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El profeta negro de la revolución
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un icono del black power

El profeta negro de la revolución

Gil Scott-Heron inventó (sin saberlo) el hip hop en 1971 con 'The revolution will not be televised'. Ahora llega a España la novela negra que escribió con 19 años

Foto: Gil Scott-Heron (Neal Preston)
Gil Scott-Heron (Neal Preston)

Cuenta la leyenda que Gil Scott-Heron (Chicago, 1949/Nueva York, 2011) inventó sin saberlo el hip hop en 1971: The revolution will not be televised, canción incluida en el disco Pieces of a Man, resumía en unas líneas toda una visión del mundo: para acabar con lamarginación negra en el país del mainstream blanco había que pasar dela alienacióna la insurrección:

La revolución no será televisada

La revolución no te la traerá el programa de cine de la tele
ni será protagonizada por Natalie Woods y Steve McQueen
La revolución no logrará que tu boca sea sexi
La revolución no te librará de tus granos
La revolución no hará que parezcas tener cinco kilos menos,
porque la revolución no será televisada, colega

La revolución no será televisada, no será televisada,
no será televisada, no será televisada
La revolución no será una reposición, colegas
la revolución será en vivo…

… recitaba/cantaba/rapeaba Gil Scott-Heron (GSH) con una voz que parecía salida de una de las cuevas más profundas de los guetos negros de América.

Un año antes, en 1970, el poeta/cantante había debutado con el poemario y disco de ‘spoken word’ Small Talk at 125 and Lenox, origen del mito Scott-Heron.

Suya fue una aportación clave a la música popular negra: inventó su propio subgénero, una mezcla de soul, funk y jazz con recitados por encima;piano, flauta, bongos y denuncia;poesía política musicada, el hip hop antes del hip hop. Máximo respeto.

Luego llegarían más discos emblemáticos, y las malas noticias de los años ochenta/noventa: suadicción a drogas tan poco saludables como el crack, sus estancias en prisión por posesión de estupefacientes, el virus del SIDA y su muerte a los 62 años con más pena que gloria.

Mucho menos conocido es el otro debut de Scott-Heron en 1970: la novela El buitre, que se publicapor primera vez en España de la mano de la editorial Hoja de Lata.

Corría el año 1968 yGSH, que entonces tenía 18 años, decidió aparcarsus estudios universitarios(Lincoln University, Pensilvania) para arrojarsea la piscina (literaria). "Cuando le conté todo aquello al decano, me miró como si hubiera perdido la cabeza y me mandó a pedir la aprobación del psiquiatra de la facultad", cuentaScott-Heron en la introducción (1996) de la novela. "No sería muy exagerado decir que mi vida había llegado a depender de terminar El buitre y que alguien aceptara publicarlo. No solo porque con ello iba a caer en mis manos febriles más dinero del que nunca creí que fuera a ver, sino porque había apostado más de lo que tenía derecho a apostar a que así iba a ocurrir. Y las probabilidades de éxito eran mínimas", añade.

"GSH dijo que la publicación de esta novela le cambió, literalmente, la vida. Fue su encrucijada. Y un negro que decide abandonar unos estudios universitarios para acabarla, en 1968, con 19 años, tuvo que sentir de forma muy certera la necesidad de escribirla", explicaDaniel Bernabé en el prólogo de la edición española.

El buitre es la clase de novelaque uno podía imaginarse que escribiría GSH (y eso, en este caso, es bueno): una novela negra asentada en los guetos neoyorquinos y con protagonismo coral: camellos, militantes de las Panteras Negras, bandas latinas y chavalada en general. No necesariamente bien avenidos.O cómo buscarse la vida mientras silban las balas de amigos y enemigos, la policía va a losuyo,y la droga,el dinero y la política corren de mano en mano.

'No sería muy exagerado decir que mi vida ha llegado a depender de terminar 'El buitre''

Todo arranca en territorio negro puro y duro: con la muerte de un camello de poca montay conla policía rodeando la escena del crimen: "Detrás del bloque de veinticinco plantas que mira a la Calle17 entre la Novena Avenida y la Décima, la multitud de curiosos observaba atónita al fotógrafo de gafas que disparaba flashes al cuerpo tendido. En medio de la atmósfera siniestra que creaban el cuchicheo y la sombras proyectadas por las luces rotativas rojas, los niños pequeños se aferraban a los vestidos de algodón de sus madres".

Pero cuando hablamosdenovelanegranos referimos a doscosas (raza y policiaco) tan diferentes como complementarias, como zanjaBernabé en el prólogo: "Resulta difícil responder a la pregunta de quién es GSH, como resulta difícil averiguar, para una policía que suda dentro de oficinas recalentadas por el verano húmedo y asfixiantede Manhattan, quién asesinó a la excusa que hace avanzar esta historia.No teman, si han llegado hasta aquí es casi seguro que no andaban buscando una novela negra. Esta historia tiene los elementos policiacos justos para poner en marcha las cámaras y que en plano aparezcan todas esas cosas que ustedes han visto tantas veces en las películas ambientadas en Nueva York. A saber, policías de camisa azul claro, detectives taciturnos, alguna sirena y algún forense. Pero poco más. GSH no pretendía emular el género negro. Lo que sí pretendía era describir a los negros. Hacer, efectivamente, novela negra".

En otras palabras: el asuntoquizá no seatanto saber quién es el asesinocomoentender por qué la revolución no va a ser televisada. ¿Queda claro, colegas?

Cuenta la leyenda que Gil Scott-Heron (Chicago, 1949/Nueva York, 2011) inventó sin saberlo el hip hop en 1971: The revolution will not be televised, canción incluida en el disco Pieces of a Man, resumía en unas líneas toda una visión del mundo: para acabar con lamarginación negra en el país del mainstream blanco había que pasar dela alienacióna la insurrección:

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