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Francisco Granados, historia de un escritor anónimo
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AUTOR NOVEL, COMPARTE NOMBRE CON EL POLÍTICO

Francisco Granados, historia de un escritor anónimo

Quiere dedicarse a escribir, pero su nombre casi se lo impide. Este madrileño ha tenido que buscar un pseudónimo más acorde con la historia de su libro

Foto: Alexander Hawks, pseudónimo de Francisco Granados. (Alexis Márquez)
Alexander Hawks, pseudónimo de Francisco Granados. (Alexis Márquez)

Llamarte igual que un político es un estigma. Coincidir en nombre y apellido con el que fuera consejero de presidencia de la Comunidad de Madrid es objeto de chanza. Querer dedicarte al mundo de la literatura y aparecer en una editorial con tu primer libro firmado como Francisco Granados es cerrarse la puerta antes de empezar.

Es lo que le ha pasado a un joven madrileño que ha tenido que optar por borrar toda coincidencia con el que fuera en su día mano derecha de Esperanza Aguirre y optar por firmar su primera novela como Alexander Hawks para tener una mínima posibilidad de venta. Imagínense la cara de la editora cuando vio La clave Ishtar firmada por un tal Francisco Granados. “Mi editora escuchó mi nombre y se quedó con la mirada perdida”, cuenta el propio Hawks. “Pero me adelanté y le dije que ya había pensado en un pseudónimo, incluso en un nombre anglosajón que se ajustara a la historia de espionaje ambientada en EEUU del libro”.

Él ya lo tenía pensado desde que comenzó a escribir y sabía que la historia encajaría con un nombre extranjero. A los españoles nos atrae más lo que viene de fuera. “Hay que venderse”, reivindica el autor. Tras la dimisión de Francisco Granados de su cargo político, optó por buscar un nombre como el de Alexander Hawks. Utilizar un pseudónimo español habría sido traicionar el legado de sus padres. Además, “si ves un thriller ambientado en EEUU con un nombre extranjero, te llama la atención, aunque no le conozcas. Y quizá el libro es vendible en otro país”, explica.

Romántico del papel, Alexander Hawks/Francisco Granados, aprendió tras llamar a muchas puertas que en el mundo editorial gana el zorro más listo. Escritor novel, fue una a una a todas las editoriales pequeñas. Y todas las puertas se cerraron. Alguien le dio la clave: publicar un libro en papel a un escritor desconocido de 1.000 folios era imposible. Lección aprendida. Presentó una trilogía, apostando por su publicación en formato digital, con la portada diseñada y hasta con los argumentos de venta ya hechos. Y Planeta llamó a su puerta. Ha publicado hace dos semanas, a través de su sello de Ebook, la primera parte de La clave Ishtar con el compromiso de sacar la segunda y la tercera parte en unos seis meses.

Puro marketing

Granados no era del todo novato en este mundo. Dirige una librería en internet que vende novela romántica, uno de los géneros que mejor ha sobrevivido a la crisis del sector del libro. “Tantos años al frente de Club Romántica me ha ayudado a encauzar mi novela y no sólo la estoy vendiendo como un thriller sino también como una novela romántica porque también tiene una historia de amor detrás. Las lectoras de novela romántica son muy activas en los foros y muy fuertes en el boca a boca”.

Trabajar en el departamento de Comunicación y Marketing de la librería ha sido decisivo para darse cuenta de que hoy día el mundo editorial es puro marketing y el 50% del éxito de un escritor. “La gente no tiene tiempo de valorar qué es mejor y qué es peor. El mundo se mueve muy rápido y somos lectores de titulares. Hay que ser escritor, sí, pero también convertirte en comunity manager para mover tu libro por las redes sociales. Hay que ser como las grandes estrellas del pop, reinventarse, reciclarse, causar impacto, porque al día siguiente puede que nadie te recuerde”.

El trabajo es duro. Si ya le costó un año y medio que una puerta editorial se abriera ahora viene la segunda prueba: que tu libro se lea. Y aquí, apunta, se unen dos factores en su contra: nadie sabe quién eres y tu libro está en formato digital. En el caso de este escritor hay un tercer factor: dar a conocer, no uno, sino tres libros sobre espionaje en EEUU.

Amante de las conspiraciones, Granados/Hawks ha puesto su nariz en la Casa Blanca. “Aunque hay unas elecciones, existe un vínculo con una universidad y una especie de orden –que se desvelan en la novela- para elegir al presidente de Estados Unidos”. Un año y medio de documentación que le ha llevado, incluso, a utilizar un navegador de internet fuera del mercado para poder visitar páginas censuradas por los gobiernos. Y como buen conspiranoico, está convencido de que la CIA le tiene más que fichado.

Dos años de escritura, una trilogía y una publicación después, el escritor madrileño prepara ya su segunda novela. Siempre centrado en el thriller y con los pies en el suelo, aspira contar esta vez con un agente literario, un intermediario entre él y la editorial. Hoy recibe un 25% por cada libro digital que se vendan –con un precio de 5 euros-. Si vende más de 1.500 ejemplares, ese porcentaje irá aumentando. Si esto se convierte en un éxito tendrá su mayor recompensa: ver su trabajo publicado en papel. “Me gustaría que la editorial contara las ventas teniendo en cuenta la piratería que existe actualmente en nuestro país”.

De momento la primera parte de la trilogía, Overture, ya está a la venta y Francisco Granados, el nuevo Alexander Hawks, aspira a vivir de esto, aspira a ser un escritor profesional. “Mi meta es transmitir a la gente la verdad, mi verdad. Mi objetivo es continuar escribiendo las verdades ocultas”.

Llamarte igual que un político es un estigma. Coincidir en nombre y apellido con el que fuera consejero de presidencia de la Comunidad de Madrid es objeto de chanza. Querer dedicarte al mundo de la literatura y aparecer en una editorial con tu primer libro firmado como Francisco Granados es cerrarse la puerta antes de empezar.

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