII: grandes desigualdades entre ricos y pobres, paupérrimas situaciones en los hogares alejados de la ciudad y derecho a la primogenitura –el hijo varón mayor sería el que acumularía los derechos heredados de los padres–. Hijo de un matrimonio burgués acomodado, Charles Perrault nació junto a un hermano gemelo que no consiguió sobrevivir. Aunque hoy en día se le recuerda por su faceta literaria, durante toda su vida –murió con 75 años– este francés trabajó como funcionario y consiguió hacerse un hueco en la Academia Francesa.