Todo muere, menos la psicodelia
El sello de Brooklyn Sacred Bones no para de publicar cosas apetecibles y cuidadas (ojo a los diseños de las sleeves de los discos que hay auténticas maravillas)
El sello de Brooklyn Sacred Bones no para de publicar cosas apetecibles y cuidadas (ojo a los diseños de las sleeves de los discos que hay auténticas maravillas) desde que comenzó a funcionar no hace ni una década, además de rescatar joyas del olvido en forma de re-ediciones (puedes echar un vistazo al catálogo en su página web que, dicho sea de paso, contrasta por ser una mierdecita).
Entre sus artistas, nombres que cada vez nos son más familiares como Amen Dunes, Crystal Stilts , Pharmakon o los impresionantes The Men (qué grupazo, amigos), desde el industrial oscuro de Led Er Est al maravilloso Wymond Miles. Para una primera toma de contacto si te apetece conocerlos, te recomiendo husmear en los recopilatorios TODO MUERE, que editan cada año con lo mejorcito de su casa para el Record Store Day (hay cuatro volúmenes publicados hasta la fecha, puedes escucharlos en Spotify) o bien asomarte escuchando las dos perlas que publican este mes de dos de las formaciones más interesantes en el panorama psyche actual, Moon Duo en la vertiente garage rock más lúdica, los chilenos Föllakzoid (atentos que IIIsale en breve, treinta y uno de marzo próximo) en la parte cósmico/progresiva/kraut (LOL, esto de los géneros, eh).
Porque ya hablar de Revival Psicodélico o de neo-psicodelia está muy pasado de moda y dicho millones de veces (si no has escuchado a Temples o a Tame Impala vives en otro planeta, seguramente), centrémonos en el dúo de San Francisco formado por (el también guitarrista de Wooden Shjips) Erik “Ripley” Johnson a la guitarra y Sanae Yamada a los teclados. Y hasta ahora eso definía su sonido, el fuzz de los riffs de Johnson sobre la base de órganos lóbregos de Yamada, desde su álbum debut, Mazes, un disco notable (poca sorpresa teniendo en cuenta su anterior EP Scapey sobre todo el temarrasco que es Motorcycle, I Love You) del que sin embargo pasaron a una especie de versión más groovy de lo suyo en el ya mítico Circles. Melodías pegadizas (de un modo inquietante, ojo) e incluso algún bailoteo en un trabajo que les brindó reconocimiento y que se daba a conocer con un bonito videoclip protagonizado por King Khan. Garage rock hipnótico, mucho fuzz, órganos y kraut es a lo que suenan, qué drone, ni QUÉ DRONE.
En Shadow Of The Sunseguimos en esta línea, aunque con el acierto de añadir una batería(pasando a ser un trío que completa John Jeffrey, al que ya incorporaron en su Live In Ravennadel año pasado logrando sonar maravillosamente brutitos en plan esto ya es una BATUCADA) y la densidad que ya quedaba matizada en Circlesse diluye un poquito más siendo un trabajo más bailable (por la potencia de los beats) aún, algo que percibimos inmediatamente en el tema que abre, Wilding. Curiosamente, el conjunto mantiene la atmósfera hipnótica y extrañamente hermética de sus anteriores trabajos y lasensación es de entrar en terrenos pantanosos. Las voces de Johnson y Yamada, más que cantar, atrapan repitiendo una y otra vez coros que contribuyen a una sensación de confusa monotonía que olvidas una vez te sumerges por completo en cortes como Night Beat (por favor, lo que recordamos aquí a Suicide no es normal, vaya rollazo tiene).
Con Free The Skull ya llegamos al éxtasis con la melodía infecciosa y la potencia de la guitarra, a partir de ahí, ya estamos metidos de lleno en este artefacto, el más complejo y rico en cuanto a producción de los de San Francisco, su mejor propuesta de largo. Podríamos seguir con el plomizo tres por cuatro del acojonante Thieves, el impresionante a lo Spacemen 3 Ice o el salvaje Animal, con los órganos ya sonando casi a psychobilly garagero, una locura, pero ya todo es gozar de los temas restantes (nueve en total y un bonus track). Estupendo de principio a fin.
Vamos, que no esperes flower-power ni moñadas, estos dos son cosa SERIA, así que si te molan Spacemen 3 (de no ser así tú y yo jamás seremos amigos) o eres fan de Alan Vega o mira, incluso de la cara más post-punk y kraut del francés Colder, pues seguramente fliparás con Moon Duo. Si es así, estás de enhorabuena porque tienen fechitas ricas para abril en Madrid y Donostia. NO TE LOS PIERDAS.
El sello de Brooklyn Sacred Bones no para de publicar cosas apetecibles y cuidadas (ojo a los diseños de las sleeves de los discos que hay auténticas maravillas) desde que comenzó a funcionar no hace ni una década, además de rescatar joyas del olvido en forma de re-ediciones (puedes echar un vistazo al catálogo en su página web que, dicho sea de paso, contrasta por ser una mierdecita).