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Un museo construido sobre los huesos de los esclavos
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hoy abre en río el museo del mañana de calatrava

Un museo construido sobre los huesos de los esclavos

Su silueta, inspirada en las bromelias del Jardín Botánico de Río de Janeiro, ha revolucionado por completo el degradado barrio portuario de la ciudad olímpica

Foto: Museo del Mañana en Río de Janeiro
Museo del Mañana en Río de Janeiro

Su silueta, inspirada en las bromelias del Jardín Botánico de Río de Janeiro, ha revolucionado por completo el degradado barrio portuario de la ciudad olímpica. El Museo del Mañana, del arquitecto español Santiago Calatrava, es el proyecto estrella del ambicioso programa de revitalización del puerto de Río de Janeiro. Su inauguración, este sábado 19 de diciembre, prevé un intenso programa cultural de dos días para que los cariocas se familiaricen con este nuevo centro de conocimiento. Es una especie de boda gitana de la cultura, en la que los ciudadanos podrán recorrer gratuitamente un museo que se jacta de ser único en el mundo.

El Museo del Mañana, de 18 metros de altura, es un edificio de acero pulido y cemento blanco, edificado en una área de 30.000 m2 con jardines, fuentes, una pista de ciclismo y un parque de juegos. Está ubicado en la antigua plaza Mauá, un lugar que ya fue inhóspito y decadente, ahogado durante décadas debajo de un gigantesco scalextric, que fue demolido entre 2013 y 2015. Hoy esta plaza, que también alberga el Museo del Mar de arte contemporánea, inaugurado hace dos años, y un futurista centro de ferias, se ha convertido en el emblema de una ciudad que se renueva cada día.

El Museo del Mañana

En el interior de Museo del Mañana, enormes pantallas se encargan de verter sobre el visitante centenares de gigas de información sobre la creación del universo y el futuro de la humanidad y del planeta. Todo es interactivo, multimedia y constantemente actualizado. “El concepto fundamental es que el mañana no está listo, es una construcción. El museo ofrece un recorrido virtual por las grandes etapas de la evolución humana y distintas reflexiones sobre los posibles futuros que nos esperan. Causa y efecto: es esto lo que queremos representar”, explica Luiz Alberto Oliveira, el comisario responsable del contenido del museo.

Enormes pantallas vierten sobre el visitante centenares de gigas de información sobre la creación del universo y el futuro de la humanidad y del planeta

En su concepción, el museo mezcla ciencia, tecnología y poesía, con claras referencias a la obra del escritor argentino José Luis Borges y un único objeto expuesto: un churinga de madera, utilizado por los aborígenes de Australia en rituales de iniciación de los varones. “Es una herramienta simbólica que sirve para coser el tiempo, para que el pasado y el futuro puedan conectarse con el presente. El mismo museo aspira a ser un churinga del siglo XXI. Su fin es conectar el pasado con el futuro”, cuenta Luiz Alberto Oliveira.

El edificio es ecológico y sostenible: utiliza el agua de la bahía de Guanabara para su climatización y su fuente principal de alimentación procede de la energía solar que captan sus 5.492 paneles fotovoltaicos, distribuidos en 24 módulos. Después de ser aprovechada en los circuitos de aire acondicionado, el agua es devuelta más limpia a la bahía, un gesto simbólico que hace alusión a su alarmante tasa de polución.

Su vocación es convertirse en un centro educativo para estudiantes y visitantes. El museo posee un auditorio; un Observatorio del Mañana, que recibe y transmite información de centros científicos de todo el mundo; un laboratorio de actividades, en el que serán impartidos talleres prácticos de robótica y biotecnología, entre otros; y un restaurante de 100 plazas, que también funcionará como centro de estudios sobre alimentación saludable y de formación profesional.

Su coste asciende a 215 millones de reales (unos 52 millones de euros). Los responsables del proyecto niegan que el presupuesto se haya disparado, como suele acontecer con las obras de Calatrava. “Fue difundido un presupuesto errado antes de comenzar a construir, pero desde que se puso la primera piedra, hemos conseguido contener los costes”, aseguran. Un estudio local de arquitectura se ha encargado de ejecutar la obra.

Su coste asciende a 52 millones de euros. Los responsables del proyecto niegan que el presupuesto se haya disparado, como suele pasar con Calatrava

Con su inauguración, la ciudad tropical entra en una nueva etapa, en vísperas de la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016. El Museo del Mañana pretende dar un impulso al Porto Maravilha, un proyecto muy ambicioso promovido por el alcalde Eduardo Paes y concebido antes de que Río de Janeiro virase a sede olímpica. “Se trata de una feliz coincidencia. Hasta 2009, ambos proyectos avanzaban paralelamente, de forma independiente. La visibilidad que Río de Janeiro ganó con los JJ OO ha ayudado a impulsar las obras del Porto Maravilha. De hecho, todo fue contratado en 2010”, destaca Alberto Gomes Silva, presidente de la Compañía de Desarrollo Urbano de la Región del Puerto de Río de Janeiro (Cdurp).

