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“En Pixar no hacemos películas pensando en lo que les gusta a los niños”
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una clase maestra con los creadores de 'del revés'

“En Pixar no hacemos películas pensando en lo que les gusta a los niños”

El director Pete Docter y el productor Jonas Rivera, autores de filmes como 'Up' o 'Monstruos S.A', presentan su nueva película en España con una lección sobre cine de animación

Foto: Jonas River y Pete Docter presentan en Madrid 'Del revés (Inside Out)' (Pablo Cuadra/Getty Images)
Jonas River y Pete Docter presentan en Madrid 'Del revés (Inside Out)' (Pablo Cuadra/Getty Images)

En 1995, cuando se estrenaba Toy Story, la primera película de animación realizada por ordenador, parte de la crítica americanan clamaba atemorizada ante una técnica que pensaban que podía terminar con el cine tradicional y el 'star system' establecido. Woody, Buzz y compañía sustituirían a Meg Ryan, Brad Pitt y Julia Roberts. Pero las previsiones más agoreras no se cumplieron. Pixar demostró que la animación rompía los límites y llegaba a lugares donde la ficción no podía. Nada era imposible, ni siquiera que los juguetes cobraran vida.

Han pasado 20 años desde aquella revolucionaria película, tiempo durante el que la compañía nos ha seguido ofreciendo un puñado de obras imprescindibles para la historia del cine: Buscando a Nemo, Wall-E, Up… con cada una de ellas Pixar demostraba que la imaginación era su única barrera y se atrevían incluso a desafiar a los gurús del marketing y el merchandising.

Con el estreno de Up, sus acciones bajaron ante las predicciones de que una película protagonizada por un viejo no sería capaz de llevar a las familias al cine y de vender juguetes y peluches. Se equivocaron de nuevo, la película fue un éxito en taquilla, una de sus películas más redondas y ganó el Oscar a la Mejor película de animación además de ser nominada en las categorías de Mejor película y Mejor guion original.

Con estas anécdotas introdujo el productor español Manuel Cristóbal (responsable de Arrugas) la masterclass que ofrecieron en Madrid Jonas Rivera y Pete Docter, productor y director de la nueva joya de Pixar, Del revés (Inside Out), que llega mañana a los cines tras levantar tres ovaciones de la crítica en el festival de Cannes. Pixar lo ha hecho de nuevo, ha creado una película que rompe con todo lo visto y emociona hasta al más insensible. Y escuchando a sus responsables uno entiende todo. Dos profesionales que aman el cine de animación, disfrutan con su trabajo y luchan por que cada filme sea una experiencia única para el espectador.

Pete Docter (que también es el responsable de Up y Monstruos S.A) mostraba al comienzo de su charla unas imágenes suyas de niño. Jugando y dibujando. Desde entonces, con 11 años, tenía claro que lo suyo era crear, e incluso animar, realizando pequeñas tiras cómicas que adquirían movimiento al pasar los dibujos rápidamente.

Para Docter la máxima de la empresa está clara, crean sus obras pensando en ellos mismos, en desarrollar la mejor idea de la mejor forma posible, sin intentar adivinar qué gustará o no a la audiencia o a las fábricas de juguetes: “Hacemos las películas pensando en nosotros. No creo que la animación sea sólo para los niños, no hacemos nuestras películas pensando en lo que les gusta o no. Los niños son listos y las entienden. Un niño de cuatro años verá Del revés y se reirá, pero uno de 9 años la entenderá”, explicaba el director mientras definía cada uno de sus títulos como una “carta de amor a nuestros hijos”.

Por ello Jonas Rivera cree que es necesario que el cine de animación se quite esa etiqueta, la de animación, para ser considerado sólo como cine. Pasos como inaugurar el festival de Cannes con Up o presentar allí Del revés les hacen pensar que van en el buen camino y que la gente empieza a comprender que la animación es sólo la técnica para contar una historia.

La herencia de Dumbo

La segunda norma que sigue el realizador de Del revés se la dio uno de los creadores de Dumbo (su filme de animación favorito), cuando les preguntó que qué se llevaba la gente a casa cuando veía sus películas. Hablaba de recuerdos, de memorias únicas, de sentimientos que la animación podía, y debía, mover. Quizás por eso los protagonistas de su nueva obra sean, precisamente, los sentimientos de una niña de 11 años que ve como su mundo se tambalea. Para Pete Docter la idea surgió cuando su hija cumplió esa edad y pasó de ser una niña jovial y divertida a una persona callada e introvertida. ¿Qué pasaba dentro de la mente de su hija? Ese es el punto de partida de lo que ha definido como “el proyecto más difícil en el que he trabajado”.

'Trabajar con menos presupuesto te da más posibilidades, ya que no tienes que apelar a un público tan amplio'

Pero en Pixar están para superar retos e igual que convencieron a Disney en los 90 que la animación no tenía que ser musical, han vuelto a convencer al público con esta película que ya ha recaudado 438 millones de dólares en todo el mundo.

Se ven por fin amortizados los cinco años de trabajo desde que surge la idea hasta que se termina. Un tiempo en el que testan cada cambio, cada escena y cada avance una y otra vez hasta alcanzar la excelencia. Una calidad que en los últimos años parecían haber perdido, cuando la empresa entró en un bucle de secuelas y precuelas que parecían destinadas a engrosar sus arcas más que a seguir el mantra dado por el creador de Dumbo.

Para el futuro tendrán que luchar contra una de las modas actuales: las versiones en carne y hueso de clásicos animados. Tanto Pete Docter como Jonas Rivera se muestran reacios ante la idea, e incluso Docter califica una posible versión de Toy Story en acción real como "terrorífica". “Imágina, el próximo verano Toy Story 3, dirigida por Pedro Almodóvar”, zanjaba bromeando Rivera, que aclaraba también que el tema tiene que ir muy ligado al medio utilizado, en este caso la animación digital.

Está claro que la técnica vive un boom que no sólo afecta a Pixar, sino a Dreamworks, y compañías españolas como Ilion y autores como Enrique Gato, que tras saborear el éxito con Tadeo Jones se enfrentará en agosto a su prueba de fuego con su segundo filme: Atrapa la bandera. Pero, ¿puede competir una película de animación española con un presupuesto de 10 millones de euros con una americana de más de 100?

Pete Docter y Jonas Rivera reconocen que son unos privilegiados por tener el apoyo de Disney, pero recuerdan que “no siempre fue así”. “Toy Story se hizo con poco presupuesto y unas 100 personas, ojalá esto sirva para abrir el camino y que la animación llegue más lejos. También trabajar con menos presupuesto te da más posibilidades, ya que no tienes que apelar a un público tan amplio”, argumentan desde Pixar.

Lo que es cierto es que ellos tienen cinco años para crear cada historia, desde que se aprueba la idea hasta que llega a las salas, pasando las mil revisiones que sufre en cada recoveco del proyecto. Para 2016 Pixar traerá La historia de Arlo (The Good Dinosaur) y Buscando a Dory, dos películas con las que tendrán que demostrar que hay vida después de tocar la cima con Del revés.

En 1995, cuando se estrenaba Toy Story, la primera película de animación realizada por ordenador, parte de la crítica americanan clamaba atemorizada ante una técnica que pensaban que podía terminar con el cine tradicional y el 'star system' establecido. Woody, Buzz y compañía sustituirían a Meg Ryan, Brad Pitt y Julia Roberts. Pero las previsiones más agoreras no se cumplieron. Pixar demostró que la animación rompía los límites y llegaba a lugares donde la ficción no podía. Nada era imposible, ni siquiera que los juguetes cobraran vida.

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