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Doisneau, el fotógrafo de lo cotidiano
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Doisneau, el fotógrafo de lo cotidiano

Si hablamos de Robert Doisneau, lo primero que nos viene a la cabeza es su célebre (y polémica) fotografía El beso. Esta icónica imagen ha eclipsado

Si hablamos de Robert Doisneau, lo primero que nos viene a la cabeza es su célebre (y polémica) fotografía El beso. Esta icónica imagen ha eclipsado muchas de sus grandes fotografías que reflejan ese París de la gente corriente y los lugares corrientes. Él mismo lo afirmaba: "No siento un interés particular por lo sensacional. Prefiero dejar testimonio de la vida cotidiana".

Ahora Taschen rescata lo mejor de su trabajo con un libro que recoge más de 400 fotografías, muchas de ellas inéditas, para trazar una retrospectiva de la carrera de este fotógrafo emblemático de París. Jean Claude Gautrand, amigo de Doisneau y autor del libro, ha seleccionado las imágenes tras bucear sin restricciones en el extenso archivo del Atelier Robert Doisneau.

En ellas, ordenadas tanto de forma cronológica como temática y acompañadas por citas del propio fotógrafo, se plasma desde esos pequeños placeres cotidianos hasta personajes carismáticos o momentos únicos de los que sólo es testigo su cámara y la ciudad de París. Desde el extrarradio a los estudios de los artistas de vanguardia o los artesanos, las escuelas o los momentos de ocio se citan en esta monografía, en la que también destaca un conjunto de desconocidas imágenes en color de los años sesenta hechas por Doisneau y sus primeras obras de la década de los treinta.

"Mis fotos gustaban porque la gente reconocía lo que veía si dejaban de correr, si dedicaban algo de tiempo a saborear la ciudad", decía Doisneau. Y así, sus imágenes atrapan desde a un conejo al pie de la Torre Eiffel hasta los parisinos refugiados durante una alerta antiaérea en la estación de Lamarck-Caulaincourt, tomando el sol en La Varenne, en una portería o en los cafés de Montparnasse. Un lienzo del día a día que sirve para trazar una más que merecida panorámica del trabajo de uno de los grandes fotógrafos de la historia.

Si hablamos de Robert Doisneau, lo primero que nos viene a la cabeza es su célebre (y polémica) fotografía El beso. Esta icónica imagen ha eclipsado muchas de sus grandes fotografías que reflejan ese París de la gente corriente y los lugares corrientes. Él mismo lo afirmaba: "No siento un interés particular por lo sensacional. Prefiero dejar testimonio de la vida cotidiana".