Es noticia
Hartos de la novela
  1. Cultura
david shields publica 'hambre de realidad'

Hartos de la novela

Se aburre cuando todo está escrito, no soporta la “hermosa ilusión”, aborrece la prestidigitación narrativa y todo lo que no sea tomado de la vida... una bomba contra la "novela novelística"

Foto: De los pocos escritores a los que salva David Shields, están Michel Houllebecq y Lydia Davis. (REUTERS)
De los pocos escritores a los que salva David Shields, están Michel Houllebecq y Lydia Davis. (REUTERS)

“¿Por qué se ha estancado el hip-hop, por qué ha muerto el rock, por qué agoniza la novela convencional? Porque pasan por alto la cultura que los rodea, en la que se descubre que hay formas nuevas y más estimulantes de narración y presentación y representación”. David Shields (Los Ángeles, EEUU, 1956) ha subido al monte de la provocación, ha cargado munición y no parará hasta que tumbe la novela novelística. La de la trama, el argumento, el personaje… “Hay algo sumamente artificial en la novela común y corriente; siempre se oye el chirrido del mecanismo”.

Shields, novelista con algún premio y best seller entre sus 15 libros publicados, no lee novelas. Salvo excepciones, a saber: Lydia Davis, todo. Casi todo de Houellebecq. De Kundera, sólo Inmortalidad. De Doctorow, El libro de Daniel. Las correcciones, de Jonathan Franzen, prohibido: “No podría leerla ni si mi vida dependiera de ello. Puede que sea una novela “buena” o “mala”, pero algo le ha ocurrido a mi imaginación, pues ya no puede entregarse al sincero abrazo de la forma novelística”.

Lo importante no es lo que ocurrió, eso es la materia prima, lo que importa, según Shields, es lo que el escritor hace con lo que ocurrió

Viva la antinovela

¿Entonces, novela sí o no? “La novela ha muerto. Viva la antinovela, construida con retazos”. Es la hora del collage y de las historias enterradas (“Las tramas son para los muertos”), porque casi todas las estrategias de la novela tradicional son “predecibles, manidas, artificiales y, en esencia, inútiles”. A Shields le preocupa trascender los datos de la narración, la vida misma, para anular la distancia entre vida y arte. Cose con lo que encuentra. “El arte es robo”.

Y la narración, tiempo. Crear tiempo donde antes no lo había. “Un escritor de ficción que cuenta historias es un creador de tiempo”. Por eso el tiempo es el enemigo al que destruir. Debe ser derrotado, “aquello de lo que la ficción no puede prescindir y de o que, por lo tanto, para crecer o cambiar, debe prescindir. El tiempo debe morir”. No hay remedio. El collage lo exige, la no ficción lo permite: cambia narración por contemplación.

La realidad no acepta derechos de autor

La propuesta del autor es saquear la realidad. Arramplar con las palabras, la música y el resto de la cultura. ¿Quiénes son los dueños? “Nosotros, todos nosotros, aunque no lo sepamos”, responde, para lanzar, al hilo, uno de los grandes axiomas del ensayo: “La realidad no acepta derechos de autor”.

Montado en forma de diccionario, Shields recorre los puntos de interés con los que desmonta la necesidad de la novela y de la ficción. “Corren tiempos difíciles”, dice, por eso el arte ha de ser difícil y que cada párrafo sea lo más desconcertante posible. Y lo más breve, porque el mérito del estilo consiste en “transmitir el mayor número posible de ideas en el menor número de palabras”.

Desgrana en más de 600 perlas, el arte de la nueva novela, que, por si no había quedado claro, ya no es convocada para rescatar a la vida real. La vida real es ficción, el arte no es la verdad. “El arte es una mentira que nos permite reconocer la verdad”. Vuelve a explotar. Le gusta la no ficción porque vivimos en tiempos de ficción. Con eso debería bastar para entregarse a la causa de la realidad retorcida. Buscar nuevas formas de crear lo real reivindica la prosa, no la novela. “Quiero mezclarlo todo, porque pienso que así es la vida”.

“¿Por qué se ha estancado el hip-hop, por qué ha muerto el rock, por qué agoniza la novela convencional? Porque pasan por alto la cultura que los rodea, en la que se descubre que hay formas nuevas y más estimulantes de narración y presentación y representación”. David Shields (Los Ángeles, EEUU, 1956) ha subido al monte de la provocación, ha cargado munición y no parará hasta que tumbe la novela novelística. La de la trama, el argumento, el personaje… “Hay algo sumamente artificial en la novela común y corriente; siempre se oye el chirrido del mecanismo”.

Libros Novela
El redactor recomienda