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La paz llega a la SGAE
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La paz llega a la SGAE

El pacto de gobernanza entre José Luis Acosta y José Miguel Fernández Sastrón allana el camino para que la asamblea ordinaria de socios apruebe las cuentas de 2013 y 2014

Foto: Imagen de la asamblea de la SGAE (Luis Camacho)
Imagen de la asamblea de la SGAE (Luis Camacho)

La paz social ha llegado a la SGAE. Los socios de la entidad tenían por delante ayer una asamblea decisiva donde, de nuevo, se jugaban la estabilidad de la sociedad tras la Operación Saga y tras pasar por dos asambleas en las que se rechazaron las cuentas de 2013 y que desembocaron en las elecciones del pasado mes de febrero, en las que José Luis Acosta revalidó su cargo como presidente. Ayer, sin embargo, el tono cambió y, no sin fricciones, las cuentas de 2013, dos años después, y 2014 salieron adelante.

La clave para este cambio de rumbo en la SGAE está en el acuerdo alcanzado entre Acosta y José Miguel Fernández Sastrón, su principal opositor hasta ahora, que, como adelantó ayer El Confidencial,cerraba un apoyo conjunto a las cuentas y la gestión de la entidad a cambio de abrir la negociación en el reparto de los derechos de las franjas televisivas (lallamado la rueda de televisiones)de cara al del próximo mes de diciembre y de hacer consejero delegado a Sastrón para que el peso del colegio de Pequeño Derecho, es decir los músicos, sea más relevante dentro del control de la sociedad.

El propio Sastrón sumó ayer su voz a la de Acosta en la asambleay pidió a los socios el respaldo de las cuentas y de la gestión como una tregua en pos de mejorar el gobierno y terminar con la inestabilidad reinante en la sociedad desde que en julio de 2011 la Guardia Civil entrara en la SGAE. En una asamblea menos multitudinaria que laúltima de enero -el salón de actos estaba a tres cuartos de entrada mientras que en la última cita hubo socios hasta en los pasillos-, ayer había 20.000 votos en juego frentea los 25.000 de esa última cita. Las cuentas de 2013 fueron aprobadas por el 67,46% de los votos (15.253 a favor, 6.718 en contra y 640 abstenciones) y las de 2014 por el 68,99% (15.593 a favor, 6.477 en contra y 535 abstenciones). El informe de gestión del actual equipo directivo, por su parte, estuvo más reñido y fue aprobado por menos de la mitad de los votantes, en concretopor el 49,49% de los votos (9.722 a favor, 8.392 en contra y 1.532 en contra).

'Se abre un nuevo periodo en la SGAE no sólo por aprobar las cuentas. Es un momento importantísimo hacia una nueva andadura'

El ambiente, por tanto, cambia en la SGAE y parece que se ponen los mimbres para una nueva etapa de estabilidad y acuerdos. No obstante,tampoco faltaron las voces disidentes y escépticas a la salida de la asamblea ante el nuevo y repentino (el acuerdo se ha labrado en los últimos tres días)clima de acercamiento entre Acosta y Sastrón.

Acosta recalcabaa este periódicoal terminar la asamblea la importancia de este día al abrirseuna nueva etapa en la sociedad. "Espero que así sea. Queda mucho trabajo, pero hay voluntad de que sea así. Es el principio de una voluntad por solucionar los problemas y estar unidos. Se abre un nuevo periodo en la SGAE no sólo por aprobar las cuentas. Es un momento importantísimo hacia una nueva andadura distinta a la que se ha mantenido en los últimos años", afirmaba.

Preguntadopor los acuerdos a los que ha llegado con Sastrón para conseguir este nuevo clima de consenso, el presidente de la SGAE habló de "compromiso", al igual que hizo durantela asamblea. "Hay voluntad en los distintos colegios de arreglar las cosas más latentes y difíciles. Estamos abiertos a todo con lealtad", agregó. Sobre crear un nuevo reparto de la rueda, Acosta señaló que ya había dicho en una Junta Directiva que se iba a abrir "un análisis y una mesa intercolegial para ello. Es un tema que hay que dejarlo cerrado y en el que todos debemos ser generosos y participar". Respecto al supuesto cargo de consejero delegado que recaería en Sastrón, matizó que es un tema "abierto y pendiente. No digo ni que sí ni que no, la Junta y el Consejo son los que mandan. Es algo que requiere mucha conversación, pero hay voluntad".

