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La cultura se atrinchera en un tanque de queroseno
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eventos para huir de "la mierda de siempre"

La cultura se atrinchera en un tanque de queroseno

El Keroxen de Tenerife destaca entre la pujante oferta de festivales arriesgados de este otoño

Foto: Exterior del tanque que alberga el festival
Exterior del tanque que alberga el festival

Atención, pregunta: ¿cuál es el primer estribillo que escuchas una tarde de septiembre mientras das un paseo por el centro de Santa Cruz de Tenerife? Pues una apología merenguera de la viagra cuyo estribillo reza "Mi mujer grita, la pastillita/mi mujer grita, tómate la pastillita". Simplón pero contagioso a más no poder. Curioseando por La Recova, también conocido como mercado de Nuestra Señora de África, no da la impresión de que estemos en Europa. Es un paisaje más cercano a Cali que a Cádiz. Los locutorios de Internet lucen pósters gigantes de la última gira de Juan Luis Guerra y las marquesinas municipales anuncian a todo trapo el próximo concierto de El Gran Combo de Puerto Rico.

La descripción de todo esto viene a cuento porque un festival de música extrema, experimental y desafiante tiene mucho más de "servicio público" en Tenerife que en Madrid, Gijón o Barcelona. Por eso hay que valorar el esfuerzo y rigor del Keroxen, algo evidente incluso para un periodista cuyos guetos centrales son la cumbia, el reguetón y Camela.

Laboratorio sonoro en mitad de un barrio fino

Keroxen es un ciclo de actuaciones, a lo largo de siete viernes de otoño, donde participan artistas de Reino Unido,Finlandia, Alemania, Estados Unidos, México, Bélgica, Holanda, Francia, Noruega, Suiza, Croacia, Italia, Colombia,Venezuela, Cuba, Argentina, Egipto y de todas las comunidades autónomas españolas.Las actuaciones se celebran en un antiguo tanque de queroseno, reconvertido en impresionante centro cultural (sobriamente bautizado como El Tanque). Estamos en el barrio alto de la ciudad, flanqueados por el auditorio de Calatrava (aún de pie), el inmenso centro comercial Meridiano y un archipiélago de gimnasios de diseño, con paredes transparentes y pantallas de plasma.

Keroxen pasa por una etapa delicada, sobre todo por las quejas de dos tres vecinos de esta zona de alto standing que a punto estuvieron de tumbar la edición 2015 del festival, alegando las molestias por el ruido excesivo.

Por suerte, las posturas se acercaron gracias a un recorte de horario (de las 2am a las 23pm) y pudimos vivir una noche intensa, con potentes conciertos de Don Juan León y su conjunto, el egipcio Maurice Louca y una desbordante sesión de D. Wattsriot, exmiembro del mítico grupo anglopakistaní Fun-Da-Mental. Al contrario que su show de 2014, aquí terminó sin camiseta, salpicando sudor a un público entregado en una ceremonia catártica.


Pateras y patentes

La noche comienza con Don Juan León y su conjunto, una mezcla de electrónica y música tradicional tinerfeña. La mayoría de este tipo de experimentos, los que mezclan electrónica y música de abajo, suelen resultar artificiosos, pero este transmite máxima naturalidad. Acompañado por un grupo de música y otro danza, acabamos todos bailando caringa y tajaraste, ritmos populares de la isla.

"Es un tipo muy especial: comenzó haciendo ruido extremo, siguió a tope con el minimal techno y ha terminado en la tradición popular", me explican desde la organización. Un camino que suena incoherente, pero tiene su lógica (de jóvenes nos gusta la vanguardia y de mayores preferimos lo ancestral). En su actuación no hubo ni un minuto de aburrimiento.

Para animar la espera entre concierto y concierto, se incluyen performances de poesía. Por ejemplo el tenor Boro Ortega declama con empaque impresionante 'Letanía mundanap, acompañado por dos percusionistas. El texto es un lamento por nuestra situación política. Se reza "por las voluntades flotantes, por la flotación monetaria" y por las pateras que dejaron de flotar. También por Siria, Afganistán y "por la industria farmacéutica, por sus patentes, por el gran supermercado de las almas, por el Papa, por las papas con carne, por Dios, la patria y el rey". Néstor Torrens, director de Keroxen y autor del texto, tiene claro que no se ha avanzado mucho en resolver lo grandes problemas desde que publicó este poema en 2008.

