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El sadismo fiscal de Montoro indigna al cine
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El sadismo fiscal de Montoro indigna al cine

Hacienda anuncia a bombo y platillo un microscópico aumento de las deducciones fiscales. La industria, que daba por acordada una subida mayor, carga contra el ministro

Foto: Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda (EFE)
Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda (EFE)

El Gobierno y el cine español son como una de esas parejas que insisten en volver tras divorciarse varias veces: cada vez que la cosa parece a punto de arreglarse, salta otra vez por los aires. Dentro de este psicodrama permanente, ayer se vivió una performance especialmente dantesca. Se supone que era el día en que el Gobierno iba a dar las primeras buenas noticias al cinesubida histórica a las deducciones a la producción enmarcadas en la gran reforma fiscal– tras una legislatura marcada por los recortes, la erosión del antiguo sistema de financiación y las broncas. O la primera piedra sobre la que se debía construir el nuevo modelo.

Así lo vendió Cristóbal Montoro a los medios, aunque durante su intervención no concretara las cifras, quizás porque no hacía falta: casi todo el mundo en la industria (¿incluyendo el Ministerio de Cultura y el ICAA?) daba por sentado que la subida estaría a mitad de camino (30%) entre lo que había (18%) y lo que ansiaban los productores (40%). De hecho, eso es lo que se había acordado en las maratonianas negociaciones entre Cultura y la industria del cine, a falta del visto bueno de Hacienda.

No obstante, Colom dejó la puerta abierta para una nueva negociación: "Esperamos que en los trámites gubernamentales y parlamentarios que quedan para que el texto sea definitivo, podamos enmendarlo", dijo sobre un anteproyecto de ley que entrará en vigor en enero de 2015.

"Si se confirman las nuevas deducciones fiscales al cine ya puedo olvidarme de poder rodar WWZ2 [Guerra Mundial Z 2] en España. Debe tratarse de un error", aseguró el director Juan Antonio Bayona en su cuenta de Twitter. Traducción de sus palabras: ¿Para qué querría un productor español o extranjero rodar una superproducción tipo Lo imposible en España si filmándola en otro país europeo le va a salir más barata?

Al hilo de esto: Montoro anunció también una deducción del 15% para rodajes extranjeros en España, cifra que volvió a quedarse lejos tanto de lo esperado como de lo ofertado en otros países, pero que fue bien recibida por Carlos Rosado, presidente de la Spain Film Commission, organismo estatal que busca convertir España en plató internacional. "Aunque con limitaciones, creo que es una gran noticia que el Ministerio de Hacienda haya contemplado por primera vez una línea específica para incentivar los rodajes internacionales en España".

Montoro vendió ayer el paquete de medidas como una mejora. Y, con los números en la mano, lo es. El problema es que es una mejora tan tímida que se antoja problemática por varios motivos. 1) Las expectativas frustradas. 2) La creencia de que meses y meses de agotadora negociación entre el Gobierno y el cine han servido para poco. 3) La pérdida de la fe en la intermediación del Ministerio de Cultura. 4) La sensación generalizada de que el Gobierno va a acabar la legislatura sin lograr construir un edificio firme sobre el solar donde estaba el modelo anterior: la caída de las ayudas al cine (un 60% entre 2011 y 2014) es mucha más acusada que la subida de las deducciones fiscales a la producción (un 2%).

Conclusión: Cada vez que Montoro abre la boca para hablar de cine, sube al pan. Hasta cuando la abre para dar buenas noticias. La financiación del cine se ha convertido en un juego sádico en el que Montoro mueve los tipos fiscales a su antojo ante la impotencia del resto de jugadores (incluidos los de su propio partido).

El Gobierno y el cine español son como una de esas parejas que insisten en volver tras divorciarse varias veces: cada vez que la cosa parece a punto de arreglarse, salta otra vez por los aires. Dentro de este psicodrama permanente, ayer se vivió una performance especialmente dantesca. Se supone que era el día en que el Gobierno iba a dar las primeras buenas noticias al cinesubida histórica a las deducciones a la producción enmarcadas en la gran reforma fiscal– tras una legislatura marcada por los recortes, la erosión del antiguo sistema de financiación y las broncas. O la primera piedra sobre la que se debía construir el nuevo modelo.

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