"La falta de integridad ha hecho enfermar al cine español durante los últimos años"

Después de una inauguración reservada a un director consagrado, Málaga empezó a desvelar sus apuestas más personales. Directores noveles que esperan convencer al jurado y adquirir notoriedad de cara a un estreno en salas. Las dos películas presentadas en la primera jornada eran óperas primas, pero situadasen lados opuestos de la industria. La primera, Los héroes del mal, comenzó a rodarse sin saber si vería la luz, hasta que Álex de la iglesia entró como productor. La segunda es una coproducción, con un director inglés y hasta estrellas hollywoodienses como Stephen Dorff y David Strathairn.

Los héroes del mal está dirigida por Zoe Berriatúa, que tras una carrera como actor yunos cuantos cortos tenía claro que esta tenía que ser su primera historia. Una película sobre adolescentes violentos y rebeldes basada en sus propias experiencias como adolescente, y que De la Iglesia ha definido en la presentación del filme como una versión de Los 400 golpes. Berriatúa confiesa a El Confidencial en que es verdad que la Nouvelle Vague es una de sus grandes influencias, aunque más Godard que Truffaut.

Para este novato la figura de Álex de la Iglesia ha sido fundamental, ya que sin él probablemente no hubiera conseguido estar compitiendo por la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga. "Sin Álex hubiera sido una peor película, con menos medios y con menos repercusión. Toda mi carrera estará influida por él, igual que la suya está marcada por Pedro Almodóvar. Ha sido mi productor azul, el productor que todos deseamos y pensábamos que no existía. Se ha comportado con respeto hacia la obra, y gracias a ello es una obra íntegra”, explica Berriatúa.

No es la primera vez que el realizador de El día de la bestia levanta proyectos de directores desconocidos, hace unos meses llegaba Musarañas también de su mano. De la Iglesia se ha convertido en una figura clave para el descubrimiento de nuevos talentos españoles, como también opina su nueva apuesta: “Es esencial que directores con poder desempeñen una labor de mecenazgo del cine español. Álex está siendo para mí una figura que necesito para existir, para tener cobertura enel cine español, porque se hace mucho cine con bajos presupuestos que no tiene visibilidad. Esto es un golpe de suerte, porque no sólo esta compartiendo su poder y su posición para producir a otros, sino que produce las pelis que le da la gana, no las que le ven a dar dinero, y esto es valiosísimo, porque el cine español está enfermopor hacer cine social para que le subvencione el ICAA pero descafeinado para que te compren las televisiones. Hablo de una falta de integridad que ha enfermado al cine español dese sus motivos de financiación desde hace años”, critica el realizador.

“Si algún político tuviera el valor, la valentía y la entereza moral de cambiar la Ley del cine seríamos una de las mejores industrias del mundo

Zoe Berriatúa cree que esa falta de integridad sólo ocurre en España, ya que es impensable pensar en un filme de Haneke o en Irreversible, de Gaspar Noé, realizadas haciendo concesiones a todos los públicos, por ello cree que aquí se “ha hecho el ridículo”.

Para solucionar esta situación el director cree que habría que atreverse a hacer un cambio radical en la Ley del cine. “Si algún político tuviera el valor, la valentía y la entereza moral de cambiar la Ley del cine de una vez por todasse produciría un fenómeno impresionante, porque este país gente preparada que está coartada por esta tendencia enfermiza para hacer películas para nadie, porque no son ni para el ICAA, ni para las televisiones. Si se pudiera salir de la chapuza y profesionalizar a toda esa gente con inversión privada, aquí se podría hacer uno de los mejores cines del mundo”, opina Berriatúa.

Para él no existe la polaridad entre cine grande y pequeño entre nuestra industria, sino entre “cine mediano y cine minúsculo”, el suyo es del segundo tipo, y en el primero se encuentra la otra ópera prima presentada en Málaga, La deuda.

Un drama político a salto entre EEUU y Perú, donde una gran empresa acude para comprar los bonos de la deuda agraria de los campesinos indígenas de la zona y especular con el suelo. Una película que comenzó a escribirse antes de la crisis, como cuenta su director Barney Elliot, pero que se vio superada por la ficción. Elliot explica que no ha querido establecer una crítica directa, sino mostrar “cómo el fuerte se aprovecha del débil”. Para ello recurrió a un caso real, que él define como de “extorsión legal” y con el que entendió que actualmente “los bancos imponen sus leyes al mundo”.

Con reparto americano (al que acompañan Carlos Bardem y Alberto Ammann) y una carrera internacional por delante Elliot confiesa a este medio que esta película no podría haberse hecho dentro de los parámetros de Hollywood, ya que le hubieran obligado a “terminar con una explosión”, pero no cierra las puertas a dar el salto con sus siguientes historias, que quieren que sean “cuanto más grandes mejor”.