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Archivo Lafuente, que pague el siguiente
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el gobierno condiciona la compra a 10 años

Archivo Lafuente, que pague el siguiente

Al Patronato del Museo Reina Sofía le interesa el archivo de 120.000 documentos (revistas, cartas, libros, carteles, catálogos, panfletos) del coleccionista y empresario lácteo José María

Foto: Reunión de todas las partes, de izquierda a derecha: Diego, De la Serna, De la Dehesa, Lafuente, Lassalle y Borja-Villel. (EFE)
Reunión de todas las partes, de izquierda a derecha: Diego, De la Serna, De la Dehesa, Lafuente, Lassalle y Borja-Villel. (EFE)

Al Patronato del Museo Reina Sofía le interesa el archivo de 120.000 documentos (revistas, cartas, libros, carteles, catálogos, panfletos) del coleccionista y empresario lácteo José María Lafuente, tal y como ha anunciado su presidente, Guillermo de la Dehesa, a pesar de que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ya había convocado una rueda de prensa para “avanzar los detalles de la cesión del archivo al MNCARS”, antes de que el máximo órgano de gobierno del museo tomara una decisión.

De la Dehesa aclara, a pesar de la fanfarria, que no hay un acuerdo, que “es un primer paso para negociar” para “ver si se llega a una colaboración” con el coleccionista. “Hay que arreglar los flecos. Tenemos que tener las cosas muy claras antes de que el pleno del Patronato tome una decisión”, añadió, después de asegurar que el legado Lafuente es “un archivo de importancia capital para la historia del arte del siglo XX”.

Los flecos a los que se refiere el máximo responsable del gobierno del museo se resumen en uno: “No me puedo permitir donarlo”. El coleccionista reconoce que prefiere que el Estado se lo compre y el Gobierno ya ha dicho que se lo quiere comprar, pero que lo hará, como pronto, dentro de diez años, con opción a compra y a precio de 2014. De esta manera, José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura, deja pendiente el pago de la negociación a la recuperación económica del país y condiciona los Presupuestos Generales de un Gobierno que no existe. No olvidemos que entre los pagos pendientes de este curso, Lassalle todavía debe saldar una deuda de 10 millones de euros con el cine.

Comprar a ciegas

Por si fuera poco, se desconoce el valor de los 120.000 documentos, porque no se ha hecho un informe de catalogación sobre el conjunto a la venta. No se ha tasado, no se sabe lo que cuesta, pero se quiere comprar. En la nota emitida por el museo se dice que es de “incalculable valor”. Ahora hay que calcularlo, porque habrá que pagarlo dentro de 10 años. Lassalle no ha querido detallar cuánto está dispuesto a hipotecar las arcas públicas, aunque asegura que tratará de cerrar un precio al margen del mercado. El secretario de Estado de Cultura apuntó alto: “Es el archivo particular más importante de Europa”. Manuel Borja-Villel, director del museo, rebajó la alharaca con un “posiblemente”.

Lassalle reconoce que no conoce el precio exacto del conjunto: “Por prudencia y por transparencia es necesario posponer temporalmente una precisión de la cuantía y que los técnicos lo determinen”. Añade que la compra se legitima porque supone “una oportunidad estratégica para el museo, que le convertirá en un referente documental de la museografía de Latinoamérica”. ¿Será suficiente esto para quien tenga que pagarlo dentro de una década? “Estoy convencido de que quien dentro de 10 años tenga la oportunidad de ejecutar esta opción de compra, si tienen interés por la defensa del interés general, lo entenderá”.

En la mesa de la negociación, además del museo y del Ministerio, está el Ayuntamiento de Santander y el Gobierno de Cantabria, porque el coleccionista quiere que su legado se quede en su ciudad. La “pinza santanderina” también cumplirá con este deseo y se ejecutará en la sede del antiguo Banco de España, precisamente el mismo sitio donde el presidente cántabro, Ignacio Diego, había anunciado que ubicaría el Museo de Prehistoria y Arqueología. El director de esta institución ya ha presentado la dimisión ante el inesperado desplazamiento y cambio de planes improvisado.

La inversión no preocupa

El archivo Lafuente será “un centro asociado” al museo Reina Sofía, pero no existe un estudio de viabilidad económica, ni un estudio económico de la reforma del edificio, ni del mantenimiento del museo. “El coste de la reforma no es un coste que nos preocupa. Y en cuanto al mantenimiento, estará suficientemente dotado. De la cantidad puedo decir que es una inversión prioritaria y que se hará sin temor a requerir mayores esfuerzos sobre los ciudadanos”, dijo Diego sin especificar la cantidad que invertirán. Sí subrayó que el archivo es de una “trascendencia definitiva para Cantabria”, que lo convertirá “en referencia internacional del arte contemporáneo”.

Por su parte, el coleccionista reconoce que negocian desde hace meses y dice que “un archivo de este tipo, privado, tiene una vocación pública”, a pesar de negarse a la donación. Explica que el acuerdo global será el más complicado de cerrar, porque se aclarará el pago y “la digitalización absolutamente de todo”. Tampoco se ha aclarado quién correrá con la cuenta de esto. Espera firmar la cesión de la documentación especializada en Latinoamérica para primavera de 2015.

Tampoco ve dudas sobre la situación económica del país dentro de una década. Parecía que España había aprendido a desconfiar de los milagros económicos después del tortazo, que había pisado tierra después de proyectar delirios de grandeza en un porvenir de oropeles. Pero no: “El mayor desembolso económico sería dentro de 10 años”, se justifica Lafuente.

El modelo ‘Tita Cervera’

“El archivo no tiene medios ni condiciones para la difusión”, cuenta. Esa es su “principal motivación”. Parece que lo conseguirá, porque durante una década su patrimonio será revalorizado por una iniciativa pública. En estos momentos se exhibe en dos exposiciones en Santander y otra en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

El modelo que se repetirá es el de la polémica cesión de la colección de Carmen Cervera, que se prorroga cada año, una vez se cumplió el plazo, a la espera de que el Estado compre un fondo absolutamente desigual. Mientras tanto, la colección privada de Cervera se conserva en dos edificios adquiridos para albergarla y bajo los cuidados de los especialistas del Museo Thyssen-Bornemisza, es decir, a costa de la inversión del Estado.

Por último, José María Lafuente dio amablemente su parecer sobre la tan prometida y frustrada Ley de Mecenazgo: “Seguramente, una Ley de Mecenazgo habría estado muy bien, pero yo trabajo desde hace 15 años así y pienso seguir trabajando igual”. El mecenas reparado por el mecenazgo de los españoles quiso subrayar que en estos momentos “hay que ser muy cuidadosos con los recursos y ahora hay otro tipo de prioridades”. Quizá por eso sea mejor pagar a diez años vista.

Al Patronato del Museo Reina Sofía le interesa el archivo de 120.000 documentos (revistas, cartas, libros, carteles, catálogos, panfletos) del coleccionista y empresario lácteo José María Lafuente, tal y como ha anunciado su presidente, Guillermo de la Dehesa, a pesar de que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ya había convocado una rueda de prensa para “avanzar los detalles de la cesión del archivo al MNCARS”, antes de que el máximo órgano de gobierno del museo tomara una decisión.

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