Albert Rivera, Kant y unas mujeres desnudas

La campaña electoral más pop de nuestra historia, con los candidatos peleándose por aparecer en los programas de varietés más insospechados, tenía que generar a la fuerza escenas políticas dantescas. Lo sorprendente es que la liebre haya saltado en el evento más académico de todos: un debate en la universidad entre Albert Rivera y Pablo Iglesias en el que los paladines de la nueva política se dedicaron a pontificar sobre... Kant… con los resultados grotescos conocidos: Kant convertido en Trending Topic (TT) en Twitter y Albert Rivera convertido en... objeto de mofa y befa por pasarse de listo/recurrir al postureo kantiano.

Puede que el patinazo no le quite un solo voto a Rivera, y tampoco veremos furiosas turbamultas por los pueblos de España exigiendo su dimisión por no haber leído a Kant, pero una cosa está clara: el espectáculo político/pop ha sido de primera. Y con una persona disfrutando especialmente de la performance: Ernesto Rodera.

Humorista gráfico de referencia, Rodera fue el pionero en la transformación de Kant en icono pop gracias a sus tiras cómicas Kant y mujeres desnudas, en las que el filósofo prusiano del siglo XVIII se enfrentaba entre estupefacto y flemático a las costumbres de nuestra posmodernidad.

De la alta filosofía a la baja estofa pop. O el humor como choque de contrarios.

'Kant y mujeres desnudas' es un hito del humor filosófico absurdo que Albert Rivera ha vuelto a poner de actualidad para disfrute de las nuevas generaciones (muchas gracias, Albert, de verdad).

Al habla con Ernesto Rodera sobre el kantgate.

PREGUNTA. ¿Cómo se quedó el viernes al ver a Kant convertido en TT?

RESPUESTA. Enormemente complacido. Hay un dato que la gente desconoce: nunca se ha escrito ni hablado más (ni más personas) que sobre Justin Bieber. No es una gran literatura, pero sí enormemente masiva. Ni el Cristo ni el Buda ni Mahoma ni otras figuras del pop habían sido objeto jamás de tanto verbo. Que salga un pensador de verdad (en vez del niño giratorio, digo) en Twitter de vez en cuando (aunque sea por motivos grotescos) resulta sosegante y lenitivo. Aunque sus cifras siguen siendo escuálidas.

P. ¿Qué le pareció el traspiés de Rivera?

Lo de Rivera era previsible. Políticos y periodistas pasan 24 horas al día hablando de asuntos de los que ignoran absolutamente todo.

R. Previsible. Políticos y periodistas pasan veinticuatro horas al día hablando de asuntos de los que ignoran absolutamente todo. Y su salida, muy en su estilo de tombolero. Me recordó a la madre de Almodóvar cuando hacía de presentadora de un programa de libros en ‘Kika’. O a los presentadores de programas de libros de verdad.

P. ¿Por qué eligió a Kant y no a otro filósofo para sus tiras?

R. Me encanta que me preguntes "por qué no a otro filósofo", como si lo normal fuera que se elija a un filósofo austro húngaro (o prusiano, ahora sería ruso) para hacer tiras cómicas. Se me ocurrió en un bar hablando con un amigo artista: hartos de ser pobres queríamos hacer un producto que cubriera todo espectro y todo público: Kant y chavalas en pelotas. Naturalmente con esta ocurrencia me forré. He ganado concretamente ciento cincuenta y cinco euros por los derechos de los cortos animados que proyectaron una vez en las Noches Blancas de Madrid. Algo debió fallar en mi razonamiento.

P. ¿Qué tiene Kant de gracioso?

R. En mis tiras Immanuel (o Manolo para los amigos) no es el gracioso, el que hace de Augusto o payaso que tira tartas es Rosendo, el torero acondroplásico. Kant sería el payaso blanco, el serio. Enanos, jorobetas... lo que es el humor español. Me temo. Aunque el mono se vista de idealista trascendental, sigue siendo un mono, que, vestido de vaquero, queda chocantísimo.