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La donación de Arango pone la guinda al Museo del Prado
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Obras de Goya y Zurbarán

La donación de Arango pone la guinda al Museo del Prado

La pinacoteca cuelga las primeras piezas donadas por el empresario y mecenas

Foto: El Prado luce ya la obra de Zurbarán donada por Arango (EFE)
El Prado luce ya la obra de Zurbarán donada por Arango (EFE)

Un palmo. Es lo que mide más o menos El descendimiento, pintado por Pedro de Campaña (Pieter van Kempeneer) pocos años antes de su muerte en el año 1580. De ahí que uno tenga que aproximar la nariz al óleopara verlo con detalle.

De ahí también que Miguel Falomir, director adjunto de Conservación del Museo del Prado, advirtiera a una turbamulta de periodistas que no se arrojara sobre la miniatura: “Os pido que tengáis cuidado al acercaros al cuadro”. O el contraste entre el tamaño de unaobra-pequeño- y la importancia de la donación que laha llevado a las paredes del Prado: grande.

'De Campaña es el único de los grandes de la pintura española del Renacimiento que no estaba en el Prado'

La pinacoteca colgó ayer 9 de las 25 obras donadas a la institución por el empresario y mecenas Plácido Arango. Obras de Tristán, Zurbarán, Herrera el Mozo, Goya y el mencionado Pedro de Campaña, cuya inédita presencia en el Prado da idea del alcance de la donación:

“Pedro de Campaña es el único de los grandes de la pintura española del Renacimiento que no estaba en el Prado”, dijo Falomir sobre Campaña, nacido en Bruselas, pero afincado en Sevilla entre 1537 y 1563.

En El Descendimiento, una de las dos obras de Campaña mostradas ayer, el pintor belga recreó el MonteCalvario con un nivel de detalle que choca con la medida del óleo, 25x19 cm.

Tamañoque eldirector adjunto de Conservación del Museo del Pradoasoció a los últimos años de vida de Campaña, en los que el pintor se sintió“más cómodo con los formatos reducidos”.

Formatos pequeños en los que Pedro de Campaña lograría, no obstante,reproducirla “monumentalidad” de su obra anterior.

“Campaña abre el foco de visión y crea una compleja representación del Monte Calvario, conformado como un estrecho promontorio rocoso y escalonado, recortado sobre un paisaje muy abierto y bajo un ancho cielo. A los lados de este montículo se yerguen en precario las altas cruces con los dos ladrones. La pincelada menuda y precisa ofrece otra visión de Campaña, la de un cuidado artífice de la piccola pittura”, aclaródel departamento de prensa del Prado.

Un paseo con sentido

Aclarada la trascendencia artística de la donación, tocaba especificar algunas cuestiones técnicas de la misma. Por ejemplo: la visita guiada a la prensase convirtió en un eslalon por las salas del Museo, abarrotadas de visitantes nacionales y extranjeros.

No, no es que la presentación estuviera mal organizada, es que Arango ha pedido que sus obras estén“integradas” en el Museo.Así que cada cuadro está en el lugar donde le correspondepor época, temática o corriente.

Los cuadrosnocuentan, por tanto, con sala propia donde luzca el nombre del donante.Arango vuelve a lucir, otra vez, como ese mecenas alérgico a los focos que no ha asistido a ninguno de los actos de su donación. Ni un palmo de baño de masas.

Un palmo. Es lo que mide más o menos El descendimiento, pintado por Pedro de Campaña (Pieter van Kempeneer) pocos años antes de su muerte en el año 1580. De ahí que uno tenga que aproximar la nariz al óleopara verlo con detalle.

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