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Prohibido posar: los menonitas al desnudo
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un libro recoge el trabajo de jordi ruiz cirera

Prohibido posar: los menonitas al desnudo

El fotógrafo español Jordi Ruiz Cirera capturó la vida de una comunidad menonita en Bolivia. Su trabajo ve la luz en un libro mientras prepara su nueva aventura

Una joven mira asustada a cámara. Intenta tapar su cara con una mano mientras sus ojos azules siguen clavados en el fotógrafo. Es la primera vez que posa para un retrato, y seguramente la primera vez que ve una cámara de fotos. Se trata de Margarita Teichroeb, miembro de una comunidad menonita de Bolivia, para los que la fotografía está prohibida. Ella transgredió sus propias normas para entregarle al fotógrafo español Jordi Ruiz Cirera una imagen que le cambió la vida.

Con ella ganó el premio Taylor Wessing de fotografía en Reino Unido y pudo exponer en la National Gallery de Londres su trabajo sobre esta comunidad, que ahora recoge en un libro que publica la editorial du LIC.

El propio fotógrafo cuenta a El Confidencial cómo fue la experiencia de vivir con los menonitas. “Me sorprendió bastante lo tranquilos que estaban viviendo fuera del sistema. No les importa nada delo que ocurra fuera de su comunidad y sus límites. No molestan, nadie les molesta. Me interesaba eso de vivir al margen”, explica.

En su primera visita en 2010 tuvo que permanecer mucho tiempo sin tomar fotografías, conociendo a las familias y sus costumbres. Cada uno se comportaba de una forma respecto a que captaran su intimidad. “Pera ellos era pecado”, cuenta Jordi Ruiz, aunque muchos accedieron a que se tomaran imágenes de su vida siempre y cuando no tuvieran que posar.

Todo el tiempo que pasó junto a ellos allanó el trabajo para su regreso a la misma comunidad en 2011. En aquella ocasión viajó con una idea clara de lo que quería conseguir. “Quería alejarme del reportaje más clásico y hacer algo más novedoso, por eso pensé en hacer retratos. Que se sentasen y mirasen a cámara era mucho más íntimo y fue mucho más complicado”, cuenta Jordi Ruiz.

Para conseguir su propósito acudió a las familias que habían sido más abiertas en su primera estancia, y así consiguió que Margarita Teichroeb posara para él en una imagen que dio la vuelta al mundo.

Su trabajo no es fruto de la improvisación y de la casualidad. Mucho antes de viajar se informa y documenta: “Quiero dar una visión personal de las cosas. Me lleva tiempo pensar quétipo de lenguaje voy a usar en cada fotografía para que cada historia sea potente a nivel visual”.

Las afueras de la globalización

Con este trabajo demostró que existen comunidades que viven sin cumplir las normas que dicta un mundo globalizado. Capaces de construir sus propias normas y tradiciones. Una idea que viaja por muchos de sus trabajos. El fotógrafo reconoce que no fue consciente de ello hasta tiempo después. “Me interesa bastante cómo la globalización afecta a la gente y a las pequeñas comunidades”, argumenta.

Aunque suele trabajar en el extranjero, Jordi Ruiz Cirera también ha retratado nuestro país. Lo hizo en su serie La sociedad paralela. Una mirada crítica a la España de la crisis. Su cámara viajó a Murcia, la comunidad donde más han caído en estos añoslos trabajos relacionados con la construcción. Allí fotografió edificios abandonados, familias en paro. Las consecuencias de una burbuja recién pinchada.

“Me gusta tomar un poco de distancia con mis trabajos. Pero el tema de la crisis me interesaba mucho porque me afectaba personalmente. Tenía ganas de hacerlo”, cuenta el fotógrafo.

Una crisis que ha hecho que muchos profesionales como él tengan que trabajar fuera, donde existen más posibilidades. “Aquí a nivel económico la situación está muy mal. Hay muy buenos fotógrafos españoles a nivel mundial, pero las salidas para nosotros aquí están muy complicadas”, explica. Él tuvo suerte y el mercado británico, donde estudió, le abrió las puertas.

Sus últimas imágenes le llevarona Ramala, a las afueras de Jerusalén. Una ciudad que ha doblado su población y vivido un boom inmobiliario en los últimos cinco años. Uno de los lugares más occidentalizados del país, que vive bajo control palestino aunque bajo soberanía de Israel.

Un lugar en el que los símbolos de modernidad chocan con su pasado más tradicional y con una sensación de futuro incierto. Actualmente el desempleo y la desafección política marcan un país lleno de contradicciones, algo que atrajo a Jordi Ruiz Cirera: “Me sorprendió que en la ciudad uno puede vivir sin darse cuenta de que había un conflicto importante. Es una ciudad que está evolucionando al margen de Palestina. Puedes ver desde la juventud más occidentalizada, la más liberal, hasta la realidad más tradicional”, zanja.

Una joven mira asustada a cámara. Intenta tapar su cara con una mano mientras sus ojos azules siguen clavados en el fotógrafo. Es la primera vez que posa para un retrato, y seguramente la primera vez que ve una cámara de fotos. Se trata de Margarita Teichroeb, miembro de una comunidad menonita de Bolivia, para los que la fotografía está prohibida. Ella transgredió sus propias normas para entregarle al fotógrafo español Jordi Ruiz Cirera una imagen que le cambió la vida.

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