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Raphael agota a los modernos
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Monta la verbena en el Festival sonorama

Raphael agota a los modernos

Eso es el concierto de Raphael en Aranda de Duero: una provocación. El público más entregado a hacerse selfies con el cantante de fondo que a escucharle

Foto: Raphael durante el concierto del Festival Sonorama (Efe)
Raphael durante el concierto del Festival Sonorama (Efe)

Carteles de "Rafa eres el puto amo" y "Raphael es indie". Rayban Wayfarer, barbas y camisas de cuadros. Veinteañeros y treintañeros mezclándose con señoras de la edad de sus madres y hasta de sus abuelas. "La última vez que le vi fue el año pasado en Benidorm y hoy no me lo podía perder", explica Ana María, setenta y dos años, casi de la quinta de Raphael, instantes antes de debutar en su primer Sonorama. Instantes antes de que el cantante de Linares pise por primera vez el escenario de uno de los festivales indies más importantes de España.

A las once menos diez de la noche sale Raphael, de negro riguroso y con traje y corbata, interpreta Si ha de ser así. Antes de saludar al público se atreve con Mi gran noche, Los amantes o Provocación. Porque eso es el concierto de Raphael en Aranda de Duero: una provocación. Ante un público más entregado a hacerse selfies con el cantante de fondo que a escuchar sus canciones, el artista rompe el fuego: "Estoy encantado de estar aquí y hoy es uno de esos días en los que me alegro de ser artista".

Raphael canta y, sobre todo, gesticula. Arropado por una enorme banda de músicos y con una acústica francamente difícil el público juega, como ya hiciera el día anterior con Jota de Los Planetas, a averiguar qué canción interpreta. Digan lo que digan o Yo sigo siendo aquel son fácilmente reconocibles, pero el mayor aplauso llega cuando se quita la chaqueta y vuelve al escenario sin corbata.

Un cantante a pilas

Raphael se atreve con las baladas y es el momento en que muchos jóvenes toman el camino de la desbandada. Solo sus fieles, las señoras que han pagado los treinta euros que cuesta una entrada diaria en Sonorama, permanecen impertérritas, aplaudiendo a su artista. Hasta que Escándalo acaba con los bostezos. El momento en que Raphael consigue lo imposible: convertir Sonorama en una verbena de pueblo. Con miles de personas jaleándole hay quien piensa que es el final del repertorio. Nada más lejos de la realidad.

placeholder Festival Sonorama (Efe)

Se cumplen casi dos horas de concierto, se queja Raphael de que hay un horario que cumplir, y ataca una versión libre de Como yo te amo: "Les amo tanto, señores". Porque el único artista que tiene en su haber un disco de Uranio se dirige al público de Sonorama de usted.

¿El balance? "Hay que reconocerle que tiene su mérito porque ha dado el mismo concierto que podría haber dado para un grupo de señoras de Albacete", sostiene un espectador. Otros se quejan de una ausencia destacada en el repertorio, la de El tamborilero. Sí, en agosto. Pero viene ya Iván Ferreiro.

Carteles de "Rafa eres el puto amo" y "Raphael es indie". Rayban Wayfarer, barbas y camisas de cuadros. Veinteañeros y treintañeros mezclándose con señoras de la edad de sus madres y hasta de sus abuelas. "La última vez que le vi fue el año pasado en Benidorm y hoy no me lo podía perder", explica Ana María, setenta y dos años, casi de la quinta de Raphael, instantes antes de debutar en su primer Sonorama. Instantes antes de que el cantante de Linares pise por primera vez el escenario de uno de los festivales indies más importantes de España.

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