Sastrón, por su parte, definió esta nueva etapa asegurando que "la paz se está asomando" y remarcó la responsabilidad del paso que han dado porque "sin aprobar las cuentas, no vamos a ningún lado". Insisitó, asimismo, en la necesidad de abrir una negociación con todas las partes implicadassobre la rueda porque "el reparto que se hizo fue precipitado y mal" y añadió que el cargo de consejero delegado es algo que el propio Acosta "ya introdujo en una Junta Directiva".

Más allá de las que hasta ahora eran las dos grandes facciones de la SGAE, entre los socios de a pie el comentario más extendido era la sorpresa ante el rumbo de los acontecimientos y expectación. "Habrá boda, ahora queda ver sin nos invitan", aseguraba ayer un socio. Otros resaltaban la "generosidad demostrada por los músicos" con este acuerdo y la "valentía de Sastrón" y también se comentaba la sorpresa. "Hace 48 horas esto no se imaginaba", decía un tercer socio de estas "aproximaciones serias".

Un nuevo escenario para muchos problemas

Una vez asentados los mimbres para este nuevo escenario de paz social, escenificado en esta asamblea ordinaria, la SGAE sigue teniendo los mismos grandes retos por delante. Por un lado, aumentar los cauces de recaudación, especialmente tras aprobar unas cuentas cuyos balances arrojan unas pérdidas de 5 millones de euros en 2013 y de 1,8 millones de euros en 2014. Los ingresos del año pasado fueron de 248,424 millones de euros, cifra prácticamente idéntica a la de 2013 cuando fueron 248,418 millones.

Otro de los temas calientes es el reparto de la rueda televisiva, tanto es así que ha sido uno de los puntos claves de la negociación entre Acosta y Sastrón, y que debería estar resuelto de cara al próximo reparto de derechos que se ejecutará en diciembre y teniendo en cuenta queel sector más crítico con la tregua rubricada ayer es este. Además, y mientras la SGAE intenta centrarse en su primer objetivo, que no es otro que una mejor eficacia en la gestión de los derechos de autor, la entidad tiene varios frentes abiertos conuna plantilla en pie de guerra tras rebajar un 20% los sueldos del personal que menos ingresaba al eliminar el complemento de mayor dedicación mientras que siguen levantado ampollas dentro y fuera del palacio de Longorialos altos sueldos (Acosta cobra más de 183.000 euros) y las dietas que reciben los miembros de la Junta, el Consejo y las diversas comisiones.

Asimismo, antes del mes de marzo, la SGAE tiene que reformar sus estatutos según los requerimientos de la Ley de Propiedad Intelectual. Este será otro de los momentos decisivos para ver si efectivamente esta paz social que ha comenzado en esta asamblea está pendiente de un hilo o cala dentro de una sociedad que necesita estabilidad para comenzar a incrementar su recaudación modernizándose e intentando capear la tormenta judicial que sólo en las últimas fechas ha abierto nuevos frentes e imputaciones para el director general de la casa, Enrique Gómez Piñeiro, y el cantante Ramoncín. ¿Primer paso para una nueva SGAE?

La paz social ha llegado a la SGAE. Los socios de la entidad tenían por delante ayer una asamblea decisiva donde, de nuevo, se jugaban la estabilidad de la sociedad tras la Operación Saga y tras pasar por dos asambleas en las que se rechazaron las cuentas de 2013 y que desembocaron en las elecciones del pasado mes de febrero, en las que José Luis Acosta revalidó su cargo como presidente. Ayer, sin embargo, el tono cambió y, no sin fricciones, las cuentas de 2013, dos años después, y 2014 salieron adelante.

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