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La corrupción rejuvenece a Calderón
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La corrupción rejuvenece a Calderón

La CNTC estrena mañana esta desconocida y temprana obra del dramaturgo del Siglo de Oro que pone el foco en el reinado de los Tudor y el uso del poder para traer la reflexión política al siglo XXI

Foto: La CNTC estrena 'Enrique VIII y la cisma de Inglaterra', de Calderón de la Barca
La CNTC estrena 'Enrique VIII y la cisma de Inglaterra', de Calderón de la Barca

¿Qué responsabilidad pública tiene el Gobierno con los ciudadanos? ¿Qué pasa cuando pesan más las pasiones personales y las ambiciones queel bien del pueblo? ¿Y los lobbies? ¿Se puede escapar de ellos?Suena a siglo XXI. A año (multielectoral) 2015 pero es Calderón de la Barca.

La corrupción política actualiza y rejuveneceal gran dramaturgo español del Siglo de Oro en una de sus obras más desconocidas, La cisma de Inglaterra. La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) ha rescatado este texto, muy alejado del canon del repertorio clásico español, y Enrique VIII y la cisma de Inglaterra se podrá ver desde mañana en el Teatro Pavón (y hasta 26 de abril) con dirección de Ignacio García. En julio además será la obra encargada de abrir el Festival de Teatro Clásico de Almagro.

"Las preguntas de Calderón siempre son pertinentes", aseguraba ayer García sobre un texto difícil en su estructura que ha hecho que se haya representado en raras ocasiones. Su objetivo, explicó, esaplicar la reflexión calderoniana sobre poder y corrupción a nuestro presente. "Durante el Debate sobre el Estado de la Nación esperaba ver si alguien reconocía que se había equivocado o lo había hecho mal y nadie. Calderón lo hace. Hizo que Enrique VIII pidiera perdón porque su altura es infinita, incluso con Enrique VIII, al que no retrata de una forma malévola sino como un rey mucho más complejo del que retrata Shakespeare", explicó el director.

"El propio poder quiere que alguien le diga a la cara algunas verdades"

Es más, añadía, "Calderón evita el simplismo y les da a los personajes la oportunidad de defenderse". "Nos presenta", agregaba Joaquín Notario (que da vida al cardenal Volseo), "la cara y la cruz de cada personaje continuamente. Es la primera vez que veo de una forma tan clara esto en Calderón y el público engancha con la obra porque continuamente nos hace ver nuestra cara y la que escondemos".

La cisma de Inglaterra fue la quinta obra escrita por el dramaturgo y en ella ya se aprecia lo que más tardealcanzará su cénit en textos como La vida es Sueño.Lo más llamativo es que la obra utiliza la Casa de los Tudor y sus pasiones y corruptelas para dar un toque de atención a unFelipe IV y su pulsión por el mundo esotérico y los astros. Una paradoja, ya que el propio rey pagaba la producción del escritor, que hoy se repite ya que la CNTC depende del Ministerio de Cultura. "El propio poder quiere que alguien le diga a la cara algunas verdades", remataba García.

En la obra, cuya adaptación ha realizado José Gabriel López Antuñano, se dejan de ladolostemas teológicos -el dramaturgo hace unadefensa cerradadelcatolicismocontra el anglicanismo-, para centrarse en el plano político "planteando la cuestión de qué responsabilidad pública tiene el Gobierno con los ciudadanos". "No interesaba tanto el cisma teológico como el del poder", señaló.

"Lo siento, me he equivocado..."

Sergio Peris-Mencheta encabeza un reparto en que también están Mamen Camacho, Joaquín Notario, Emilio Gavira o Pepa Pedroche. Como "republicano absoluto", el actor reconoció que le gusta meterse en la piel de un monarca para descubrir "lo que simboliza esa corona divina" y a ese hombre "que vive en una jaula y no puede ponerse un casco, coger la moto e irse de picos pardos porque todos le conocen". "Me interesa cómo pasa en un segundo de tener claro cómo tiene que ser el buen gobernante y hacerlo, pero esoler a AnaBolena y derretirse. Y en vez de lanzarse, lo que hace es buscar su justificación en los que tiene alrededor", aseguró el actor.

Al final Calderón salva a este Enrique VIII, que Peris-Menchetadefinió como "un Hamlet activo" que no sabe hacia dónde va como si fuera"un elefante en una cacharrería que piensa en movimiento". "Enrique VIII reconoce sus errores y dice eso de 'lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir' y hace que asuma sus debilidades como monarca parea seguir asumiendo sus tareas", dijo. "A Enrique le sobra el poder. Ojalá no lo tuviera. Por eso se dejaba mover por Volseo o se lo entregaba a Bolena".

Sus dos mujeres son la reina Catalina de Aragón y Ana Bolena.Pepa Pedrocheda vida a la primera,una "reina perfecta" con la que el monarca tuvo muy buena relación yque "lleva el tema de las mujeres bien" hasta que aparece Ana Bolena. "Catalina se sorprende de ver la cacharrería que monta su marido, un rey muy eficaz que empieza a dejar de ser eficaz". La actriz también ha resaltado la importancia de ir más allá del drama histórico para que el espectado "no vea fantasmas en el escenario sino seres humanos con pasiones, deseos, contradicciones y conflictos" como forma de resaltar la cuestión política y la honestidad del gobernante.

En el lado opuesto, en el eje del mal, está Ana Bolena, esa mujer exótica que llega a una Corte nueva y quiere medrar a toda costa pero que Calderón no retrata sólo como la pérfida otra. Es más, aseguró Mamen Camacho, tiene un punto feminista. "En una primera lectura encarna la lujuria, la ambición, los rasgos negativos que desestructuran a Enrique VIII y al Estado" pero han querido abordar este personaje buscando qué le mueve. "Hemos conseguido salvarla en cierta forma. Es una mujer que pelea en un mundo de hombres por sobrevivir con inteligencia y una tremenda capacidad de adaptación".

Junto a ella, el cardanal Volseo es el otro miembro de este eje del mal. Un hombre, afirmó Notario, que se vale de sus carrera religiosa para "ser el dueño de Inglaterra y la mano derecha del rey, para gobernar que es lo que le gusta".

Además de una puesta de escena de época, Enrique VIII y la cisma de Inglaterra tendrá música interpretada en directo sobre piezas de los siglos XVI y XVII, algunas compuestas por el propio monarca inglés adaptadas para la obra,con una lectura que acompaña de forma sonora las distintas nacionalidades de los personajes.

¿Qué responsabilidad pública tiene el Gobierno con los ciudadanos? ¿Qué pasa cuando pesan más las pasiones personales y las ambiciones queel bien del pueblo? ¿Y los lobbies? ¿Se puede escapar de ellos?Suena a siglo XXI. A año (multielectoral) 2015 pero es Calderón de la Barca.

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