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El 'porno para mamás' da risa
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'quién es patricia luna'

El 'porno para mamás' da risa

Isabel García-Zarza y Silvia Oviaño desmontan el fenómeno erótico-editorial del momento y le meten caña a Grey con una novela que pasa de estereotipos y mujeres (y relaciones) perfectas

Foto: Fotograma de la adaptación de 'Cincuenta sombras'
Fotograma de la adaptación de 'Cincuenta sombras'

“Por mucho sexo que haya todo se reduce a averiguar si al final los protagonistas se casan, porque lo alucinante de estas novelas es que, en medio de tanta perversión y goce a espuertas, el objetivo final de la damisela no se limita a pasar un buen rato descubriendo nuevos horizontes sexuales. Qué va, ella lo que busca es redimirle y llevarle al altar”. Patricia Luna habla así de las trilogías eróticas tan de moda en nuestros días. Ella es un personaje de novela también. Una mujer imperfecta, con dos hijos y dos divorcios a su espalda, a la que no le salen los números y que lleva una mala racha laboral por culpa de la crisis… hasta que le encargan ilustrar el nuevo best seller erótico del momento: Cincuenta noches sin dormir.

No imaginen mucho más porque están frente a la contranovela erótica. La real, femenina y mordaz que le da caña a Grey. Las periodistas Isabel García-Zarza y Silvia Oviaño acaban de publicar Quién es Patricia Luna (Stella Maris), una novela de heroínas urbanas que retrata a las mujeres reales y satiriza sobre el boom editorial de Cincuenta sombras de Grey.

“Hemos querido reflexionar desde el humor sobre estas trilogías eróticas a las que se ha tratado de forma muy benevolente”, explica García-Zarza. “No entiendo por qué se le llama porno para mamás. ¿Por qué es con sus hijos? ¿Por qué se casan? Es un planteamiento ridículo. No entendemos la historia de una chica virgen que se deja someter, no dentro de la cama que nos parece perfecto, sino fuera con el objetivo único de llevarlo al altar. Es muy retrógrado. ¿Porno para mamás? Estas trilogías no hablan de la liberación sexual de las mujeres. Esto es la nueva dominación de las mujeres y el colmo del conservadurismo”, añade.

La periodista explica que se han leído la trilogía de Grey para documentarse y animadas por las expectativas generadas por su círculo de amigas… pero una vez pasado el trance, la reflexión es clara: “¿La clave de su éxito? No lo sé, pero es alucinante. No puedo entenderlo y desde los medios de comunicación, y entono el mea culpa, hemos sido muy complacientes. La hemos vendido demasiado bien, la única crítica que se ha hecho ha sido sobre su mala calidad literaria. Nos hemos subido al carro para darle la bienvenida al nuevo porno para mamás, pero el mensaje subyacente de estas novelas es muy peligroso. Este Grey es un maltratador y habría que ser más críticos con los mensajes que transmitimos, y más en un momento complicado con el repunte de la violencia de género que estamos sufriendo”, asegura Isabel. E insiste, no sólo apunta a Grey sino también muchas novelas para adolescentes que venden la imagen de la mujer sumisa y el matrimonio como fin último.

“El mensaje es aterrador. Muy peligroso. Que cada uno haga lo que quiera en la cama, pero que nos vendan como un patrón normal de relación a un tipo que te dice qué ropa te tienes que poner, que te da un móvil para controlarte, te compra el coche y te controla porque es un mensaje muy peligroso”, agrega.

Por eso, el objetivo de Quién es Patricia Luna es echar por tierra esa imagen de sumisas bobas que-buscan-marido y, de paso, los clichés que persiguen a la mujer en esta sociedad. “Queríamos que fuera maravillosamente imperfecta. Es un desastre, una decepción como hija, no llega a fin de mes, no sabe lo que es el príncipe azul… para demostrar cómo poco a poco va tomando el control de su vida y es feliz aunque no sea perfecta ni encaje con el idea social de mujer”, dice.

Este cambio llegará con el encargo para ilustrar el próximo libro de Cincuentas. Para mantener todo en la más estricta confidencialidad, diez personas se recluirán durante cinco semanas en una nave industrial para traducir y, en su caso, competir con otro ilustrador por el trabajo. Aislados del mundo, Patricia pasará cinco semanas dibujando sobre sexo, hablando de sexo, practicándolo claro, pero también cuestionándose el modelo de mujer que impone la sociedad (depilación, dietas, cirugía estética, modas..) y reorganizando su vida, a la vez que se suceden otras tramas de corruptelas y asesinatos en el mundo exterior.

El problema, reflexiona García-Zarza, es que las mujeres somos las que nos autoimponemos y tragamos con esos cánones. “Por ejemplo, la depilación. Sueña a coña, pero somos nosotras las que nos hemos impuesto la depilación absoluta y las que somos inclementes con nosotras mismas. Tenemos que ser bellezas, la madre ideal, la esposa perfecta y un zorrón en la cama. No. Esto es en realidad la esquizofrenia perfecta, y lo peor es que puede llevarnos a una insatisfacción absoluta”. La receta que dan ambas para huir de estereotipos machistas, sumisión fuera de cama y mujeres perfectas es reírse, tanto que aquí las ingles brasileñas, los látigos, los greys y las superwomen se llevan su buena dosis de caña.

“Por mucho sexo que haya todo se reduce a averiguar si al final los protagonistas se casan, porque lo alucinante de estas novelas es que, en medio de tanta perversión y goce a espuertas, el objetivo final de la damisela no se limita a pasar un buen rato descubriendo nuevos horizontes sexuales. Qué va, ella lo que busca es redimirle y llevarle al altar”. Patricia Luna habla así de las trilogías eróticas tan de moda en nuestros días. Ella es un personaje de novela también. Una mujer imperfecta, con dos hijos y dos divorcios a su espalda, a la que no le salen los números y que lleva una mala racha laboral por culpa de la crisis… hasta que le encargan ilustrar el nuevo best seller erótico del momento: Cincuenta noches sin dormir.

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