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El día que los capos de Miami se cargaron la canción del verano
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el género toca fondo en 2014

El día que los capos de Miami se cargaron la canción del verano

La canción veraniega se ha convertido en una industria global, multimillonaria y con centro en Miami, que ha triturado la enjundia de la música popular latina

Foto: Enrique Iglesias en un fotograma del vídeo de 'Bailando'
Enrique Iglesias en un fotograma del vídeo de 'Bailando'

Terminaron los años en que la "canción del verano" era territorio de freaks indescriptibles armados con teclados chillones y letras peregrinas. Ahora se ha convertido en una industria global, multimillonaria, con centro en la ciudad de Miami, esa picadora Moulinex patentada por Emilio Estefan y especializada en triturar el sabor, gracia y enjundia de la música popular latina. Las producciones de 2014 recuerdan sobre todo a Monsanto, la empresa de transgénicos que fábrica semillas de laboratorio, diezmando variedades, estandarizando sabores y cabreando a campesinos de medio planeta. Nunca los estribillos del verano se habían parecido tanto entre sí y nunca habían tenido tan poca chispa.

Megamix de topicazos

La que va en cabeza es "Bailando", de Enrique Iglesias. Solamente la versión en español tiene 168 millones de visitas en Youtube (la inglesa aporta otros once y añade especias pop jamaicanas cortesía de Sean Paul). ¿Cuál es el secreto de este tema para arrasar? Pues un guión tan previsible como los anuncios de colonia en Navidad. Se trata de la eterna y manida historia del ligue de discoteca, con la que ya triunfó Pitbull en el verano 2013, seguro que recuerdan su omnipresente "Give Me Everything".

La animada "Bailando" ya es la canción más escuchada de Enrique Iglesias en Spotify (casi 24 millones de streams). La letra, por su parte, bate el récord de tópicos por minuto: desde "yo te miro y se me corta la respiración" hasta "en silencio tu mirada dice mil palabras", pasando por "el fuego por dentro me está enloqueciendo".

Luego el estribillo aclara que el objetivo es "tener contigo una noche loca", por si a algún oyente se nos había escapado la trama. No es legítimo pedir que las rimas del verano aspiren al premio nacional de poesía, pero tampoco pasa nada por currárselo un poco más. El único acierto de Iglesias es incluir a los cubanos Gente De Zona para dar vida al asunto. La pena es que tampoco brillan mucho: mejor busquen su rodillo titulado "Con la ropa puesta", a medias con El Cata, contagioso himno sobre la frustración sexual de una noche de verano.

Date prisa …que hay mundial

Cada cuatro años, lo mismo. Las estrellas globales de la Mafia de Miami saben que el Mundial de fútbol es su momento de gloria. El deporte preferido de la humanidad es especialmente popular en América Latina y eso les da ventaja sobre los superventas anglosajones. El problema es que no le dedican mucho esfuerzo. Shakira triunfó en Sudáfrica 2010 con el "Waka Waka", cocinado con tal prisa que se le olvidó acreditar a los autores reales, el grupo camerunés Golden Sounds (busquen "Zangalewa" y saquen conclusiones).

No sabemos si pasará algo parecido en 2014, pero se palpa que está hecha al sprint. ¿Cuál es el título más perezoso del mundo? En efecto: "La La La". Shakira lo compra y tiene que añadir "Brasil 2014" para que la confundan con los otros trescientos temas que se llaman igual. ¿Cómo rellenamos la letra en tiempo récord? Citando países que disputan la Copa del Mundo: "italianos, españoles, colombianos…todos presentes". El resto de las rimas hablan de "silbatos", "la pasión de mi gente"" y "el mundo entero lanza un rugido". ¿Aporta algo distinto o personal? Por decir algo, el cameo de Carlinhos Brown, que seguramente impuesto por la FIFA. El resultado suena tan insípido como se imaginan.