De El Cairo al vudú bantú

Seguimos con el concierto de los holandeses Fumaça Prieta, tan enérgico como previsible, con sus ritmos psicodélicos flojunos y sus disfraces de superhéroe portero. Un auténtico sopor. Luego llega el recitado poético de Gonzalo Prieto con frases que te dejan clavado en tu baldosa: "No me interesa la buena conciencia, sino la mala conciencia/ nunca he conocido un chacal autocrítico". O bien: "Ignoro el papel que estoy haciendo aquí/ solo sé que no es intercambiable".

Poco después aparece Maurice Louca, joven músico egipcio entre el electro chaabi (música popular) y el suave trance experimental. Su concierto suena intenso y sinuoso, aunque planea la sospecha (somos maliciosos) de que en los ciudades miserias del país una música similar debe tener un sonido más guarrote y embriagador. Por lo menos eso indica el tráiler de este documental sobre la escena. El punto de máxima intensidad de la noche es el set de D Wattsriot,que ejecuta a pecho descubierto un demoledor aquelarre de ritmos negros tribales, con invocaciones bantúes y matraca rítmica. El sonido se corta por ley a las 23:53 y hay protestas de los asistentes más entregados, salpicados de sudor del discjockey

Recorte del 95 por ciento

Néstor Torrens, director de Keroxen, nos cuenta la trayectoria del proyecto: "En 2009 me encargaron hacer en El Tanque un instalación artística, con eventos de música, performance y danza. La primera vez fue muy improvisado, por la premura de obtener permisos, pero luego ya metimos más tiempo y empeño. Los recortes duros de cultura llegaron a partir de 2011. Antes teníamos un presupuesto corto, pero bueno. En 2012 nos quitaron el 95 por ciento y tuvimos que buscarnos la vida. De dinero público nos quedaron unos 2.000 euros. Conseguimos ayudas de otros 2.000 o 3.000 de la Asociación de Amigos de El Tanque y montamos un crowfunding que logró 10.000 euros", recuerda. En los primeros años, el acceso al festival era gratis. Luego tuvieron que poner una entrada casi simbólica de diez euros por noche.

De dinero público nos quedan 2.000 euros, pero montamos un crowfunding que logró 10.000 euros

De la cumbia al postflamenco

Keroxen continúa este fin de semanacon el rodillo rítmico de Vessel ,el post-flamenco de El Niño de Elche y la danza electrónica de Manolo Rodríguez y Teresa Lorenzo, que encerrarán al publico en círculos concéntricos dentro de una estructura de cinco altavoces. En próximas semanas acudirán el productor de vanguardia Tim Hecker, el cumbiero digital Chancha Vía Circuito y los hiperactivos improvisadores ZA!, considerados el "grupo de la casa del festival". La mascletá llegará el 13 de noviembre con un obra de encargo para Samuel Aguilar, compositor local que ha escogido el formato de doce instrumentos de metal, bajo el nombre Samuel Aguilar Supreme Sax & Brass. Torrens destaca la profesionalidad del equipo del festival, desde la administración hasta los encargados de visuales, "que además trabajan por nada, ya que 300 euros por cabeza por todo el festival no es nada".

Keroxen forma parte de una red de festivales "especiales" repartidos por toda la geografía estatal. Entre ellos, LEV de Gijón, Mira de Barcelonay Periferias de Huesca. Este fin de semana destaca el madrileño Villamanuela. Su director de música, Edu García, explica así el hilo que les vincula:

"Enlos dos últimos años, han ido apareciendo un montón de propuestas arriesgadas y pequeñitas, que para nosotros son más interesantes que lo que teníamos". ¿Qué contienen que no ofrezcan otros? "Nuestra programación no es la misma mierda de siempre: me refiero al corralito de Izal, Supersubmarina, Vetusta Morla, etcétera. Trabajamos para un público que busca sonidos más allá de lo habitual". ¿Otra diferencia esencial? "Lo mejor es que no tenemos compromisos ni obligaciones unos con otros. Todos sabemos que los grandes festivales no arriesgan nada. Siempre tocan artistas de las mismas agencias. Aquí nos ayudamos, pero nadie tiene cogidos por los huevos a los demás", sentencia.

Atención, pregunta: ¿cuál es el primer estribillo que escuchas una tarde de septiembre mientras das un paseo por el centro de Santa Cruz de Tenerife? Pues una apología merenguera de la viagra cuyo estribillo reza "Mi mujer grita, la pastillita/mi mujer grita, tómate la pastillita". Simplón pero contagioso a más no poder. Curioseando por La Recova, también conocido como mercado de Nuestra Señora de África, no da la impresión de que estemos en Europa. Es un paisaje más cercano a Cali que a Cádiz. Los locutorios de Internet lucen pósters gigantes de la última gira de Juan Luis Guerra y las marquesinas municipales anuncian a todo trapo el próximo concierto de El Gran Combo de Puerto Rico.

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