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Van Morrison: luces y sombras en cinco canciones
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Van Morrison: luces y sombras en cinco canciones

El cantante norirlandés, amado y odiado a partes iguales, recala el martes en el Circo Price de Madrid y el miércoles en el Palacio Euskalduna de Bilbao

Foto: Van Morrison durante una de sus actuaciones (Efe)
Van Morrison durante una de sus actuaciones (Efe)

Los medios le adoran, pero los musiqueros están divididos. Millones de fans le consideran dueño de un poder místico que hace levitar cualquier pieza que cante. Otros le consideran un artista insoportable y egocéntrico, que impone sus manierismos vocales por encima de la emoción natural de letras y melodías.

En las últimas dos décadas, Van Morrison se ha hecho famoso también por su mal humor escénico, los disparados precios de las entradas de sus conciertos y por tocar lo que le da la gana, sin pensar en lo que espera el publico, para lanzarles al final un himno clásico tipo 'Gloria'o 'Brown Eyed Girl'como se tira un hueso a un perro. También resulta curioso que su mayor devoto en España sea Rodrigo Rato. "El vicepresidente segundo del Gobierno repetía, pero esta vez con séquito más numeroso", escribía Diego Manrique en una crónica de 1997 en 'El País'. Resulta de lo más normal encontrárselo en los conciertos del irlandés. ¿Aparecerá en el concierto del Circo Price de Madrid? ¿Se escapará al deBilbao?

'Brown eyed girl'(1967)

El primer verdadero éxito de su carrera, incluido en el álbum 'Blowin`Your Wind'. Entró directo al top diez de éxitos en Estados Unidos, convirtiéndole en una estrella internacional. ¿Dónde reside el encanto de la canción? En una alegría palpable, radiante y discreta, que relata el apogeo de una relación inocente, con versos tipo "haciendo el amor sobre la hierba verde/ detrás del estadio, contigo".

'Brown eyed girl'es también la favorita indiscutible del público, con cuatro millones de clics en la versión más escuchada de Youtube y 74,5 millones en la red social Spotify. El poder de la canción fue de largo recorrido: las radios estadounidenses la idolatran, hasta el punto de que en 2007 fue galardonada con un certificado por la difusión en más de ocho millones de ocasiones. La única pieza de un compositor europeo que supera esta cifra corresponde a 'Every Breath You Take', de The Police, con nueve millones. Grupos como los estadounidenses Counting Crows, superventas desde los años noventa, parecen haber inspirado la mitad de su repertorio en mínimas variaciones de la estructura de 'Brown eyed girl'. Luego Morrison escribiría una especie de réplica más densa y oscura, igualmente intensa, titulada 'The Way Young Lovers Do'(1968).

'Madam George'(1968)

Greil Marcus, seguramente el crítico musical más reputado del planeta, es un férreo defensor del arte de Morrison, hasta el punto de haberle dedicado un libro al arte de escucharle. El título es 'Cuando el dios áspero cabalga', así que pueden imaginarse los niveles de reverencia que despliega. En la gira de presentación del texto, se dio cuenta de que muchos asistentes,más que escucharle pontificar como experto, sentían la necesidad de compartir su relación con las canciones de Morrison al estilo de los asistentes a una reunión de Alcohólicos Anónimos. Recuerda estar particularmente de acuerdo con el comentario de un fan de 'Madam George', pieza clave del clásico 'Astral Weeks'. La describió como un himno "que después de escucharlo durante 42 años parece todavía inacabado, insatisfactorio, irresoluble y que nunca nos desvelará todos los secretos que conoce".

Marcus está fascinado por el misterio de muchas canciones del León de Belfast, especialmente las más oblicuas y ásperas, como 'Behind The Ritual'. Así lo explica: "en esta pieza arrastra las palabras, o quizá sea un viejo intentando cantar tan claro como puede, probando su lengua contra sus labios agrietados, tan afectado por la artritis que tiene que esbozar las palabras en vez de escribirlas. Entonces Morrison levanta el saxofón y encuentra la lucidez que faltaba en sus garganta". Resumiendo: el discreto atractivo de la imperfeccióncomo sinónimo de alta calidad.

