Jaime Botín en el Diccionario Biográfico: marino, lector, golfista y banquero “eficaz”

La actualidad devuelve a la actualidad al Diccionario Biográfico Español, una obra pensada para no olvidar a aquellos personajes y hechos más significativos de la historia de este país, cuyo coste se acerca a los 7 millones de euros. Era una “vieja aspiración” de la Real Academia de la Historia (RAH): dejar constancia de los “varones ilustres”. Entre ellos, Jaime Botín-Sanz de Sautuola y García de los Ríos (Santander,1936), “banquero y financiero”, “miembro de una notable dinastía familiar del mundo de las finanzas y de la gran banca, iniciada por su abuelo Emilio Botín López –fundador de la dinastía y presidente en el año 1909 del Banco Santander, entidad creada a mediados del siglo XIX”.

La polémica obra histórica descubre una vez más sus problemas con el presente. Pendiente de corregir las entradas menos rigurosas con la Guerra Civil y el franquismo, la selecta estirpe de “personajes destacados en todos los ámbitos del desarrollo humano y en todas las épocas de la historia hispánica” destapa una biografía tan sorprendente como la dedicada a Gerardo Díaz Ferrán, o a la presidenta de Prosegur (Helena Revoredo Delvecchio), el fundador de Halcón Viajes (Juan José Hidalgo Acera) o el primer presidente de El Corte Inglés (César Rodríguez González).

El Diccionario explica que “su gestión bancaria coincidió, en el tiempo, con procesos de liberalización financiera y apertura bancaria en España, lo que aprovechó eficazmente“

Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, el perfil aclara que “su gestión bancaria coincidió, en el tiempo, con procesos de liberalización financiera y apertura bancaria en España, lo que aprovechó eficazmente para llevar al banco a ocupar un lugar destacado en el ranking de las entidades financieras españolas de aquellos años”.

También hace referencia a su paso por el Banco Santander Central Hispano, hasta 2004, cuando renuncia al grupo bancario que había “presidido su abuelo, presidió su padre y presidía su hermano Emilio”. Como dato “curioso”, se incluye el descubrimiento de las cuevas de Altamira por su bisabuelo y las aficiones el protagonista: “La navegación, la lectura y la práctica del golf”.

El artículo se refiere a la creación del Banco Intercontinental Español (Bankinter), en 1950, que Jaime heredó de su padre en la figura de consejero y director general “desde el momento de su constitución” y como consejero delegado en 1977 y presidente desde 1986, “año en que su padre dejó ese cargo”, en el que se mantuvo hasta 2002.

Ciudadano intachable

“A partir de entonces se ha dedicado a actividades privadas y de gestión patrimonial”. De estas últimas han sido noticia en las últimas semanas, tras el intento de venta en Suiza de una obra de Pablo Picasso declarado “inexportable” por el Ministerio de Cultura y la Audiencia Nacional.

“En 2005 pasó a ser el primer accionista de Bankinter –en donde dos de sus cinco hijos habían recogido el testigo de la tradición familiar-, al formar parte del Consejo de Administración de dicha entidad financiera”. No hay ni rastro en la intachable biografía de la falta “muy grave” cometida por el “eficaz” banquero al ocultar que su participación real en Bankinter era de casi el 23% y no del 16,3% que había declarado.

La familia Botín fue descubierta con 2.000 millones de euros en cuentas suizas y resolvieron su situación pagando a Hacienda 200 millones

Jaime, su hermano Emilio y los hijos de ambos fueron descubiertos con cerca de 2.000 millones de euros ocultos en cuentas suizas, en el escándalo del banco HSBC, filtrado por Hervè Falciani, que la familia resolvió pagando cerca de 200 millones a Hacienda para evitar ir a la cárcel. Regularon la situación de las finanzas una vez se destapó el escándalo.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le ha condenado por ello a pagar una multa de 700.000 euros y en su día pidió al Ministerio de Economía inhabilitarlo para ejercer sus funciones de banquero, así como sentarse en cualquier consejo de una sociedad cotizada al ciudadano ejemplar. De hecho, el banco que mejor ha sobrevivido a la crisis financiera ha reducido notablemente su tamaño, quedando fuera de los seis grandes bancos españoles.

Botín mantiene una estrecha colaboración con el periódico El País, diario en el que escribe a menudo artículos de opinión. El más llamativo de todos es el titulado La moral católica, en el que aseguraba que “se pueden soportar muchas cosas, pero no se puede soportar el mal ejemplo”. “Tal vez baje la prima de riesgo e incluso puede que mejore la cifra de paro, pero el problema está en el colapso ético de una sociedad donde no sólo se ha extendido la corrupción, sino que parece que no importa”.

La relevancia histórica

El Diccionario, que inició su recorrido en 2011 y dio por cerrada su andadura 25 tomos después y tres años más tarde -sin dejar de recibir ayudas en los últimos 25 años-, decidió distinguir al hermano de Emilio Botín, presidente del Banco Santander hasta su muerte, como uno más de los 40.000 nombres que hicieron grande al Estado español. La razón se encuentra en su árbol genealógico, al parecer su logro es haber formado parte de “una notable dinastía familiar”.

La actualidad de algunos de los individuos elogiados, como el aludido, hace tropezar el criterio de la RAH a golpe de evasiones, multas y titulares. La RAH ha sido acusada de falta de perspectiva histórica de estos personajes en activo, cuyo ingreso obedece a intereses poco históricos. Es una de las lesiones más graves denunciadas por los historiadores independientes, que han cuestionado las entradas de dudosa relevancia histórica -como aquel primer tripulante de cabina de pasajeros- y el tono propio “de crónicas de sociedad”.

La selección del personaje y el encargo de la redacción del texto es responsabilidad de la Comisión de ciencias económicas, sociales y políticas de la RAH, dirigida por la actual directora de la Academia, Carmen Iglesias, José Ángel Asiaín y Manuel Jesús González. Esta comisión acordó las biografías de sociólogos, políticos, analistas, economistas, empresarios, comerciantes, hacendista, juristas o estadistas que debían aparecer. La autora es María Victoria Malavé Verdejo, funcionaria del cuerpo superior de autoridades del Tribunal de Cuentas y Consejera de la cámara de cuentas de la Comunidad de Madrid.