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Así es el espectador español un año después de 'Ocho apellidos vascos'
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el público analiza el fenómeno

Así es el espectador español un año después de 'Ocho apellidos vascos'

55 millones de euros y 9 millones de entradas vendidas, datos históricos para una película que revolucionó las salas y sobre la que recayó una labor: reconciliarse con un público perdido

“Este año ha habido la taquilla más importante de la historia del cine español, provocada por Ocho apellidos vascos, una película que ha conectado con el público, eso es muy importante: recuperar la credibilidad frente a ellos. Ojalá se hayan acabado los prejuicios del espectador. Yo desde mi humilde posición haría esa petición: que el público y el cine nos reconciliáramos de una manera definitiva”, el que decía esto no era otro que Antonio Banderas. El último Goya de Honor confesaba a El Confidencial que la película de Emilio Martínez Lázaro, que se estrenó en nuestras salas hace un año, fue un punto de inflexión en la relación del cine español con su público.

No es el único que lo piensa. Desde el fenómeno del filme, la industria ha visto un acercamiento que se ha traducido en la mejor cuota de pantalla de nuestra historia, que ha superado el 25%. A Ocho apellidos vascos siguieron El niño, La isla mínima, Relatos Salvajes y Torrente 5. Un año lleno de taquillazos que espera haber roto los prejuicios del espectador español. Poner fin a todos los tópicos: las subvenciones, la Guerra Civil y otras creencias que parecían estar enquistadas enun sector del público.

Este 2015 ha comenzado con un nuevo número uno para nuestro cine, y de nuevo ha sido una comedia la que lo ha logrado: Perdiendo el norte. Por delante nueve meses con grandes estrenos para comprobar si este cambio de perspectiva ha sido un espejismo o realmente la audiencia quiere ver nuestras películas.

Nacho G. Velilla, director de Perdiendo el norte es de los partidarios de que Ocho apellidos vascos ha creado un nuevo escenario: “Ha habido un acercamiento muy bueno al espectador buscando su complicidad y este ha comenzado a sentir suyo el cine español”, explicaba en la presentación del filme. Una relación que, como comentaba el último ganador del Goya al Mejor director, Alberto Rodríguez, está en su “primer escarceo y habrá que ver en qué se concreta”.

¿Y qué opina el público un año después del fenómeno de Ocho apellidos vascos? Un simple paseo por las taquillas de un cine madrileño ofrece un resumen de lo que opina la gente. Muchos jóvenes reconocen que gracias a la película ven con otros ojos nuestras películas, como Silvia Presedo, que cree que "no era a lo que estábamos acostumbrados, es otro tipo de humor". Expresiones como "es otro rollo" o "cambio drástico del cine español" son otras de las escogidas por los espectadores.

Otro perfil es el del cinéfilo que siempre ha valorado nuestro cine, para él Ocho apellidos vascos es una película más, e incluso se atreve a destacar otros títulos como Primos por encima de la comedia de Dani Rovira. Este sector teme que la fama del filme haga que todas las películas intenten copiarla perdiendo diversidad.Y cómo no, también quedan los que no hay película que les haga salir de su opinión y para los que Ocho apellidos vascos es la excepción que confirma la regla.

“Este año ha habido la taquilla más importante de la historia del cine español, provocada por Ocho apellidos vascos, una película que ha conectado con el público, eso es muy importante: recuperar la credibilidad frente a ellos. Ojalá se hayan acabado los prejuicios del espectador. Yo desde mi humilde posición haría esa petición: que el público y el cine nos reconciliáramos de una manera definitiva”, el que decía esto no era otro que Antonio Banderas. El último Goya de Honor confesaba a El Confidencial que la película de Emilio Martínez Lázaro, que se estrenó en nuestras salas hace un año, fue un punto de inflexión en la relación del cine español con su público.

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