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Mucho de agua y mucho chándal en el camerino de los Rolling Stones
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Mucho de agua y mucho chándal en el camerino de los Rolling Stones

En las bambalinas del concierto de los chicos de Mick Jagger. Ni rastro de excentricidades o rastos de vida salvaje

Foto: Mick Jagger durante su bolo madrileño (EFE)
Mick Jagger durante su bolo madrileño (EFE)

Quizás alguien piense que los músicos que más cobran por actuación del mundo pudieran sufrir un ataque de excentricidad permanente en cada concierto. Con un nivel de exigencias acorde a su popularidad y caché. Pero no, los Rolling Stones 'defraudaron' en este sentido a quienes trabajaron alrededor suyo durante el ya 'mítico' concierto del 25 de junio. Personas más sencillas de lo esperado cuya única petición que 'incomodó' a los que les rodearon fue el no poder hacerles fotos mientras ensayaban... en chándal.

Hay grupos que mandan a sus técnicos de sonido a probar mientras el artista se relaja, evade o ejerce alguna tarea fuera del escenario. El grupo liderado por Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ron Wood realizó al completo las pertinentes pruebas de sonido. Como si de un entrenamiento se tratara, acudieron al escenario situado en el fondo sur del Santiago Bernabéu ataviados con un chándal y deportivas, calzado que posteriormente mantendrían para el 'show'. Durante el ensayo, que duró media hora, a la petición de no realizar instantáneas no le siguió ninguna instrucción más y su naturalidad provocó que las llamadas Satánicas Majestades paseasen al lado de los 'curritos' con total tranquilidad, aunque siempre vigilados por escoltas.


En camerinos no hubo peticiones exquisitas salvo dos puntualizaciones que -por raras, más que por pejigueras- llamaron algo la atención: ocho litros de agua natural no mineral, que se puede adquirir en tiendas gourmet, y una botella de vodka que tuviera un tamaño exacto de medio litro. De esta manera tan poco extravagante afrontaron su cuarto espectáculo en la capital de España, primero en el estadio del Real Madrid.

Este sábado, nuevo concierto -en Bruselas- de esta gira en la que los Stones están celebrando su 50 aniversario y con la que ya han visitado Norteamérica, Asia y Europa. Su tour debería terminar en el festival Roskilde de Dinamarca el 3 de julio pero lo hará el 22 de noviembre, tras nueve fechas por Australia que aplazaron de principios de año por el suicidio de la compañera sentimental de Jagger.

Quizás alguien piense que los músicos que más cobran por actuación del mundo pudieran sufrir un ataque de excentricidad permanente en cada concierto. Con un nivel de exigencias acorde a su popularidad y caché. Pero no, los Rolling Stones 'defraudaron' en este sentido a quienes trabajaron alrededor suyo durante el ya 'mítico' concierto del 25 de junio. Personas más sencillas de lo esperado cuya única petición que 'incomodó' a los que les rodearon fue el no poder hacerles fotos mientras ensayaban... en chándal.

Hay grupos que mandan a sus técnicos de sonido a probar mientras el artista se relaja, evade o ejerce alguna tarea fuera del escenario. El grupo liderado por Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ron Wood realizó al completo las pertinentes pruebas de sonido. Como si de un entrenamiento se tratara, acudieron al escenario situado en el fondo sur del Santiago Bernabéu ataviados con un chándal y deportivas, calzado que posteriormente mantendrían para el 'show'. Durante el ensayo, que duró media hora, a la petición de no realizar instantáneas no le siguió ninguna instrucción más y su naturalidad provocó que las llamadas Satánicas Majestades paseasen al lado de los 'curritos' con total tranquilidad, aunque siempre vigilados por escoltas.

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