Más fútbol pop

Lo mismo podemos decir de "Vida" de Ricky Martin, un cruce de "Livin' La Vida Loca" y "La Copa de la Vida", sin llegar al voltaje de ninguna de ellas. Martin grita más que canta y el ritmo parece pensado para dar saltos en la butaca más que para bailar.

Completa la trilogía de himnos mundialistas Pitbull y su "We Are One (Ole Ola)", canción oficial del campeonato. Es el ritmo de siempre reforzado por los robóticos arreglos EDM, que es lo que triunfa ahora en Estados Unidos (el "La La La" de Shakira también apuesta por eso). El tema de Pitbull destaca por la invitada especial (Jennifer López) y por ser indistinguible de una canción de relleno de cualquiera de sus discos (la brasileña Claudia Leitte tiene la misión de disimularlo y de cubrir la cuota local).

Las tres parecen escritas en una servilleta de la sala VIP de un aeropuerto mientras se espera una conexión entre vuelos. Es lógico sospechar que estos ídolos globales se guardan las canciones chulas para sus discos y entregan cualquier cosa para los megaeventos deportivos, ya que el gancho mediático del Mundial hace que estos tengan vida en las listas y televisiones por sí mismas.

Por cierto, los holandeses Vengaboys también lo intentan con "2Brazil!", añadiendo un mecánico "chunda chunda" a la melodía más famosa del pop carioca ("Brazil"). Otra maniobra sin gancho ni gracia.

El ataque de los clones

Desde hace algunos años se ha impuesto la estrategia de no poner todos los huevos en la misma cesta. Por eso, en 2014, Jennifer López participa en tres intentos de canción del verano. Aparte de la de Pitbull, colabora en "Adrenalina", de los ex-reguetoneros Wisin & Yandel (donde, por cierto, también aparece Ricky Martin). Hablamos de otro pepinazo falto de personalidad en este triste ataque de los clones. La apuesta personal de López es "First Love", un pieza de ambientes disco-pop madonnero que pasa sin pena ni gloria. Aquí usa el sobadísimo doble lenguaje de metáforas de gimnasio que "esconden" imágenes sexuales.

Por suerte para los superventas latinos, la tropa anglosajona acusa la misma flojera creativa. Coldplay entregan un "A Sky Full os Stars" que revienta el cursilómetro, mientras Calvin Harris apuesta por el subidón de siempre en "Summer" y Paolo Nutini no consigue destacar con la negroide "Scream (Funk My Life Up)". Quiere acercarse al "Crazy" de Gnarls Barkley, pero se le ve el postureo tipo Zucchero.

Quizá este artículo suena demasiado amargo, pero es que en los últimos tiempos el monopolio de los caposde Miami ha eclipsado artistas que merecían haber alegrado los chiringuitos de agosto. Pienso en bombazos con sabor de barrio como "Inténtalo" (3Ball MTY), "Cumbia Regional" (El Hijo de la Cumbia), "Sonidero Compay" (Toy Selectah), el remix de Uproot Andy de "Abrázame" (Los Rakas con Faviola) o "Macaco Mata Al Toro" (Batata y su Rumba Palenquera remezclados por Geko Jones y Atrópolis). Si solo vamos a bailar una canción en todo el año, al menos que sea chula.

Terminaron los años en que la "canción del verano" era territorio de freaks indescriptibles armados con teclados chillones y letras peregrinas. Ahora se ha convertido en una industria global, multimillonaria, con centro en la ciudad de Miami, esa picadora Moulinex patentada por Emilio Estefan y especializada en triturar el sabor, gracia y enjundia de la música popular latina. Las producciones de 2014 recuerdan sobre todo a Monsanto, la empresa de transgénicos que fábrica semillas de laboratorio, diezmando variedades, estandarizando sabores y cabreando a campesinos de medio planeta. Nunca los estribillos del verano se habían parecido tanto entre sí y nunca habían tenido tan poca chispa.

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