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Un enigma medieval de 4 millones de euros
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los tasadores juzgan el precio del prado

Un enigma medieval de 4 millones de euros

La última gran adquisición del Museo del Prado es un enigma y ha costado casi cuatro millones de euros. Está fuera de toda marca y registro,

Foto: Fragmento del 'Tríptico del Zarzoso', comprado por el Museo del Prado a la familia Várez Fisa.
Fragmento del 'Tríptico del Zarzoso', comprado por el Museo del Prado a la familia Várez Fisa.

La última gran adquisición del Museo del Prado es un enigma y ha costado casi cuatro millones de euros. Está fuera de toda marca y registro, porque apenas sabemos nada más allá de lo estrictamente evidente, que es una obra excepcionalmente bien conservada y de una belleza singular. Pilar Silva, responsable del departamento de pintura española (1100-1500) y pintura flamenca y escuelas del norte, explica que sigue estudiándola tratando de resolver el misterio: quién, cómo, cuándo, dónde, por qué.

Ni siquiera se sabe cómo fue adquirido por el coleccionista Várez Fisa a su lugar de origen, en 1970, el monasterio de Nuestra Señora de Portaceli en la dehesa del Zarzoso (El Cabaco, Salamanca), de monjas franciscanas de la orden terciaria. Pero la operación se remata cuatro décadas más tarde con la donación al Museo del Prado de 12 piezas (que se ha valorado en cerca de 20 millones de euros) y la venta del tríptico de un pintor anónimo, al que se le denomina Maestro del tríptico del Zarzoso "para no restarle importancia".

“No importa que no tengamos su nombre”, cuenta Silva a este periódico, que señala que del siglo XV apenas ha llegado documentación. Entre las montañas de papeles perdidas debería figurar el nombre de este pintor del que no se sabe nada, pero del que “se podría reconocer con facilidad”. De hecho, debemos entenderlo como el eslabón perdido de algún artista de hace más de cinco siglos que, quizá, conozcamos en el futuro.

Una vida en reconstrucción

La experta destaca la formación del artista en la escuela flamenca: “La obra está hecha en España, pero el artista ha venido de fuera. Es una obra en un estado excepcional y muy cuidada en su ejecución. Sigo investigando y no tiene que ver tanto con la Borgoña, como con Holanda y Alemania”, cuenta. El tríptico es el punto de partida, dice, para reconstruir la trayectoria de un pintor anónimo.

El Museo Nacional del Prado siempre ha sido muy conservador en las adquisiciones, por eso llama tanto la atención que en esta pieza en la que “todo está en el aire” se haya realizado un esfuerzo tan alto. La última compra importante del mismo periodo histórico se dio a conocer hace dos años, con La oración en el huerto, de 1405, atribuida sin seguridad al pintor francés Colart de Laon por Pilar Silva y comprada por 850.000 euros, “un precio muy inferior por el que se ha tasado para asegurarla".

Los conservadores del Prado explicaron durante la presentación de la adquisición de la pequeña tabla de 60 centímetros de alto, que la dueña, “muy mayor”, es descendiente de franceses, pero desconocía el origen real del cuadro y, por tanto, su precio en el mercado. El Museo del Louvre compró una pintura de características similares al tiempo, por 7 millones de euros. El Prado salía ganando, como le ocurrió con El vino en la fiesta de san Martín, de Peter Brueghel el viejo, por 7 millones de euros de una obra que en el mercado podría haber superado los 30, según los expertos.

Cantidad 'ajustada'

Son casos similares: no se conoce la autoría de ninguna de las dos obras, pertenecen a esas escasas pinturas conservadas de finales del siglo XIV y comienzos del XV, están en muy buen estado de conservación y son dos pinturas excepcionales. De hecho, Pilar Silva reconoce a este periódico que en museos como el Louvre de París y el Metropolitan de Nueva York valoran más la adquisición de La oración que la de Brueghel.

Pero, entonces, ¿por qué por una se ha pagado 850.000 euros y por otra 4 millones de euros? Silva cree que esta cantidad es un precio ajustado, que lo pagado por el maestro francés no es mercado y es un hecho excepcional. Entre los tasadores a los que ha preguntado este periódico hay disparidad de opiniones. Si bien unos explican que las piezas de este tipo “rondan el millón de euros en el mercado secundario” (las subastas; el primario, más caro, son las galerías), como indica Ignacio Cabello. Por otro lado, Agustín Sabartés cree que la cantidad “no es escandalosa para la entidad, ya que este tipo de obras no se encuentran en el mercado”.

Sin embargo, en 2011, Christie’s vendió un tríptico, muy similar a nuestro protagonista, por 409.000 euros. La pintura procedía del Duque de Medina de Rioseco y salió de España en 1940. La casa de subastas apuntaba que se encontraba en perfecto estado de conservación, atribuido al Maestro de la Leyenda de María Magdalena. Los especialistas señalan que pudo haberse pintado en Flandes y completado en España. Pero no salió al mercado por cuatro millones de euros.

Hoy la sala 52 A del Museo Nacional del Prado lleva el nombre de Várez Fisa en honor a la donación con la que benefició a la pinacoteca, que con la compra del tríptico del Zarzoso deja a ambas partes satisfechas. No hay que olvidar que ya en 1999 el Estado español compró 183 piezas de otra parte de su colección, por 12 millones de euros, pero entonces para el Museo Arqueológico Nacional. El mecenazgo en España, un término pendiente de definición.

La última gran adquisición del Museo del Prado es un enigma y ha costado casi cuatro millones de euros. Está fuera de toda marca y registro, porque apenas sabemos nada más allá de lo estrictamente evidente, que es una obra excepcionalmente bien conservada y de una belleza singular. Pilar Silva, responsable del departamento de pintura española (1100-1500) y pintura flamenca y escuelas del norte, explica que sigue estudiándola tratando de resolver el misterio: quién, cómo, cuándo, dónde, por qué.

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