Madrid sopesa reducir los fastos de la gran cabalgata para potenciar las de barrio

El nuevo director de contenidos de Madrid Destino, Santiago Eraso (San Sebastián, 1953), anuncia un cambio drástico de objetivos de la empresa pública encargada de gestionar “los espacios al servicio de la cultura y el turismo”. “Celia Mayer [Concejala de Cultura] quiere centrar Madrid Destino en la cultura y desvincular el turismo de la estructura”, explica a este periódico en un despacho prestado de la sede del Ayuntamiento de Madrid, en el laberíntico Palacio de Cibeles. “Madrid Destino fue creado como estrategia de liberalización y mercantilización de la cultura. La intención era acabar con la cultura como bien público. Yo soy un defensor de esta como bien social ligado a la educación. La cultura debe ser protegida como se protegían los bosques”, asegura.

Será el responsable de los contenidos del Centro Fernán Gómez, Teatro Español, Centro Matadero, Intermediae o el Medialab-Prado. Cuenta con el mismo presupuesto que el año anterior, cerca de 90 millones de euros –aunque todavía no lo tiene claro– y pretende descentralizar la actividad cultural. Repartir protagonismo más allá del centro, “que haya más actividades en todos los barrios”. Eraso pone el ejemplo de la gran cabalgata de Reyes Magos del centro de la ciudad, “masificada, patrocinada”. “Prefiero ver la cabalgata cerca de mi casa”. Explica que se podría ahorrar en el coste de los fastos y recuperar las de las periferias, pero señala que “no se trata de desmontar la cabalgata del centro”.

La cultura es un bien público, no un capricho de los que se la pueden pagar. Ahora sólo somos clientes, todo es mercancía. Debemos recuperar el valor de uso y no el valor de cambio

“Madrid Destino debería ser mucho más generosa con los centros de distrito. La marca no puede ser sólo un reclamo para negocios, debería potenciar otros lugares de la ciudad”, añade. Esto echa abajo el primer punto de los objetivos que se leen en los Presupuestos de la ciudad destinados a Madrid Destino 2015: “Potenciar una política comercial proactiva en la captación de clientes y eventos”, con especial atención a la “profundización en el mercado internacional”.

Hasta hoy esta empresa se ha esforzado en utilizar la cultura como marca turística; ¿y ahora? “Debemos pensar para que la cultura sea compartida y redistribuir los saberes. La cultura no es un lujo o una mercancía”. ¿La cultura es Marca España, como dice el nuevo ministro? “La Marca España es propaganda partidista, propaganda gubernamental. Ni Marca España, ni Marca Euskadi…”.

La trayectoria en la gestión cultural de Eraso está avalada por los veinte años en la dirección del centro Arteleku (San Sebastián) y por la candidatura de San Sebastián para la Capital Europea de la Cultura 2016. De hecho, en las actividades era comisario del proyecto Tratado de paz, pero ha renunciado al contrato mercantil de 30.000 euros que le vinculaba a la capital cultural el próximo año y medio. Entre las propuestas que quiere implantar está el wifi en todos los centros y pasar al software libre.

Entra en una empresa que ha sido calificada por la oposición como “desastrosa” desde su creación. Los criterios que han priorizado hasta el momento han sido exclusivamente empresariales, “supeditada a políticas de beneficios para mantenerse abierta”. Las críticas contra la gestión de los concejales Fernando Villalonga, primero, y de Pedro Corral, después, son fruto de los constantes cambios de equipos debido a la falta de planificación de proyectos culturales, de patrimonio malvendido, de bibliotecas sin abastecer, museos desatendidos y una línea de actuación arbitraria sin objetivos declarados.

La Marca España es propaganda partidista, propaganda gubernamental. Ni Marca España, ni Marca Euskadi…

La empresa también ha recibido quejas por parte de las asociaciones que se dedican a mantener vivo el tejido cultural, porque se fueron retirando las ayudas hasta desgastar la competencia. Un movimiento parecido a la contraprogramación televisiva: las iniciativas privadas fueron asfixiadas sin ayudas públicas. Entre ellas, el Círculo de Bellas Artes.

¿Era imprescindible mantener Madrid Destino? “No hay más remedio que mantener esa estructura, desmantelarla es imposible. Está en marcha una auditoria económica de una empresa externa para hacer un análisis del estado de las cuentas de la empresa”, cuenta Eraso. El primer paso es recuperar la confianza de los trabajadores de centros como Medialab, Conde Duque y Matadero, con un desajuste salarial “muy grave”.

