El zombi español se jubila

Primero tomaron un edificio (REC y REC 2, Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007/2009), luego arrasaron una boda (REC 3, Paco Plaza, 2012) y ahora asaltanun barco de mercancías (REC 4). ¿Quién da más? En principio, nadie: la saga icónica del terror español contemporáneo echa el cierre este viernes con el estreno de REC 4, dirigida en solitario por Jaume Balagueró (1968). Tiempo pues de hacer balance.

El mito de REC va más allá de su condición de productointernacional de éxito. Más allá incluso de haber resucitado a lo grande el cine de género en España. Y es que la primera parte de la saga puso a Balagueró y Plaza en la vanguardia del cine de zombiespor su vuelta de tuerca al nuevo realismo digital, por su uso impactantesde la cámara subjetiva para contar una historia de terrory por su manera de subvertir el formato de los reality shows. “La primera parte era original precisamente por eso. Aunque ya llevábamos un tiempo metidos en la sociedad de internet y en la proliferación de cámaras y dispositivos,los cambios en lasformas de interactuar aún despertaban mucho interés”, aclara Balagueró.

Dos años después, en 2009, los directores actualizaron su discurso en REC 2 al añadir la entonces emergente fiebre por las redes sociales ypor grabar y compartir todo lo que ocurría a nuestro alrededor. Es decir, lo que antes era una novedad y ahora es pura rutina, de ahí las dificultades para llevar más allá el discurso original de REC en las siguientes entregas. Saga que, no olvidemos, comenzó como un experimento vanguardista de bajo presupuesto. Y luego fuecogiendo rutas diferentes.

¿Significa esto que el verismo digital está a un paso de dejar de dar miedo y el cine de terror tiene que empezar a mirar hacia otro lado? Sí y no. “Puede que esté trillado, pero no está muerto. Sigue siendo un mecanismo eficaz que abre muchas posibilidades. Todavía pueden surgir propuestas nuevas y originales. Además es un camino asequible: contar una historia con cámara subjetiva puede abaratar mucho los costes de producción. De ahí que puedan seguir surgiendo películas de este tipo”, razonaBalagueró.

Pero el motivo principal de quelasaga no haya retomado la cámara subjetiva, marca de la casa,es otro. “No es tantoun problema de quelos temas originales ya no estén de actualidad, sino un asunto decredibilidad narrativa. La película original estaba contada con cámara subjetiva porque la protagonista era una reportera de televisión que emitía en directo. Podías creerte, por tanto, lo que estabas viendo. En la segunda parte estaban los GEO, que grababan el asalto al edificio con cámaras, y los chavales que utilizaban las redes sociales y los youtubes. Pero sin unajustificación argumental, lanarrativa no puede funcionar. Es cierto que podíamos haber buscado nuevas excusas argumentales para la tercera y la cuarta parte, pero hubiera sido demasiado forzado y los espectadores no se lo hubieran creído”, aclara.

Puede que a usted la parezcan demasiadas cuatro partes del mismo filme. No obstante, si tomamos como referencia la historia del cine de terror, nos damos cuenta de que cuatro son en realidad pocas secuelas. Otra cosa es que hasta qué punto tiene sentido cinematográfico rodar una docena de variaciones de la misma historia. Recuerden: de la saga Viernes 13 se han rodado ya doce partes, que se dice pronto,hasta el infinito y va más allá. Balagueró lo justifica así para rematar:

“Me cuesta un poco ser crítico con esto porque yo he crecido con ello. Viendo en salaslas distintas partes de Viernes 13 y Halloween. Para mi es algo natural. Tampoco creo que se deba abusar, y en muchos casos se ha abusado, aunque no creo que sea el caso de REC. Hemos llegado a la cuarta y hemos decidido parar.No hemos estado repitiendo todo el rato el mismo esquema, cosa que si ocurre en otras sagas, donde cada nuevo capítulo es casi igual que el anterior. Eso es lo menos defendible de las sagas. Cuando yo era joven de vez en cuando se estrenaba una nueva parte deViernes 13, pero es que ahora todos los añosse estrena una nueva secuela de Paranormal Actitvity. Esa mecanización ya es más criticable”.