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Los hermanos Dardenne piden más dinero para el cine europeo
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Los hermanos Dardenne piden más dinero para el cine europeo

Los directores belgas inauguran el Festival de Cine de Valladolid con una nueva muestra de su cine social: 'Dos noches y un día', con Marion Cotillard al frente

Foto: Jean-Pierre y Luc Dardenne inauguran la 59 edición de Seminci (EFE)
Jean-Pierre y Luc Dardenne inauguran la 59 edición de Seminci (EFE)

¿Renunciaría usted a una prima económica en su trabajo paraque readmitieran a una compañera? Una trabajadora cualquiera, una más dentro del engranaje empresarial. No tiene por qué ser su amiga, solo alguien con quien se cruza a la hora del café. Esa peliaguda pregunta es la que lanzan a la cara del espectador los hermanos Dardenne en su última película, Dos días y una noche, con la que han inaugurado el Festival de Cine de Valladolid.

Los directores pasan de juicios morales, sólo siguen con su cámara a su personaje principal, Sandra (una perfecta Marion Cotillard), en su periplo de convencer a sus compañeros de que cambien su voto para que la empresa la readmita en su puesto tras una baja por depresión.

Suena rocambolesco, una versión social de los 12 hombres sin piedad de Sidney Lumet, pero como reconocen los directores belgas a El Confidencial, el punto de partida del filme se encuentra en varios casos ocurridos en Francia y Bélgica: “A principios de los años 90, en una fábrica de Peugeot, un obrero era menos eficaz e impedía al equipo conseguir una prima. Los jefes propusieron echarle para conseguirla. El delegado sindical estaba de vacaciones y los obreros dijeron que estaban de acuerdo”.

En la película cada trabajador tendrá su motivo para renunciar (o no) a la prima económica, y no por ello se convierten en villanos de la función: “Nunca hemos considerado una película como un juicio, eso no tiene interés.Lo interesante es que el espectador viaje y tenga un diálogo interior, que diga: ¿Yo qué haría en su lugar?”, cuentan los realizadores.

Los hermanos Dardenne no son unos novatos en la Seminci, ya ganaron la Espiga de Oro por La promesa y en su haber también tienen dos Palmas de Oro en Cannes. Con Dos días y una noche se fueron de vacío en la pasada edición del certamen francés pese a ser uno de los favoritos, una etiqueta que repiten en Valladolid tras la gran acogida de la película.

Su cine social les ha convertido en un referente de la industria europea, aunque ellos no consideran que sea del todo cierto que sus películas sean una forma de denunciar los problemas de la sociedad: “Es verdad que hacemos un cine social, pero no pensamos en eso. Pensamos en un personaje, en este caso Sandra, y nos interesamos por ella, por su situación. No decimos: vamos a hacer una película sobre la crisis, nos interesa ella y gracias a ella podemos contar una historia sobre la sociedad actual”, aclaran.

De hecho, no consideran que la crisis haya hecho más necesario su cine, sino que es un estilo que siempre ha existido, desde el neorrealismo italiano hasta nuestros días.

La herencia europea

Jean-Pierrey LucDardenne siempre han sido dos de los realizadores que más han defendido la excepción cultural europea. Es decir, que la industria cultural del viejo continente tiene que ser defendida con uñas y dientes. Ayudar a su creación, promoción y distribución. Intentar que compita, al menos, en igualdad de condiciones ante las todopoderosas empresas americanas.

Para el futuro piden que esta defensa del producto cultural sea mayor: “Espero que la Europa del futuro consiga más medios financieros de sus países, de todos, porque no sólo se habla inglés, francés o español. Es la única forma de promover la diversidad del cine europeo, y esto permite también a cineastas americanos que exista su cine, porque son reconocidos y vistos en europa, así que no solo afecta a los creadores europeos”, critican.

placeholder 59 edición de la seminci

El optimismo que destilan los Dardenne en sus entrevistas ha empezado a colarse en sus películas. En sus dos últimos filmes abandonan la fotografía grisácea para dejar que entre el sol en la vida de sus personajes. Ellos no consideran que hayan sido pesimistas anteriormente, pero admiten que la luz se ha convertido en algo muy importante en su cine, incluso bromean con que en el resto del mundo hemos descubierto que en Bélgica existe el sol.

No serán pesimistas pero, como recordaban ellos mismos, en Dos días y una noche es la primera vez que uno de sus personajes ha dicho una frase mágica: “Soy feliz”.

¿Renunciaría usted a una prima económica en su trabajo paraque readmitieran a una compañera? Una trabajadora cualquiera, una más dentro del engranaje empresarial. No tiene por qué ser su amiga, solo alguien con quien se cruza a la hora del café. Esa peliaguda pregunta es la que lanzan a la cara del espectador los hermanos Dardenne en su última película, Dos días y una noche, con la que han inaugurado el Festival de Cine de Valladolid.

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