“Regularemos los salarios y estrecharemos la diferencia entre los mayores y los menores”, aunque tampoco sabe cuántos trabajadores tiene a su cargo. Acaba de aterrizar. Como novedad, para los asuntos jurídicos, económicos, financieros y recursos humanos habrá un Consejero Delegado acompañando a Eraso. “A mí el IVA me lo sigue haciendo mi mujer, hay que reconocer los propios límites”.

Ha sido designado por la concejala, como cargo técnico de libre designación. Es decir, no es un nombramiento por buenas prácticas. En estos días se han destituido tres cargos, entre ellos el del polémico director de CentroCentro Cibeles, Tono Martínez, “porque se pretende cambiar el acento de contenidos, que será un escaparate de todas las áreas del Ayuntamiento, no sólo cultura”. Los nuevos nombramientos, asegura, se realizarán por concurso y buenas prácticas. “Algunos están regulados y tienen una vigencia que no se puede anular”, añade.

Financiación: tenemos un problema

Un punto esencial: la financiación de la cultura. La ley de los tercios: ayudas, patrocinios y taquilla. Así mantendrá el presupuesto. Pero avanza tajante: “La cultura es un bien público, no un capricho de los que se lo pueden pagar. El sector se ha liberado y lo que han dejado como público es la maquinaria. Lo demás se ha mercantilizado. Todos somos clientes, todo es mercancía. Debemos recuperar el valor de uso y no el valor de cambio”, en clara cita a Karl Marx.

Lo primero que le llamó la atención al entrar en el Ayuntamiento fue una caja de donativos, con una foto de una mujer con un bolso de Prada: “Convierten al contribuyente en cliente y, además, le piden una donación. ¿Cómo puedes pedir una donación para el Ayuntamiento, con una foto así? No entiendo nada”.

Se lamenta amargamente de la política de precios por la que hay que pagar 300 euros para ver a Elton John en el Teatro Real, una institución pública. Apuesta por los “precios populares y la gratuidad” y por “trazar una línea roja que marque lo que es programación del centro y qué es un alquiler del espacio”. Señala como ejemplo depauperado el Circo Price, “sin recursos”. El espacio sobrevive gracias a la taquilla de los espectáculos que alquila a promotoras para mantenerse. “Estás en la obligación de ir a un tipo de espectáculo que llene”. La situación se ha degradado tanto en este tipo de centros que ellos mismos se reconocen como meros “gestores de paredes”.

Eraso apuesta por los 'precios populares y la gratuidad' y por 'fidelizar patrocinadores'

Así que está dispuesto a “fidelizar patrocinadores, como Heineken, sin que eso suponga una apropiación de la marca del festival”. Entonces será difícil fidelizar a la marca comercial. Eraso reconoce que nunca ha trabajado en la captación de patrocinios.

Reitera con aplomo que la cultura debe ser entendida como un derecho, no como un capricho o como un ocio. “La cultura tampoco es una suma de turistas”. Aunque ahí abajo, en la entrada del Palacio, se arremolinan. “No te engañes, no vienen por lo que hay programado, sino por el edificio. Le ocurre lo mismo al Guggenheim de Bilbao”.

El reto político

Eraso tendrá su puesto en el Centro Conde Duque, esta entrevista sucede en el lugar de trabajo de Jesús Carrillo, director general de programas y actividades culturales y antiguo jefe de actividades culturales del Museo Nacional Reina Sofía. Precisamente, Eraso vino a Madrid acompañando a su mujer, que aprobó la plaza como jefa de actividades editoriales de dicho museo.

Es una revolución, aunque creo que ya se encargarán los de siempre de que vuelva el orden

Ha cubierto “satisfactoriamente” su carrera profesional, ya pensaba en su jubilación pero cuando le llamaron hace un par de semanas desde el Ayuntamiento aceptó. ¿Por qué? “Porque el reto político de las candidaturas municipalistas es interesantísimo. He tenido contacto con Traficantes de Sueños, con La casa invisible de Málaga, el Patio Maravillas… experiencias micro que han llegado a los ayuntamientos. Es una revolución, aunque creo que ya se encargarán los de siempre de que vuelva el orden”, dice.