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Los capos macarras del caballo
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'The wire' antes de 'The Wire'

Los capos macarras del caballo

Llega a España ‘Los reyes del jaco’, novela de culto sobre los traficantes negros del Detroit setentero

Foto: Foto de portada de la novela estadounidense
Foto de portada de la novela estadounidense

Una cosa es un funeral a la irlandesa… y otra bien diferente lo que ocurre en las primeras páginas de Los reyes del jaco.

¿No les queda claro? Pues ahí va otro intento: una cosa es convertir un funeral en una fiestecilla etílica con congas alrededor del finado… y otra bien diferente lo que ocurre en el funeral del camello afroamericano Bennie Lee:

“Lennie Jack se acercó al ataúd. Junto a él servida en bandeja de plata, había cocaína. Lennie Jack hundió los dedos en ella y empolvó la cara de Bennie Lee. Joe Rojo vino detrás y buscó alguna zona de la cara donde espolvorear más cocaína. Eligió los labios y esparció una buena pinza de polvo blanco y cristalino por la boca y barbilla de Bennie Lee… Entre las cejas del muerto, pese a la abundante cocaína con que le habían empolvado la cara, se distinguían dos agujeros de bala”.

Leído esto, la pregunta cae por su propio peso: Si el muerto se puso hasta arriba de nieve, ¡cómo se debieron poner los demás!

“Lennie Jack cogió la cucharita de oro de la cadena de oro que llevaba al cuello y recogió una pizca de la cocaína que Joe Rojo le ofrecía en una bandeja. Se llevó la cucharita a la aleta derecha de la nariz y esnifó profundamente”.

Lennie Jack, por cierto, es el protagonista de esta novela coral. Un veterano de Vietnam de 26 años dispuesto a saltar en el escalafón del tráfico de drogas: de camello medio a rey negro de la heroína. A tiro limpio, claro.

He aquí un veterano de Vietnam de 26 años dispuesto a saltar en el escalafón del tráfico de drogas

¿Licencias poéticas y exageraciones disparatadas? Pues les advertimos que Los reyes del jaco, escrita por el periodista afroamericano Vern E. Smith en 1974, empezó siendo una investigación periodística de Newskeek sobre el underground heroinómano del Detroit. Tras publicar el artículo y reunir nuevas fuentes en los bajos fondos, Vern Smith, periodista de profesión, volcó todo aquello en una ficción. La editorial Sajalín publica ahora Los reyes del jaco en España por primera vez.

Dejen paso al afrolumpen

El resultado de las investigaciones de Smith fue una novela de culto que bebía de la tradición del hardboilded (novela negra callejera, social y que no se pliega a los artificios detectivescos) para contar las andanzas de un tipo de personajes –lumpen negro urbano- que hasta entonces habían tenido poco o ningún sitio en la literatura estadounidense, al margen de la titánica tarea de pioneros del policiaco afroamericano como Chester Himes.

El lumpen negro que retrató Smith entraba crecido en los años setenta tras la explosión cultural de los sesenta: de los derechos civiles a los Panteras Negras. De James Brown a Jimi Hendrix.

Crecidos hasta el punto de a) luchar por hacerse con el control del tráfico de drogas en las calles de Detroit y b) presumir de ello. En efecto, anticipándose dos décadas a la chulería estética del gangsta rap, los camellos de Los reyes del jaco pasean el palmito vestidos para matar: Cadillacs despampanantes, visones blancos, botines rojos, abrigos de ante color crema, anillacos de diamante, peinados afros que desafían la ley de la gravedad, cadenas de oro a tutiplén… En tres palabras: pa chulo yo.

Anticipándose dos décadas a la chulería estética del gangsta rap, los camellos del libro pasean el palmito vestidos para matar

No obstante, por debajo del macarreo glamuroso y de los subidones de cocaína, anida la crudísima realidad: la de los adictos, la del dar tumbos hasta el siguiente chute y la de los pisos de la droga. Por no hablar del peligro de ser abatido en cualquier momento, poco riesgo para el que no tiene mucho que perder. Diálogo:

-¿Y qué pasó luego?

-¡Mierda! ¿Tú que crees? Joe y los suyos se los cargaron a todos.

-¡No me jodas!

Lennie Jack se encogió de hombres y sonrió:

-Allí fuera hace frío, hermano.

Los reyes del jaco narra un microcosmos, y lo hace sin perder de vista el contexto sociológico. ¿Quién dijo The Wire antes de The Wire? En EEUU, mucha gente.

Los creadores de The Wire, de hecho, no sólo no lo niegan, sino que rinden pleitesía al libro: Richard Price, guionista de la serie y novelista, lo suele citar entre sus novelas negras favoritas de todos los tiempos. George Pellecanos, otro escritor de policiacos que trabajó en The Wire, también reivindica el poderío del libro de Smith: “Una mirada auténtica y sin artificios a las calles de los setenta”.

Price, de hecho, tiene más de un motivo para homenajear a Vern E. Smith: en 1992 escribió la gran novela contemporánea sobre los trapicheos de drogas: Clockers, que Spike Lee llevaría al cine en 1995. De ese mismo hilo tiraría David Simon para escribir, junto al ex policía David Burns, el monumental ensayo periodístico La esquina (1997), convertido más tarde en la serie (La esquina, 2000) que serviría de banco de pruebas a The Wire. Otra vez del periodismo de calle a la ficción.

Todos ellos beben directa o indirectamente de Los reyes del jaco. Respeto máximo pues.

Una cosa es un funeral a la irlandesa… y otra bien diferente lo que ocurre en las primeras páginas de Los reyes del jaco.

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