Björk, hazte así en el pechito, que tienes algo maravilloso
Así es 'Vulnicura', el disco de la cantante que ha sido filtrado en internet antes de su esperada salida
Vaya dos días, amigos, que llevamos con las filtraciones. Anoche, siendo hora ya de recogerse una, salta la noticia de que el álbum (noveno) de Björk, titulado Vulnicura, ya está oficialmente fuera (antes de tiempo) por culpa de los leaks que llevaban circulando por la REDÍSIMA desde hace una semana. Entre esto, el cartel del Primavera Sound (de verdad, mira que sois BRASAS) y que si un tipo ha sido detenido en Israel por haber hakeado el ordenador de Madonna y soltado cortes sin terminar de su próximo Rebel Heart este pasado diciembre, esto es un no parar.
Credits roll
Evidentemente no voy a ponerme a hablar de piratería y sí de las primeras impresiones que me causa este nuevo artefacto conceptual de la diva islandesa. Porque con un título en latín, Björk, y arreglos orquestales, es obvio que vamos a encontrarnos con un trabajo con la suficiente entidad como para estar todo 2015 hablando de él sin parar, a la espera todavía de ver con qué nos sorprende a la hora de “vestirlo” y presentarlo en vivo (francamente a mí este rollo de discos-concepto me da bastante pereza, pero estamos hablando de ARTE CONTEMPORÁNEO así que hay que esforzarse).
Para empezar me centro en los, a mi entender, dos mayores atractivos del producto, que son los dos fichajes estrella cuya impronta ANSÍO percibir: el inglés y niño bonito del PRIMITIVE DRONE Bobby Krlic a.k.a THE HAXAN CLOAK en la producción y mezclas, y el no menos prodigioso (con veinticinco añines) ARCA, también en labores de producción, además de ser co-autor de tres de los cortes. Este último, para quien no lo sepa, es el jefazo detrás del sonido de dos de los discos más importantes de los últimos tiempos, Yeezus y LP1, de FKA Twigs.
Y es que resulta que, a pesar de que Björk rara vez catches my eye, o mi oído más bien, como intérprete y compositora (su privilegiado registro vocal me llega a desesperar en ocasiones), lo cierto es que nadie puede dudar de su espectacular rendimiento a la hora de rodearse de innovación y vanguardia: Porque la que fuese musa de Madonna o Gaultier, convertida en figura de culto por obra y gracia de la MTV, pronto pasó a ser una especie de excelsa CURATOR de talento.
Solo tienes que echarle un vistazo a los créditos de sus trabajos si quieres que se te pongan los vellos como escarpias, tanto a la hora de producir, arreglar y mezclar o remezclar (nombres DE ORO de la reciente historia como Tricky, Howie B, Mika Vainio, Timbaland, pero sobre todo su estrechísima colaboración con el titán MARK BELL, a quien todos lloramos desde su inesperada muerte el pasado mes de octubre) como en el diseño de las piezas audiovisuales, ya legendarias, dirigidas por tipos como Spike Jonze, Michel Gondry o el ya mítico All Is Full Of Love dirigido por por Chris Cunningham.
Vulnicura
Así pues, lo primero que nos encontramos en este prematuro lanzamiento digital es el impactante trabajo del estudio de diseño M/M Paris y de los fotógrafos Inez Van Lamsweerde y Vinoodh Matadin, que nos muestran a una Björk herida en el pecho (que si es una vulva, no, hombre, NO). Y es que resulta que Vulnicura (STOP a esto de los títulos en latín, de verdad) significa algo así como curar la herida, sanar.
Lo segundo y ya con el disco sonando, es una profusión increíble de arreglos orquestales (sobre todo de cuerda, a cargo de la propia Björk) que unidos a su voz forman una retícula que, en mi opinión, bien puede transportarte a un paisaje sonoro que te atrapa y seduce o te puede echar para atrás definitivamente. Cuesta, por tanto, prendarse de matices en una primera escucha. Ya una vez con la oreja caliente, se va mostrando la deslumbrante belleza de la unión de la majestuosidad orquestal y la intensidad de los sonidos drone y ambient, que llega a su máximo esplendor en cortes como Black Lake, diez minutos con unos momentos de sostenidos que cortan el aliento.
Pero no solamente me dejan perpleja los orientalismos y metales drónicos obra, sin duda, de mi querido Bobby. A este impresionante maridaje entre orquesta y electrónica experimental (a ver si dejamos de identificar los sonidos orquestales con la naturaleza y los electrónicos con lo artificial, eh, que ya huele), le podemos sumar la, para mí, epatante autoridad con la que Björk nos cuenta una historia de sentimientos primordiales, de como la piel deja de ser roca (Stonemilker, pura emoción) para poder entrar en el otro y sentir lo que siente, de cuidados y sanación. Toda una History of Touches (“every single touch (…) every single fuck”).
Así que nada, yo ya estoy very deep into this CONCEPT en, quizá lo más álgido de este trabajo que es el momento Notget seguido del canto a la belleza a dúo con el imponente Antony Hegarty (pensaba que moriría de INTENSIDAD, pero no) que es Atom Dance.
En fin. Un disco sobre el que volveré una y otra vez para ir descubriendo más delicias y una gratísima sorpresa en estos primeros días del año, en la que queda constancia, una vez más, del finísimo olfato de esta mujer a la hora de abordar sus ambiciosos pero solventes proyectos. TE QUIERO MUCHO, BJÖRK.
Vaya dos días, amigos, que llevamos con las filtraciones. Anoche, siendo hora ya de recogerse una, salta la noticia de que el álbum (noveno) de Björk, titulado Vulnicura, ya está oficialmente fuera (antes de tiempo) por culpa de los leaks que llevaban circulando por la REDÍSIMA desde hace una semana. Entre esto, el cartel del Primavera Sound (de verdad, mira que sois BRASAS) y que si un tipo ha sido detenido en Israel por haber hakeado el ordenador de Madonna y soltado cortes sin terminar de su próximo Rebel Heart este pasado diciembre, esto es un no parar.
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