'Purple Heather' (1973)

Aquí Morrison ataca una balada irlandesa clásica conocida también como 'Wild Mountain Thyme' o 'Will Ye Go, Lassie, Go?'. Empieza suave y acaba con su explosión de pirotecnia vocal. Terry Eagleton, catedrático de Teoría cultural en Oxford, escribió el ataque más feroz que ha recibido el músico en el texto clásico 'Cómo leer un poema' (2007). Merece reproducirse este párrafo completo: "Un ejemplo de una aproximación al sentimiento equivocadamente subjetiva nos la ofrecen las versiones de algunas canciones irlandesas realizadas por el cantante Van Morrison. Lo que falla en las interpretaciones de Morrison, por lo menos para los que somos fanáticos de la música tradicional irlandesa, es que parece que la emoción sea algo que se deba añadir a la música y las letras. Esta es la razón por la que Morrison perpetra tanta recargada improvisación "con sentimiento" cuando las canta, insertando unos lamentos repetidos por aquí, o unos afectados sollozos por allá. Es como si no confiara suficiente en su material para apreciar que los sentimientos están, por así decirlo, ya en las canciones, inseparables de sus textos y su música. Las melodías y las letras son como son porque expresan y encarnan ciertas pautas de sentimiento en su materia misma; de forma que si esa materia se variase, la pauta emocional también sería distinta. Al escuchar a Morrison, uno se siente tentado de aplicarle el verso de Wallace Stevens: 'Pero era a él y no la canción lo que escuchábamos". Se puede aplicar también a la histriónica versión de 'Georgia on My Mind' que perpetró en 'Down The Road' (2002).

'Meaning of loneliness' (2003)

Una de los conciertos más agobiantes de mi vida tuvo lugar en la Riviera en noviembre de 2003. Morrison era uno de los pocos mitos de la música anglosajona a los que no había visto en directo. Por eso me decidí a comprar dos entradas (creo recordar que a cuarenta euros cada una) e invitar a mi novia al recital. Todo eran canciones como 'Meaning of loneliness': pedantes, previsibles, aburridas, preñadas de tópicos bohemios y de versos francamente paletos. Este, sin duda, se lleva la palma: "Tenemos a Sartre y Camus/ a Nietzsche y a Hess/ pero si investigas suficientemente profundo/ vas a terminar estresado/ nadie escapa a tener una vida de dureza y tensión/ y nadie puede escapar a una vida de soledad".

Estamos ante el Morrison más "sobrado"que despacha de un plumazo a cuatro maestros de la literatura con un manido tópico popular. En realidad, el disco es horrible de cabo a rabo, pesado y prescindible, irritante incluso cuando los músicos se entregaban al exhibicionismo instrumental más descarado. Ese día sufrimos de lo lindo y juramos en la puerta no volver a verle en directo aunque nos regalasen las entradas. Lo único que nos divirtió fue una groupie sexagenaria en primera fila, vestida de cuero negro y agitando sus encantos frente a la estrella durante todo el concierto.

'Why don't you love me ?'(2012)

Los detractores de Morrison recibimos una agradable sorpresa con 'You Win Again', disco de country, cálido, sencillo y directo, refrescado por la voz de Linda Gail Lewis, hermana del mítico Jerry Lee Lewis, aquel salvaje pianista que incendiaba las teclas con su rock and roll desbocado y contagioso. En el álbum son todo canciones de amor cotidiano, subidones, desengaños y momentos de reflexión, donde destaca el desamparo que transmite 'Why don´t you love me?', lamento de un amante desconcertado ante la pérdida de conexión con su pareja. También destacan piezas como 'You win again', 'Jambalaya' y 'Let's talk about us'. El disco representa una abdicación de las aspiraciones místico-artísticas de Morrison para volver a las raíces de la canción popular, tan esquemáticas como energéticas y faltas de pretensiones.

Los medios le adoran, pero los musiqueros están divididos. Millones de fans le consideran dueño de un poder místico que hace levitar cualquier pieza que cante. Otros le consideran un artista insoportable y egocéntrico, que impone sus manierismos vocales por encima de la emoción natural de letras y melodías.

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