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Olivier Py: “España debería favorecer la excepción cultural para salvar su teatro”
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el director del festival de aviñón estrena en españa la obra 'hacia la alegría'

Olivier Py: “España debería favorecer la excepción cultural para salvar su teatro”

El director del reputado Festival de Aviñón estrena un potente monólogo sobre la desesperanza y la búsqueda de la identidad en el Teatro de la Abadía de Madrid

Foto: Olivier Py, director del Festival de Aviñón, estrena 'Hacia la alegría' en Madrid (Ros Ribas / Teatro de La Abadía)
Olivier Py, director del Festival de Aviñón, estrena 'Hacia la alegría' en Madrid (Ros Ribas / Teatro de La Abadía)

Vivimos en un mundo de “desesperanza política e intelectual” cuya única salvación es encontrarse con uno mismo. Por eso, “el arte nos recuerda que, aunque quizás ya no podemos tener esperanzas políticas, nos tenemos que agarrar a nuestra vida interior”. Oliver Py, uno de los “hombre de teatro” más reputados de Francia, director del Festival de Aviñón y queha sido el máximo responsable del Centro Dramático Nacional de Orleans y del Teatro del Odéon, resume así eldesánimo y pesimismo actual.

Una visión que ha trasladado a su obra Hacia la alegría, que se estrena hoy en el Teatro de la Abadía dentro del proyecto Cities on Stage/Ciudades en Escena y que supone la primera colaboración del centro madrileño con el Festival de Aviñón y el Théâtre National de la Communauté Françsaise de Bruselas.

Como el arquitecto que protagoniza esta intensa búsqueda interior y de la razón en una carrera nocturna que le llevará a bajar a los infiernos de una sociedad que no llega a comprender y a los suyos propios, Olivier Py asegura que el único camino es “la vida interior” para soportar la decadencia actual y encontrar esa esperanza. “El personaje se hace muchas preguntas a nivel político, artístico, estético y espiritual pero ahora nos tenemos que agarrar a una vida interior para potenciar nuestra imaginación”, cuenta el director aEl Confidencial. La obra, prosigue, “habla de la crisis espiritual de un hombre peropodría ser perfectamente la crisis del Estado o de la Europa de hoy”.

Aligerar los impuestos

Olivier Py, además de su intensa actividad como actor, novelista, dramaturgo o guionista, ha trabajado prácticamente toda su carrera al frente de teatros públicos. Quizás por eso al preguntarle por su percepción sobre la situación del teatro español, con sucesivosrecortes y escasas inversiones públicas, su respuesta es contundente: "España debería favorecer la excepción cultural para salvar su teatro. Y puesto que no hay, o hay cada vez menossubvenciones directas, es vital favorecer la actividad aligerando impuestos como el IVA”.

En Francia el IVA que se aplica a los espectáculos teatrales es del 5,5%, muy lejos de nuestro 21%. “Imagino lo que puede llegar a provocar”, reflexiona en voz alta para, acto seguido,seguir defendiendo con más ahínco la necesidad exportar el sistema cultural francés. “Es el que tiene las mejores condiciones para los actores y, además, es económicamente inteligente por lo que podría aplicarse sin problema en países que viven situaciones de crisis como los de Europa del Sur”, dice. “España y Francia somos dos países con una gran tradición cultural e histórica y con grandes autores. No tenemos petróleo pero tenemos esto. Para mí, el turismo, la cultura y la educación deben trabajar al unísono. Es un crimen que no lo hagan”.

La Ley de Mecenazgo, frustrada su reforma en España y que en el país galo recoge ventajas fiscales del 60%, es otra de las patas que se debe fomentar. “En Francia no hay mucha tradición de mecenazgo en el teatro, sí en la ópera y la lírica, pero ya se están dando unos primeros pasos” que describe como interesantes. No obstante, agrega, “para sustentar el teatro el peso debe ser público naturalmente”. “Siempre ha sido así. La ciudad es la que ha permitido el teatro del arte. Sin la voluntad de quienes ostentan el poder para que haya teatro no hubiera existido Calderón”.

Teatro para todos

“Desde la época de los griegos o Shakespeare,el teatro siempre ha estado ligado al poder en el sentido de que no se hace para ganar dinero, con lo cual tiene que estar ayudado por el poder”, prosigue Pypero dejando también un recado para los artistas.“Es su responsabilidad implicarse en la educación nacionalpara no hacer del teatro el producto de unos pocos. Es fundamental democratizar la cultura”.

A pesar de ello, añade, encuentra “una gran vitalidad y juventud teatral” en España. Y reivindica la labor de la directora, actriz y dramaturgaespañola Angelica Liddell y el hispano-argentino Rodrigo García, actual director del Centro Dramático Nacional de Montpellier. “Siempre han traído artistas muy grandes a Franciacomo ellos. Están teniendo un éxito inmenso que ha apasionado a toda Europa”, les ensalza. Pero, aunque le sorprende, aquí se les conoce poco. “Pues tienen que ser más conocidos y reconocidos”, les reivindica en variasocasiones.

Un viaje a los infiernos

Hacia la alegría es la adaptación del primer capítulo de su novela Excelsior, titulado El hombre que corre, que Olivier Py ha concebido como un monólogo de tintes poéticos, filosóficos y alegóricos con los que pretende darle la vuelta al mito de la caverna de Platón contextualizándolo en nuestra sociedad.

Pedro Casablanc interpreta, en uno de los grandes y “más difíciles” papeles de su carrera, este monólogo metafórico y metafísico en el que la alegoría platónica revierte en forma de una “bajada al infierno”. Esa es la forma deplasmar un mundo en el que no se avanza hacia un mayor conocimiento sino hacia tinieblas, que son lugar de abstracción donde el director sitúa el origen de la creación, del arte, de la razón. “La humanidad ha llega a un punto presocrático de humillación absoluta. La razón ya no nos aporta nada. Estamos en un mundo postapocalíptico”, afirma el directordel Festival de Aviñón. Py se estrenó en el cargo este verano con varias jornadas dehuelga de los intermitentes, un conflicto del personal eventual y temporal de los espectáculos que "desgraciadamente sigue abierto", confirma.

Con música en directo interpretada por un cuarteto de cuerda y compuesta por Fernando Velázquez, autor de bandas sonoras de películas como Ocho apellidos vascos, Lo imposible o El orfanatoyde obras de autores como Alfredo Sanzol, la ciudad se convierte en este montajeen un personaje en sí mismo y el lugar para ejercer ese “primer ejercicio de la reflexión política”. Seráesa carrera arrebatada de este arquitecto la que le lleve desde los barrios más ricos de su clasehacia un centro comercial, reflejo dela sociedad mercantilista;hacia los barrios pobres, símbolo de las renuncias de la responsabilidad de la sociedad; a un teatro construido por él mismo y ahora cerrado a imagen de su fracaso, para acabar uniéndose a un grupo de indigentes en un túnel. “El origen del teatro es la vida, pero también el futuro del teatro. La vida sigue siendo el último refugio del poema”, remacha buscando un punto de esperanza.

Vivimos en un mundo de “desesperanza política e intelectual” cuya única salvación es encontrarse con uno mismo. Por eso, “el arte nos recuerda que, aunque quizás ya no podemos tener esperanzas políticas, nos tenemos que agarrar a nuestra vida interior”. Oliver Py, uno de los “hombre de teatro” más reputados de Francia, director del Festival de Aviñón y queha sido el máximo responsable del Centro Dramático Nacional de Orleans y del Teatro del Odéon, resume así eldesánimo y pesimismo actual.

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