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Colita, Premio Nacional de Fotografía
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La fotógrafa de la 'Gauche divine'

Colita, Premio Nacional de Fotografía

“En su fotografía siempre se encuentra humor, inteligencia e ironía”. Así define el jurado del Premio Nacional de Fotografía 2014 a Colita, en el acta que

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“En su fotografía siempre se encuentra humor, inteligencia e ironía”. Así define el jurado del Premio Nacional de Fotografía 2014 a Colita, en el acta que concede el galardón a la fotógrafa catalana que pasará a la historia por no perderse ni una noche de Boccaccio en los sesenta. Recibe del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 30.000 euros, “por su destacada trayectoria de más de cinco décadas como fotógrafa en varios medios (fotoperiodismo, retrato, ensayo fotográfico)”. Con su cámara, entre las lentejuelas y las burbujas de la Gauche Divine, se reconoce ahora su labor como “fotógrafa comprometida con su época, en particular en la defensa de los derechos de la mujer”. Este periódico se ha puesto en contacto con ella y le ha comunicado su premio, porque el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte todavía no le ha llamado.

Este verano, El Confidencial le preguntaba por su foto favorita y ella reconocía que aunque es muy difícil elegir una foto con una trayectoria tan dilatada, hay algunas que “indiscutiblemente marcan”. Por recordar unas pocas: el retrato de Gabo con 100 años de soledad en la cabeza, Gabo enseñando ropa interior en un camerino, Jorge Herralde en su despacho con dos mujeres arrodilladas a sus pies y enseñando sus bragas, los mil y un retratos de Terenci Moix (el icónico es el del año setenta, pecho descubierto con pañuelo de leopardo), el trabajo de la Nova Cançó (María del Mar Bonet, Joan Manuel Serrat, Ovidi Montllor, Raimon), Antonio Gades

Las fotografías de Isabel Steva Hernández Colita (Barcelona, 1940) tienen la facultad de hacer reír, porque son la expresión de la vida desinhibida en una España carcelaria. “En sus fotos no se da otro rasgo de estilo que ligue su producción que el humor fresco y espontáneo que procede directamente de su particular genio y personalidad”, explica la historiadora Laura Terré, hija del fotógrafo Ricard Terré, sobre su trabajo en monográfico de PHotoBolsillo. Una virtuosa del humor, con capacidad especial para jugar con los retratados.

La alumna aventajada de Oriol Maspons, dice que la noche de Barcelona le dio la fama, pero a ella le gusta una foto que hizo en 1985, en la que aparece “un cerdo riendo, un cerdo feliz”. “Los cerdos me gustan, me dan risa. A éste lo retraté en una granja. Se me acercó y me sonrió. El cuidador me dijo que claro que reía, sólo comía y cubría a las gorrinas”, cuenta. Nunca le abandona la ironía, porque “es un arma, lo más cercano a la libertad que teníamos en aquellos años”. Su mayor esperanza es que su legado sea el testimonio de la época que le ha tocado vivir. “Que la foto que he hecho sea útil”.

“En su fotografía siempre se encuentra humor, inteligencia e ironía”. Así define el jurado del Premio Nacional de Fotografía 2014 a Colita, en el acta que concede el galardón a la fotógrafa catalana que pasará a la historia por no perderse ni una noche de Boccaccio en los sesenta. Recibe del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 30.000 euros, “por su destacada trayectoria de más de cinco décadas como fotógrafa en varios medios (fotoperiodismo, retrato, ensayo fotográfico)”. Con su cámara, entre las lentejuelas y las burbujas de la Gauche Divine, se reconoce ahora su labor como “fotógrafa comprometida con su época, en particular en la defensa de los derechos de la mujer”. Este periódico se ha puesto en contacto con ella y le ha comunicado su premio, porque el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte todavía no le ha llamado.

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