'El diario de Greg', el niño que se quedó congelado en la preadolescencia

Hasta la fecha, El diario de Greg ha vendido más de 100 millones de ejemplares en el mundoy su versión online tiene más de 80 millones de visitas. Todo un fenómeno equiparable a Mafalda o Charlie Brown en los años 60 y 70. Sin embargo, su autor Jeff Kinney, elegido por la revista TIME como unas las cien personas más influyentes del mundo,sigue llevando una vida de lo más normal."Bueno. He conocido a tres presidentes de los Estados Unidos y a muchos famosos", comenta a este diario con motivo de su visita a España para presentar el diario número siete de Greg.

"En primer lugar, quiero dejar una cosa bien clara: éste no es el típido diario. Sencillamente, he decidido empezar a escribir mis memorias", escribe el joven en su primer 'diario' publicado allá por el año 1996. Las memorias de un niño de doce años que no destaca por nada y con algunas dificultades para moverse entre sus compañeros de clase.

-¿Qué pensó cuando le anunciaronque era uno de los hombres más influyentes del mundo en 2009según la revista Time?

Pensé que era una broma casi de mal gusto. No me lo creía y me pareció extrañísimo. Acababa de salir mi tercer libro, estaba teniendo buenas ventas, pero no cómo para estar en esta lista. Así que, sí, muy sorprendido.

-¿Gregle ha cambiado la vida?

En algunas cosas me ha cambiado, como estar ahora aquí en España de promoción y concediendo entrevistas. Es algo de una envergadura tremenda. Ya he conocido a tres presidentes de los Estados Unidos y a muchos famosos (bromea). Pero, por otro lado, mi vida sigue siendo igual. Vivo en mi ciudad, soy el entrenador de fútbol de mis hijos, hago cosas de padre normal, sigo trabajando en mi empresa.

-¿No le paran por la calle pidiéndole autógrafos?

No, para nada. Tengo una vida completamente anónima.

-Después de comprobar que no era fácil ganarse la vida como dibujante, ¿pensó que conseguiría triunfar con Greg? ¿Parte de ese éxito es la perseverancia?

Hace un tiempo leí un libro Outliers, de Malcolm Gladwell, según el cual son necesarios unos diez años para hacerse experto en algo y para poder dominar una tarea. Y es verdad. A mí me costó ese tiempo aprender a desarrollar mis historias y mis dibujos. Desde luego que la perseverancia es fundamental.

-¿De dónde viene Greg? ¿Cuánto tiene de biográfico?

No son libros autobiográficos. Sí que es cierto que en todas las bromas, conversaciones o situaciones, hay un elemento de verdad. A lo mejor hay cosas que me han pasado a mí, a mi familia, a mis amigos.

-¿Qué parte tiene de sus hijos? ¿Se sienten ellos identificados?

En Greg no hay mucho de mis hijos, no me inspiro en ellos. Pero sí que la paternidad te da lo oportunidad de tener una segunda visión de la niñez y eso sí que es una fuente de inspiración. Mis hijos no se parecen nada a Greg. Hubo un tiempo en el que mi hijo mayor se parecía a él, pero al leer los libros, lo rechazó. Era un niño de estar en casa, jugar a videojuegos, pero al verse reflejado, cambió por completo y decidió hacer deporte y estar todo el día fuera de casa.

-¿Cuál es la fórmula para hacer que los niños lean sus historias?

Desde luego el humor es fundamental. También está el formato: abres el libro en cualquier página y ves diversión, risas.

-Pero le toca competir con el mundo de los videojuegos, los smartphones…

La competencia más fuerte son los videojuegos porque además tienen unas técnicas narrativas muy sofisticadas. De hecho, algunos tienen presupuestos mayores que algunas películas. Me encanta que los niños se sientan inspirados con El diario de Greg y que lo utilicen como punto de partida para convertirse en lectores habituales.

-¿Cómo recuerda su infancia? ¿Qué ventajas y desventajas tenían?

Cuando éramos niños estábamos más al aire libre, teníamos aventuras fuera, éramos más libres. Eso también hacia que estuviéramos expuestos a riegos y peligros. No me gustaría que mis hijos tuvieran una infancia tan suelta, pero la niñez de antes era más pura que la de ahora. Cada época tiene sus ventajas y sus desventajas.

-¿Cuándo creó Greg tenía algún objetivo o simplemente entretener?

Bueno, lo cierto es que al principio escribía para adultos, no pensé que escribiera para niños. Yo quería convertirme en dibujante de tiras cómicas. Pero no pude abrirme camino y así acabé dibujando para niños o dirigiendo mis dibujos a niños. Ciertamente mi propósito era egoísta, abrirme camino en lo profesional.

-Pero una vez que se dio cuenta de su éxito, ¿no intentó de alguna forma educar en temas como la xenofobia, la homofobia o el bullying?

Desde luego que la función primordial es el entretenimiento. A veces me refiero o incluyo preocupaciones de tipo más social. Me gusta darle la vuelta y ponerlas del revés y hacer reír. Por ejemplo, hay una campaña contra el acoso escolar en EEUU en la que los lemas eran ‘Dale puñetazos al acoso escolar. Machácalo’. Eso me resulta gracioso porque es irse al otro extremo.

-¿Veremos a Greg casándose o teniendo hijos?

Greg está congelado en la preadolescencia y de ahí no se va a mover. Es una edad que resulta muy interesante. En el quinto libro hablo de la pubertad y Greg tiene envidia de sus amigos porque le salen barba y a él le resulta frustrante porque no cambia. Greg es un personaje de comic y los personajes de cómic no crecen.

-¿Tiene algún otro proyecto además de Greg?

Me encanta hacer lo que hago y lo seguiré haciendo. Me gustaría escribir sobre deportes. Tengo un nuevo proyecto también en tono humorístico. No obstante, presentaría un reto porque los libros con temática deportiva no se venden muy bien. Pero se dan muchas situaciones graciosas en el mundo del deporte. Sería seguramente sobre un equipo de futbol que juega mal.