Inspirado en el Puerto Olímpico de Barcelona y en el Puerto Madero de Buenos Aires, Porto Maravilha es un mega proyecto que pretende aumentar la población de distrito portuario de 32.000 a 100.000 habitantes para el año 2020. El conocidísimo arquitecto Norman Foster también está construyendo un edificio en esta zona. “Es un proyecto pensando para un periodo de 30 años, del que ya se ha ejecutado el 10%. La crisis no está atrasando las obras. Vamos a tener tres hoteles funcionando antes de los JJ OO, con 1.200 cuartos en total. Las obras aquí van para largo”, afirma Gomes Silva.

“Si dejamos de lado los costes y el tipo de proyecto, basado en un tipo de arquitectura espectáculo, ha sido algo muy positivo para la ciudad. Se ha recuperado un nuevo espacio para el paisaje y para el ser humano, incluso para los propios moradores de este”, señala el fotógrafo Luiz Baltar, que durante años ha documentado el desmantelamiento del scalextric, conocido como la Perimetral, y los cambios de esta región.

Luiz Baltar se refiere a los desalojos realizados en la primera favela de Río, el Morro da Providência. Es un fenómeno paralelo a esas obras faraónicas, poco divulgado por la prensa nacional y que ha inspirado un documental, Dominio Público, que retrata la resistencia de los vecinos a los planos urbanísticos del Ayuntamiento.

Los desalojos realizados en la primera favela de Río, el Morro da Providência son un fenómeno paralelo a las obras faraónicas que ha inspirado un documental

“La región portuaria es vista por el Ayuntamiento como un área importante para un proyecto diferente de ciudad: una urbe moderna, pensada para mega-eventos. Por eso, fue entregada a los empresarios para ser ordenada según otros criterios: más rascacielos y oficinas, y menos calles para los moradores”, explica Luiz Baltar. Hasta la fecha, 8.000 millones de reales (1.951 millones de euros) han sido presupuestados para la recalificación de este barrio. La mitad de esta suma ya ha sido invertida. “Éste no deja de ser un planteamiento un poco ajeno al pueblo carioca, que es callejero y fiestero, que ama frecuentar la calle”, añade el fotógrafo.

Niños descendientes de esclavos

Por lo pronto, los niños de las favelas cercanas están celebrando hace semanas la inauguración de la Plaza Mauá, que han convertido en una playa particular. Poco importa que la prensa local publique una y otra vez que el agua de la Bahía de Guanabara está muy contaminada y que no conseguirán limpiarla para los JJ OO, tal y como el Ayuntamiento había prometido al COI. “La modernidad que han querido plasmar con el Museo del Mañana ya está conviviendo, de facto, con los niños descendientes de esclavos, que están dando un nuevo significado a este espacio”, reflexiona Baltar.

Los pequeños saltadores no son el único síntoma de los profundos cambios que sacuden este barrio, literalmente construido sobre los huesos de los esclavos africanos. Aquí llegaban los cargueros repletos de mercancía de los negreros y aquí eran enterrados, en enormes fosas comunes, los que no resistían al viaje transoceánico. Aquí, en la Pedra do Sal, estos esclavos eran vendido en un mercado al por mayor. Y precisamente en esta piedra es donde nació la samba, el DNA de la cultural carioca.

En la actualidad, los jóvenes, hipsters o artistas, se están instalando en este barrio en centros de co-working, como el GOMA, o con sus ateliers, como sucede en la antigua Fábrica Bhering. Al igual que en Nueva York en los años 90 del siglo pasado, estos colectivos aprovechan los precios más bajos y las subvenciones que el Ayuntamiento ofrece para fomentar la reconversión.

Tanto cambio preocupa a los habitantes del barrio, que ya vislumbran la larga sombra del fantasma de la gentrificación, cada vez más cerca. “Todavía recuerdo cuando nadie venía aquí porque era peligroso. Ahora con el tren ligero y los museos, eso se va a llenar de turistas. Me quedan dos telediarios en mi barrio de toda la vida”, reflexiona un músico y compositor de samba.

En cuanto a los líos de Calatrava en sus tierras, pocos cariocas se han enterado, y eso a pesar de que la historia ya ha salido en varios periódicos. “¿Sabes lo que te digo? Todos los políticos brasileños roban y no hacen nada. Me da igual si ha costado más de lo previsto y si ese Calatrava tiene problemas en su país. El museo es maravilloso y eso es lo que nos llevamos los cariocas”, concluye una transeúnte.

Su silueta, inspirada en las bromelias del Jardín Botánico de Río de Janeiro, ha revolucionado por completo el degradado barrio portuario de la ciudad olímpica. El Museo del Mañana, del arquitecto español Santiago Calatrava, es el proyecto estrella del ambicioso programa de revitalización del puerto de Río de Janeiro. Su inauguración, este sábado 19 de diciembre, prevé un intenso programa cultural de dos días para que los cariocas se familiaricen con este nuevo centro de conocimiento. Es una especie de boda gitana de la cultura, en la que los ciudadanos podrán recorrer gratuitamente un museo que se jacta de ser único en el mundo.

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