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Los CIE: “cárceles racistas” al desnudo
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un documental sobre los centros de internamiento

Los CIE: “cárceles racistas” al desnudo

'23.30. Una historia cautiva', un documental de David Marrades que cuenta la historia de aquellos inmigrantes recluidos en centros de internamiento

Foto: Fotograma de un CIE en el documental '23.30. Una historia cautiva'
Fotograma de un CIE en el documental '23.30. Una historia cautiva'

23.30. No es una hora. Tampoco unas coordenadas, ni el código de una caja fuerte. Ese número corresponde a una persona. A un inmigrante que ha perdido su nombre y su identidad. Puede ser Mourtada, Samuel o Peggy. Cualquiera de los cientos de personas que han sido recluidos en los CIE. Los Centros de Internamientos para Extranjeros donde los 'ilegales' esperan a ser deportados o devueltos a la calle.

En España existen ocho de esos centros. No están ocultos en un bosque perdido. Simplemente la gente ha decidido no mirar, y los políticos no mostrar lo que ocurre dentro. El desconocimiento de lo que pasa entre sus muros es la tónica dominante. Pero aquellos que regresan de estas cárceles tienen voz. Ahora un documental, 23.30. Una historia cautiva, las ha recuperado para intentar desnudar los CIE. Intentar comprender por qué están ahí y cómo funcionan.

El proyecto surge cuando su director, David Marrades, recibe en marzo de 2013 un informe realizado por colectivos y plataformas, sobre las condiciones de la instalación situada en Zapadores, Valencia. "Cuando lo leí me quedé perplejo. Así que decidí recabar información sobre los CIE. Lo que descubrí es que a pesar de que existe mucho trabajo de base realizado por muchas organizaciones, no tiene su correspondencia mediática", cuenta Marrades a El Confidencial.

El director se propuso contar un tema tan polémico sin ser "sectario". "No quería hacerlo desde el punto de vista de las plataformas sociales, sino dar voz a sus protagonistas", añade. Así los testimonios de inmigrantes que han sido encerrados en estos centros y de sus familiares constituyen la base del filme, que también ha intentado que directores de los CIE y políticos hablen al respecto con menos éxito.

"Desde los centros ni han contestado, y no hemos obtenido testimonios de nadie del Partido Popular. Hemos tenido que recurrir a cortes de apariciones públicas porque obtener sus testimonios era imposible", cuenta el director que también destaca el valor de profesionales como el Secretario General del Sindicato Unificado de Policía en Valencia, que al menos "da la cara". "Puede ser cuestionable lo que opina, pero no elude el problema y eso se agradece", añade.

Un guantánamo dentro de España

Para David Marrades los CIE se parecen a un Guantanamo en el que los inmigrantes esperan su salida del país mientras dentro nadie sabe lo que pasa con ellos. Muchos han sido los casos de abusos y torturas, e incluso de muertes dentro de estos centros, que han puesto su funcionamiento en el ojo del huracán. Sin embargo, nadie tiene acceso a ellos y siempre se ocultan estas acciones, propiciando un manto de oscurantismo que según el realizador favorece "la comisión de abusos de forma impune". El documental explica que lo que los medios publican no es más que la punta del iceberg.

"Si fueran centros transparentes y ocurrieran estas cosas, porque nadie está a salvo de que esto ocurra, pues te enterarías, pero esta situación invita a pensar: Si esto es lo que se filtra, que no estará ocurriendo. Yo no digo que sea lo habitual, pero desde luego el trato a los internos no es todo lo correcto que debiera ser”, cuenta el director.

Lo que los reclusos sí que han denunciado son las pésimas condiciones en las que están en los CIE: “Son infrahumanas, lo que es común es el hacinamiento, hay más internos de los que da cabida el centro, se les instalan urinarios pero se les encierra en celdas que no se abren hasta las nueve de la mañana, son situaciones que no se ajustan al derecho”.

Otro de los temas calientes que el documental no evita son las detenciones raciales. “Estas redadas las instala Rubalcaba en 2010, y en el documental mostramos una nota interna en la que se dice que hay una orden, que viene de arriba, directamente del Ministerio del Interior, donde se les dice a los policías que tienen que detener a personas de una determinada nacionalidad en unos determinados distritos, y la razón es que se va a fletar un vuelo de deportación a un determinado país. También hay empresas que se benefician de que haya vuelos de deportación porque tienen contratos con el estado de 12 millones de euros, como Air Europa”, denuncia Marrades.

Trampas legales

Uno de los términos que se utilizan en el documental para referirse a los CIE es el de cárcel racista. Una definición que comparte David Marrades, que cree que estos centros están destinados a la inmigración pobre, principalmente a los negros y a los latinos. ”El 95% de la población reclusa de estos centros cumple ese patrón, y se les detiene por perfil racial. Y esto se tiene que saber. Lo podemos llamar como queramos, pero es una cárcel racista. Aquí se priva de libertad a gente por ser pobre y negra. Y esto es ilegal, porque no se puede pedir los papeles a alguien sólo por su color de piel”, critica el realizador.

Por si esto fuera poco estar en situación irregular no es un delito, sino una falta administrativa. Sin embargo, como explica en el documental Francisco Salas, Portavoz de la Subcomisión de Extranjería del Consejo General de la Abogacía, en España se “trampea legalmente”, ya que se les aplica el derecho penal, tratando a los inmigrantes como delicuentes, pero sin las garantías del derecho penal, con el que tienes derecho a defensa.

Para ello se recurra al derecho preferente, aplicado en casos excepcionales y que no puede tener penas integradas en el sistema penal. “Está hecho para que no te defiendas en las 48 horas siguientes, así que se te aplica la sanción y punto; pero aquí lleva pena: privación de libertad y expulsión”, aclara Marrades a El Confidencial.

Cientos de historias, datos y testimonios que contiene 23.30. Una historia cautiva, que ha sido autofinanciada por su realizador, que también ha recurrido al crowdfunding para mejorar el apartado técnico del filme y poder distribuirlo y hacerlo llegar a más gente. David Marrades sintió la historia de estos inmigrantes como suya, y ahora quiere hacer sentir lo mismo al resto de españoles, que hemos olvidado que todos esos internos son un nombre, y no un número.

23.30. No es una hora. Tampoco unas coordenadas, ni el código de una caja fuerte. Ese número corresponde a una persona. A un inmigrante que ha perdido su nombre y su identidad. Puede ser Mourtada, Samuel o Peggy. Cualquiera de los cientos de personas que han sido recluidos en los CIE. Los Centros de Internamientos para Extranjeros donde los 'ilegales' esperan a ser deportados o devueltos a la calle.

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