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Un Picasso para el ático
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el prado recibe un préstamo de suiza

Un Picasso para el ático

Ignacio González y el pintor malagueño se citan en el museo, con motivo de diez obras cedidas por el Kunstmuseum Basel, en lo que debería haber sido un acto glorioso para el futuro expresidente

Foto: El presidente del Real Patronato del Museo del Prado, José Pedro Pérez-Llorca, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. (EFE)
El presidente del Real Patronato del Museo del Prado, José Pedro Pérez-Llorca, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. (EFE)

La cultura está de moda en España y no ha dejado de estarlo desde que nadamos en democracia. La clase política nunca se olvida de ella en año electoral, porque blanquea que da gusto, saca brillo y da esplendor. La cultura es gloria bendita. Como la que pintó Tiziano hace cinco siglos y que cinco siglos después ha dado cobijo a la firma del convenio entre la Comunidad de Madrid y el Museo del Prado para exponer diez obras maestras de Pablo Picasso, procedentes del Kunstmuseum Basel, que cierra por reformas.

La convocatoria era un acto de campaña puro y duro, pero camuflada en celebración cultural de importancia capital: se cuelga un cuadro de una exposición que se verá en diez días. Los dos hermanos abre el itinerario por 10 lienzos de la figura capital de las Vanguardias, que se mezclarán con Rubens, Veronés, Tintoretto, Tiziano, Carracci, Van Dyck. Estarán también Hombre mujer y niño,Panes y frutero con fruta sobre una mesa,El aficionado,Mujer con guitarra, Arlequín sentado, Mujer con sombrero sentada en el sillón, Muchachas a la orilla del Sena según Courbet, Venus y Amor y La pareja.

José Pedro Pérez-Llorca, presidente del Real Patronado del Prado, a un lado, Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, al otro. Detrás de ellos, La Gloria, un cuadro encargado por Carlos V -en la postrimería- para que lo acompañara en su descanso eterno.

La pinacoteca no ha visto tanto medio junto desde la aparición de la nueva Gioconda, pero hoy la política era la protagonista. Primera comparecencia ante la prensa del futuro ex presidente de la Comunidad de Madrid, en el día en el que se ha filtrado su conversación con dos comisarios de la Policía Nacional en una cafetería sobre su ático en Estepona. Hace una semana se convocó una ovación y una semana después se ha firmado una defunción.

Precisamente, antes de morir, el emperador pidió ver el enorme lienzo que le pintó Tiziano para comprobar que su alma seguía entre los bienaventurados el día del juicio, junto a toda su familia. No toda, su hermano fue expurgado de la visión pagada, por tratar de disputarle la sucesión imperial al heredero natural, Felipe II. Probablemente, es el cuadro más político de todos los que hay en esta galería central del museo.

El presidente del Patronato del Prado defendió la 'dignidad' de Ignacio González

La historia es un bucle sarcástico que vuelve para reírse del presente. El emperador pagó para que la Gloria lo acompañase en el descanso eterno, el otro tendrá vistas a Marbella.

De ahí, los invitados pasaron al lugar en el que serán colocados los paneles de los que colgarán los diez lienzos de Picasso, que como el director del Prado explica, “será una antológica esencial de los momentos claves del pintor”. Además, Miguel Zugaza añadió que “Picasso se ve con total naturalidad en El Prado”, mensaje para aquellos que cuestionen la idoneidad de una muestra de este calado en este museo, dedicada una figura contemporánea cuya obra capital se conserva en el Museo Reina Sofía. “Es un pintor que funciona con los maestros antiguos, porque se formó con los pintores del XIX, aunque luego rompiera con ellos”. Primero tradición, luego traición.

placeholder Dos operarios cuelgan la obra de Picasso, 'Los dos hermanos', de la muestra que se inaugura dentro de diez días. (EFE)
Dos operarios cuelgan la obra de Picasso, 'Los dos hermanos', de la muestra que se inaugura dentro de diez días. (EFE)

En la firma del convenio estuvo, invitado por El Prado, Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, que también tendrá su pellizco de la institución suiza para otra exposición. Curiosamente, habrá más Picassos en El Prado que en el Reina Sofía. La Comunidad de Madrid ayudará con 150.000 euros a cada uno de los dos centros. Como ha sido habitual en los dos últimos años de elecciones, el Gobierno de la región (PP) dispara su inversión en cultura y, concretamente, en museos y exposiciones. En 2011, la partida dedicada a estos asuntos suponía 11,6 millones de euros (tal y como se recoge en el BOCAM), en 2012 bajó a 9,5 millones, en 2013 volvió a bajar hasta los 7,2 millones de euros, en 2014 lo mantuvieron en 7,5 millones de euros y para 2015, de nuevo, esplendor y propaganda con 10,7 millones de euros. La moda de la cultura.

Ignacio González se acercó al atril y habló del “permanente compromiso con la cultura de la Comunidad de Madrid”, en exposiciones temporales. El actual Gobierno de la región ha invertido cinco millones de euros en diez años y diez muestras. En gratitud a esos millones, Pérez-Llorca arropó con insistencia al presidente en estos días de “tormenta”.

“Quiero agradecer públicamente a Ignacio González la ayuda financiera en épocas de estrecheces. Estrecheces de las que estamos saliendo”. Y añadió que en estos momentos de turbulencias “hay que barloventear con dignidad y eso es lo que está haciendo la Comunidad de Madrid e Ignacio González”.

Los dos hermanos (1906) han posado para los flashes de la política. Picasso ha vuelto al museo que la República le premió con la dirección, a pesar de que él ni se pasó por aquí, mientras Sánchez Cantón resolvía los bombardeos y la fuga de las obras maestras del museo acompañando al Gobierno de Manuel Azaña en estampida. Los caminos de la cultura son políticos, los de la política cultural acaban en decoración.

La cultura está de moda en España y no ha dejado de estarlo desde que nadamos en democracia. La clase política nunca se olvida de ella en año electoral, porque blanquea que da gusto, saca brillo y da esplendor. La cultura es gloria bendita. Como la que pintó Tiziano hace cinco siglos y que cinco siglos después ha dado cobijo a la firma del convenio entre la Comunidad de Madrid y el Museo del Prado para exponer diez obras maestras de Pablo Picasso, procedentes del Kunstmuseum Basel, que cierra por reformas.

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